29 de junio 2018 - 23:03

Frente al desafío de reducir el riesgo país para recuperar acceso al mercado

Frente al desafío de reducir el riesgo país para recuperar acceso al mercado
Por Gustavo Ber - Economista

Más allá del creciente deterioro de múltiples variables financieras y económicas en los últimos tiempos, la fuerte escalada del riesgo país que llegó a orillar los 600 pb. está despertando una fuerte preocupación entre los inversores, ya que el castigo está siendo pronunciado y además acelerado.

Ocurre que el ¨mega paquete¨ del FMI, que será desembolsado de manera escalonada contra el cumplimiento de las metas comprometidas, buscaba principalmente el objetivo de reducir la dependencia hacia los mercados financieros a corto plazo, en busca de dicha manera de generar la confianza necesaria que habilite a un natural regreso al financiamiento voluntario.

Sin embargo, la pérdida de confianza de los inversores está llevando a que dicho ¨puente¨ corra mayor riesgo de poder concretarse a corto plazo, toda vez que las tasas han saltado a prohibitivos niveles del orden del 8,5% anual para un endeudamiento en dólares a 10 años.

Así es que las autoridades deben rápidamente reconocer la importancia de restablecer la confianza necesaria para reducir el costo de financiamiento, el cual se ha incrementado de manera mucho más significativa que para el resto de los países de la región, ante las mayores vulnerabilidades percibidas.

Ocurre que de fondo el contexto externo tampoco resulta favorable, por lo cual el ¨viento de frente¨ está golpeando a los emergentes a través de salidas de capitales que conllevan no sólo a depreciaciones de sus monedas sino a agresivas liquidaciones de sus activos, que tienen asociado un aumento de los rendimientos, y además están presionados por las mayores tasas en EE.UU.

Frente al complejo escenario externo, potenciado en nuestro caso por los abultados desequilibrios fiscales y de cuenta corriente que ahora deberán sumar como desafíos una recesión económica y un escalón más alto de la inflación, la urgencia de recuperar la confianza inversora resulta crucial.

En dicho sentido, las autoridades deberían buscar avanzar más aceleradamente con los deberes económicos - aún reconociendo que el camino no será sencillo ya que enfrentará restricciones políticas y sociales - a fin de poder trasmitir mayor certidumbre respecto a la capacidad de cumplir en tiempo y forma con las metas del FMI, que se convierten en la condición necesaria.

Sin embargo, dichas medidas deberán rápidamente complementarse con estímulos a los inversores como serían despejar el horizonte de vencimientos de más corto plazo, desarmar rápido la bola de nieve de Lebacs, evaluar la reglamentación del impuesto a la renta financiera que tanto ruido despierta, gestionar contactos con operadores extranjeros que son los mayores vendedores de activos, entre otros, que actúen como condición suficiente para ir recuperando la confianza perdida.

Reducir a la brevedad el costo marginal de endeudamiento resulta esencial a fin de no sólo poder complementar los fondos del FMI en las necesidades financieras del sector público nacional, sino también facilitar las condiciones de acceso a las provincias y las empresas, a fin de que al menos puedan refinanciar sus pasivos con el exterior sin inconvenientes en este delicado contexto.

Dichas señales positivas también serían bienvenidas para que los inversores se despeguen del refugio en los títulos de corto plazo, lo cual está implicando un mayor empinamiento de dicha curva a raíz de la percepción de mayor riesgo crediticio - además del riesgo duration - por lo cual los títulos del tramo medio ya rinden más del 8% y los más largos superan con comodidad el 9% anual.

Más allá del énfasis que se pone a nivel financiero en la urgencia por estabilizar el mercado cambiario, recuperar rápidamente un camino hacia la convergencia regional en las condiciones de financiamiento también resulta una condición indispensable para alcanzar un clima de mayor calma, el cual contribuiría a encarar los duros desafíos económicos, políticos y sociales por delante.

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