23 de mayo 2018 - 00:00

Las tarifas de luz no bajarán si se desregula el mercado

Hay un creciente requerimiento al Gobierno para que transparente qué precios está reconociendo para el gas en boca de pozo a las petroleras y para el megavatio a las generadoras.

Juan José Aranguren.
Juan José Aranguren.
En medio de los esfuerzos de los senadores de Cambiemos para evitarle al presidente Macri el veto a una posible ley de tarifas impulsada por la oposición, trascendió ayer que el ministro Juan José Aranguren trabaja en un proyecto de desregulación del mercado eléctrico que coincidiría con expresiones en el mismo sentido hechas por el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey.

Lo llamativo de ese trascendido es que Urtubey sostuvo que si se desregula el mercado, se podrían bajar un 30% las tarifas de electricidad, con lo cual parece apuntar a una desdolarización del precio mayorista de la energía antes que nada.

El ministro de Energía, en cambio, fijó un precio de u$s74,8 por megavatio, que se alcanzaría en tarifas residenciales en 2019, considerando un valor del gas para generar que también está dolarizado y en ascenso, y lo que cuesta importar combustibles líquidos para las centrales térmicas en invierno cuando falta el fluido por la mayor demanda residencial.

Así, la desregulación que propuso Urtubey choca con todo el modelo de Aranguren empezando con el precio de gas que perciben las petroleras y que debe cubrir además los estímulos que paga el Estado a la producción de formaciones no convencionales como Vaca Muerta.

El criterio de Aranguren sería además, el mismo que se estableció en la década del 90 cuando el precio de la energía en cada hora del día estaba determinado por el costo de la última máquina ingresada para satisfacer la demanda. Desde esa postura, el precio queda determinado en buena parte del año por las unidades más obsoletas, y es igual para las más modernas y hasta para las centrales hidroeléctricas, con costos sustancialmente más bajos.

Por otra parte, el mercado eléctrico es difícil de desregular porque las más importantes generadoras están vinculadas con Edenor y Edesur, las dos distribuidoras más importantes del país que comercializan más del 40% del total de la energía.

Tres grupos son los dominantes en el mercado: Pampa Energía, el Grupo En el de Italia y Central Puerto. Pampa produce 3.648 megavatios, lo que equivale a un 12% aproximadamente del total instalado que está en torno de los 29.000 megavatios. Es dueña de las centrales Genelba, Loma de La Lata, Güemes y Piedrabuena, y de las hidroeléctricas Diamante y Pichi Picún Leufú.

Pampa es la accionista de control de Edenor, y la dueña del 50% de Transener, la empresa que opera el 85% de las líneas de alta tensión en todo el país.

Por su parte, el Grupo Enel, opera Central Costanera con una capacidad de 2.324 megavatios, Hidroeléctrica El Chocón que genera unos 1.300 megavatios, y tiene el 40% de Central Dock Sud. Es además el accionista mayoritario de Distrilec, la sociedad que controla a Edesur con un 51,5%, y es dueña de Yacylec, la empresa que transporta la energía de Yacyretá.

El tercer gran actor es Central Puerto del Grupo Caputo que tiene 3.791 megavatios considerando Central Puerto, Hidroelécrica Piedra del Águila, y las participaciones en las generadoras Vuelta de Obligado, San Martín y Belgrano. Es también a través de subsidiarias, dueña del 48,5% de Distrilec, la controlante de Edesur.

De esta forma, los tres grupos producen por lo menos el 38% de la energía que se genera en el país, y participan en las dos principales distribuidoras. Son además importantes oferentes en las licitaciones de generación térmica y de renovables, realizadas por el gobierno actual, que tienen asegurado un precio de la energía en dólares por 15 a 20 años.

A esta situación particular se añade que el Gobierno por ahora no trasparenta qué precio están cobrando actualmente las generadoras sobre lo que se traslada a los usuarios en tarifas, y qué relación tiene con los costos de cada central.

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