12 de junio 2018 - 23:23

El silencioso estertor de las Lebac

• ¿POR QUÉ MANTENER LAS TASAS POR LAS NUBES SI EL AUXILIO FINANCIERO VA MÁS ALLÁ DE LAS ELECCIONES DE 2019?
Tanto las autoridades económicas como el FMI han sido sumamente confusos respecto del futuro de ese instrumento.

El silencioso estertor de las Lebac
Si algo está tomando por sorpresa a conocedores y profanos del mercado financiero es la resistencia del dólar a bajar a pesar del acuerdo conseguido con el FMI que junto a otros organismos internacionales pondrá sobre la mesa nada menos que u$s55.000 millones para apoyar financieramente a la Argentina.

La cifra, que es la más alta otorgada alguna vez a nuestro país en otro contexto causaría vértigo en quienes tienen dólares comprados y los lanzaría a vender con toda rapidez. Sin embargo, en el presente contexto económico no es así. ¿Por qué?

Una buena parte de la respuesta proviene del misterio que sigue rodeando a las Lebac que suman un total cercano a los u$s48.000 millones. Este es dinero altamente especulativo por lo que en determinadas circunstancias puede tener el efecto de un polvorín. Al respecto, tanto el FMI como las autoridades económicas han sido sumamente confusos con respecto al futuro de las Lebac. Por un lado se habló de que el Tesoro vendería parte de los dólares que consiga con el FMI para devolver préstamos al Banco Central y que este a su vez compre buena parte de las Lebac que hay en el mercado. Simultáneamente a ese rumor se llegó a decir que el Tesoro planea la colocación de bonos en pesos o dólares a mediano y largo plazo con el fin, también, de devolver créditos que se utilicen en el rescate de Lebac. Para colmo, en forma simultánea a estos dos rumores contradictorios entre sí, se habló también de canjear directamente buena parte de las Lebac por bonos de largo plazo del Tesoro.

Como se ve, tres rumores diferentes, en la misma semana sobre la misma política financiera a implementar han sido demasiado para los mercados. Bajo estas circunstancias, muchos tenedores de Lebac estarían buscando la puerta de salida comprando dólares aún cuando piensen que el mismo ya ha subido porcentualmente mucho. No les falta razón dado que no se entiende a quien podrían interesarle hoy bonos del Tesoro de mediano y largo plazo si apenas el Banco Central, en su papel de autoridad monetaria ha podido colocar deuda en las últimas semanas, y al corto plazo de las Lebac que no llegan al año. Como los mercados de ingenuos no tienen nada, la reacción parece haber sido instantánea: los malos y diversos rumores se pagan con....una suba en la cotización del dólar.

Los días van pasando y los rumores no se han acallado. Por lo contrario, no aparecen argumentos que calmen a los azorados tenedores de Lebac. Es posible que próximamente se devele que hay detrás de todo esto cuando la carta de intención con el FMI sea aprobada por el directorio de ese organismo y se haga pública.

La probabilidad de que haya alguna noticia desagradable cuando ello ocurra no es nula. El secretismo suele ir acompañado de noticias desagradables. Por eso mismo los secretos son secretos. De otra manera se correría a hacer públicas las buenas nuevas. La otra posibilidad, o sea que haya una deficiencia de comunicación por parte de las autoridades debiera causar aún mayor escozor dado que si un gobierno tras dos años y medio en el poder no puede dar a conocer la mecánica de un simple canje de bonos sea en forma directa o indirecta, pondría sobre el tapete la propia pericia de los funcionarios para elaborar medidas.

Queda abierta la posibilidad de que los funcionarios estén "narcotizados" en su accionar producto de la alta tasa de interés y piensen que dado el estratosférico nivel de la misma tarde o temprano se sofoca cualquier suba del dólar. Ese error puede llegarse a pagar muy caro, más caro aún de lo que se remunera a las Lebac. Ocurre que la tasa de interés suele ser un disuasivo contra la compra de dólares cuando hay buena dosis de credibilidad en las autoridades y en el plan económico. Ambas cosas distan mucho de existir hoy en día tras los sucesivos traspiés que condujeron a pedir el auxilio del FMI. Contrariamente a lo que puede pensarse, tasas de interés en el 40% pueden resultar en un aliciente a la compra de dólares y en que aparezcan dudas acerca de la real eficacia del programa establecido con el Fondo Monetario Internacional. Porque, vale la pena cuestionarse, si el plan económico acordado con el Fondo es tan bueno y tan abundante en créditos al país, ¿por qué mantener entonces las tasas por las nubes si, como el ministro Caputo dijo, el auxilio financiero va más allá de las propias elecciones de 2019?

La pregunta no tiene contestación, y el mantener altas tasas de interés también colabora en la creencia -todavía de unos pocos- de que el pacto con el Fondo no es solo lo que hasta el momento se ha dado a conocer, sino que las noticias desagradables del mismo están por salir a luz recién dentro de una decena de días. Y que el gobierno necesita por eso las tasas en 40% anual y para convencer a los tenedores de Lebac de no desprenderse de las mismas. Como dice el viejo refrán. "Cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía". Y este es, por varias razones, el caso.

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