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María Dueñas, sobre el sueño de los inmigrantes
• LA FAMOSA AUTORA ESPAÑOLA ESTÁ EN EL PAÍS PRESENTANDO NUEVA NOVELA
La creadora de “El tiempo entre costuras”, a la que su adaptación para TV y el paso por Netflix transformaron en boom mundial, se ocupa en su último libro de una familia a la que la pobreza empuja a Nueva York en los años 30.
P.: "Las hijas del Capitán" son tres veinteañeras inmigrantes y su madre, que al morir el padre, se tienen que hacer cargo de la fonda El Capitán en la calle 14 de Nueva York. ¿Son mujeres de avanzada?
M.D.: Puede parecer que son mujeres resolutivas y contemporáneas, pero es la vida la que las pone en el disparadero; ellas no tenían voluntad alguna de emprender ningún proyecto vital, de dejar su casa, su pueblo, ir a Nueva York y abrir un negocio. No es que fueran adelantadas a su tiempo, con espíritu aventurero o empresarial. Son mujeres a las que le vida le va poniendo zancadillas y tienen que levantarse y echar a andar otra vez, y eso las hace más fuertes. Mi reto fue llevar con la misma intensidad la vida de esas mujeres tan distintas. Cada una con su carácter, sus aventuras y la necesidad común de sobrevivir. Lo que más trabajo me ha dado es encontrar el equilibrio para que esas mujeres vayan a ritmo acompasado en acciones, en emociones, en aventuras y desventuras. Hacer simultáneas esas acciones, manejar esos tempos para que no se descompensen es lo que más me ha costado en esta novela, mucho más que la documentación, mucho más que la investigación en Estados Unidos.
P.: En "Las hijas del Capitán" está 1936, la Guerra Civil española, Alfonso de Borbón, el Conde de Covadonga que prefiere a una cubana antes que la corona; la medio latina Rita Hayworth, entre muchos otros.
M.D.: Tuve que hacer como un juego de malabares, no me pude descuidar en ningún momento. Tenía una organización general de la historia, pero la dejé cuando vi que los personajes se me iban. Estaba ese padre, Emilio Arenas, marinero de Málaga, que las llama a Nueva York para ayudarlo en la fonda "El Capitán" que él creó y que ellas heredan, y que tendrán que mantener, y querrán llegar a transformar en night club. Lo que no podía dejar de atender era a la vez los hechos ciertos, históricos, por donde Victoria, Mona y Luz Arenas se desplazan. Mona, la del medio, la más echada para adelante, la más activa, decidida y lúcida, es la que decide trabajar afuera, la que más me conecta con lo histórico inmediato. Es la que se abre a esa ciudad que les abruma, las domina, gigantesca, que las acobarda y les trastoca la vida. Y es que venían de una España atrasadísima. Yo quería contar de gente que llego sin un dólar y creció en todos los sentidos, entre otras cosas gracias a las redes de solidaridad que formaron las colectividades de gallegos, valencianos, vascos, asturianos.
P.: Después de "Las hijas del Capitán", ¿qué?
M.D.: No lo sé. Empiezo a darles vueltas a algunas historias, lo que pasa es que estoy aún demasiado dentro de esta novela y acompañándola en su difusión. Luego de lo ocurrido internacionalmente con la adaptación a serie televisiva de "El tiempo entre costuras", un éxito insospechado, ahora van a convertir en serie mi novela "La templanza", parece que va a ser una coproducción española-mexicana.
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