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El Gobierno cambió la decisión dos veces en sólo 48 horas
Puja en la Casa Rosada, planteo radical que se aceptó a medias y curiosas ratificaciones cuando la medida ya se había dado de baja. La UCR, de todas formas, tendrá cumbre en Mendoza en una semana.
La marcha atrás que dio ayer el Gobierno terminó con 48 horas de vértigo que hicieron temblar a Cambiemos y hasta puso en duda la continuidad de Javier Iguacel en la Secretaría de Energía. El capítulo final de esa historia comenzó ayer, cuando Rogelio Frigerio, que negocia con la oposición el difícil bordado del Presupuesto 2019, fue hasta el Senado para comunicar que se había decidido dejar sin efecto la medida. Logró desactivar así la votación en el recinto de un proyecto que lideraba la oposición y transformarlo en un proyecto de comunicación donde se pidió dejar sin efecto la aplicación de la resolución en cuestión y encomendar al Ejecutivo negociaciones con empresas proveedoras para que los costos no se trasladen a los usuarios. A pesar del acto que montó en el recinto amagando un voto en contra, Cristina de Kirchner terminó votando también en ese sentido y la comunicación salió por 63 votos a favor y 0 en contra.
El martes, las cabezas de los Interbloques de Cambiemos de Diputados y Senado se habían reunido con Marcos Peña y Rogelio Frigerio para discutir el tema. También con Javier Iguacel. Desde el Congreso, el mensaje fue claro: sea como fuere, hay que dar marcha atrás con la medida. Emilio Monzó y Mario Negri estuvieron en esa línea y si bien no hubo ruptura, en la Rosada quedó claro que el Congreso no iba a apoyar la medida.
En la UCR menos. Ayer a la mañana el radicalismo ya no silenció la situación y mostró el proyecto alternativo que habían acordado en la UCR Alfredo Cornejo, Gerardo Morales, Negri y Luis Naidenoff.
Esta vez fue Morales que quien primero encabezó la rebelión contra el gobierno alegando que la situación de tarifas se había tornado impagable. Cornejo lo siguió enseguida, tal como ya había protestado por el tema tarifas.
Ese proyecto radical arranca en la base del problema, definiendo las tres etapas del proceso: "1. El precio del gas -nominado en dólares-; 2. La tarifa de transporte; y 3. La tarifa de distribución. Estas últimas son precios regulados, nominados en pesos y que se actualizan semestralmente por el índice de precios mayoristas".
Establece entonces que el costo total de la diferencia cambiaria en el pago del gas a las petroleras que lo proveen al sistema, unos $20.000 millones, será afrontado 50% por las empresas y el resto por el Estado incluyendo una partida en el Presupuesto nacional para que se amortice en 24 cuotas, el mismo plazo que se le daba a particulares,
"Considerando un tipo de cambio de $38 por cada dólar, esa suma reflejada en dólares asciende a U$D 263.157.895, por lo que manteniendo el plan de 24 cuotas, el Estado Nacional debería abonar aproximadamente U$D 10.965.000 por mes, o buscar una alternativa de financiamiento que sea factible cumplir", decía ese paper.
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