19 de junio 2018 - 21:08

A rodar

A rodar
• Nadie esperaba en el sector automotor llegar al final del primer semestre del año en estas condiciones. La suba del dólar de las últimas semanas revolucionó todo el mercado. Y si esto fuera poco, cuando se cae en desgracia, todo se desacomoda. Como adelantó Ámbito Financiero, en lo que va del mes los patentamientos están en baja pero eso no es lo más grave. El problema es que también están retrocediendo los boletos. ¿Cuál es la diferencia? Los primeros reflejan las ventas realizadas hace más de 15 o 20 días; los segundos es el termómetro de lo que pasa hoy en las concesionarias. Es decir, son los patentamientos futuros. Por eso, este fin de semana, se buscó alentar las operaciones con descuentos adicionales. Era un buen momento para aprovechar precios antes del segundo aumento del mes. Todo esto muestra un panorama sombrío para el mercado interno para lo que resta del año. Es un dato negativo, sin duda, pero tiene una contracara.

• Durante los 90, la industria automotriz argentina estuvo montada para el mercado interno. El remanente de la producción, si se podía, se exportaba. La crisis del 2002 fue una enseñanza y, desde entonces, hay una industria nueva. Las inversiones que se vienen haciendo desde aquel tiempo tienen como objetivo la exportación y, si se puede, se venden dentro del país. Hay marcas que llegaron a exportar el 80% de lo producido. ¿Qué tiene que ver esta referencia al pasado con el momento actual. Mucho. La sensación que produce la caída de las ventas es bien diferente, según quien la mire. Si se consulta a los dueños de concesionarias, todo es pesimismo. En cambio, hay otro clima en los fabricantes. Con una devaluación del peso de 50% en el año, casi todo es beneficio para una industria montada para exportar. Se gana una competitividad que no se logra en la Argentina de otra manera en un tiempo tan corto. La reforma tributaria está empantanada, las mejoras de infra estructura son lentas y es poco lo que se puede hacer en materia laboral. Decir que en las terminales festejan la suba del dólar sería inapropiado pero... En diálogo con un alto directivo de una automotriz, se le preguntó por la rentabilidad que estaban teniendo con el salto del dólar y con precios que no acompañaron el nivel de la devaluación. La respuesta fue categórica: "Con la diferencia que se tiene con un dólar a $28 para exportar, se puede subsidiar las ventas internas". A comienzos de mayo, cuando el dólar empezó a dispararse, el presidente de una terminal, con una sonrisa, prefirió la ironía para confirmar la presunción.

- ¿Con la suba del dólar, entre la caída de las ventas internas y la mejora en competitividad para exportar, el balance para la compañía es positivo o negativo? se le consultó.

- Es una muy buena pregunta que no voy a responder.

• Para este año se esperaba un mercado de un millón de autos. Ese era el cálculo que se hacía en medio de la euforia de finales del 2017. Hoy ya nadie cree que se esté cerca, más allá del arrastre por el buen comienzo del 2018. Se piensa en 900.000 vehículos o menos. Pero aun con un escenario peor por la suba del dólar y su impacto en los precios, el negocio para las terminales puede ser positivo. Hoy se importan 70% de los autos que se venden. Obviamente, estos autos se van a encarecer y, por lo tanto, perder participación. Sin embargo, 100.000 o 150.000 unidades menos de mercado interno no sería tan grave si se compensa con mayores ganancias por el efecto devaluatorio. Hay que tener en cuenta que varias terminales están con proyectos industriales en marcha que serán realidad en los próximos meses. Para esas marcas, un escenario de dólar alto es beneficioso. Tendrán que ver cómo sobreviven las concesionarias. De todas formas, todo esto dependerá de lo que suceda en Brasil. La economía empezó a remontar pero ahora está frenada otra vez.

• Mientras todo esto sucede, hay que empezar a preocuparse por un dato: la producción de autos de junio. La huelga de camioneros de Brasil de hace una semanas, frenó la actividad en las fábricas argentinas. El paro de los camioneros, también, pero del gremio de los Moyano, complicó a las fábricas. A esto se suma el paro nacional para el 25 de este mes más la conflictividad social de todos los días. En ADEFA, ya anticipan una caída pronunciada en los datos de producción de este mes. Esto, sumado a un dato negativo en ventas, generará un clima negativo en el sector cuando se conozcan los datos oficiales a comienzos de julio.

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