Bonos italianos sufrieron su peor jornada en más de 25 años
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El gobernador del banco central italiano advirtió el martes que el estado está "sólo a unos pocos pasos" de perder la confianza de los inversores.
La agencia calificadora Moody alertó de que es probable que Italia sufra una rebaja en su nota si el nuevo gobierno defiende políticas fiscales que no sitúen los niveles de deuda en un ritmo bajista sostenido.
Por su parte, el antisistema Movimiento 5 Estrellas (M5S) y la ultraderechista Liga han dejado de lado sus planes de tomar el poder y han pasado a modo campaña. El M5S pidió manifestarse contra el rechazo del presidente Sergio Mattarella al elegido por los partidos como ministro de Economía, Paolo Savona, que defiende la salida de Italia del euro.
Hasta el momento, el programa de compra de bonos del Banco Central Europeo ha aportado un poderoso respaldo a la deuda gubernamental de la zona euro, pero los últimos movimientos del mercado sugieren que esta protección podría haber perdido su efectividad.
El diferencial de rendimiento entre los bonos a 10 años de Italia y Alemania, una medida seguida con atención por los inversores, que lo consideran un indicador de la confianza hacia la zona euro, estaba en su punto más amplio desde junio de 2013.
La brecha se amplió por encima de los 300 puntos básicos, triplicando casi los niveles de finales de abril, en torno a los 115 pbs. En 2011, en el peor momento de la crisis de duda en la zona euro, el diferencial se situó en 560 pbs.
"Con una situación política italiana tan poco clara, los inversores seguirán exigiendo una prima significativa por la incertidumbre", afirmó Isabelle Vic-Philippe, directiva de Amundi, uno de los principales inversores de Europa.
El rendimiento de la deuda italiana a dos años subió más de 150 pbs, al 2,73 por ciento, mientras que los papeles a diez años trepaban 50 pbs, a su cota más elevada en más de cuatro años, al 3,38 por ciento.
La liquidación afectó también a los mercados europeos, llevándose los bancos la peor parte en el declive de las acciones. Los papeles de las instituciones financieras italianas perdían un 5,8 por ciento, el peor día de su índice desde agosto de 2016 y obligando a la suspensión de la cotización de muchos títulos por pérdidas excesivas.
Un índice más amplio de los bancos de la zona euro cedía un 4,5 por ciento, como resultado de la exposición de las entidades financieras a la deuda italiana y preocupaciones sobre el futuro del euro.
La divisa europea descendió hasta un mínimo de seis meses y medio, a 1,1510 dólares, mientras que contra el yen se desplomó más de un 1 por ciento, a su nivel más bajo desde junio de 2017.
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