18 de octubre 2018 - 23:33

Peronismo de autor, exégesis de la Lealtad y objetivo 2019: Vidal

SIN CANDIDATO/A DE UNIDAD, TODOS BUSCAN DESGASTAR A LA GOBERNADORA - La celebración del 17 de octubre desdobló al principal partido opositor en al menos cinco actos, incluido el PJ macrista. Los intendentes acotaron a Máximo. Manzur se mostró con Massa y padeció el vacío de los demás gobernadores. Gioja se fue a Corrientes con Rossi. En Salta, Urtubey le escapó a la liturgia.

Elige tu propio PJ. En Merlo, intendentes del conurbano montaron festejo propio pero bajaron a Máximo de la lista de oradores. Juan Manzur, gobernador de Tucumán se abrazó a Sergio Massa y Miguel Pichetto en el acto del peronismo anti K. Juan Manuel Urtubey no fue y se quedó en Salta. José Luis Gioja, presidente del PJ a nivel nacional, estuvo en Corrientes con el cristinista Agustín Rossi.  Soledad de Ramón Ayala (UATRE) al frente del PJ macrista.
Elige tu propio PJ. En Merlo, intendentes del conurbano montaron festejo propio pero bajaron a Máximo de la lista de oradores. Juan Manzur, gobernador de Tucumán se abrazó a Sergio Massa y Miguel Pichetto en el acto del peronismo anti K. Juan Manuel Urtubey no fue y se quedó en Salta. José Luis Gioja, presidente del PJ a nivel nacional, estuvo en Corrientes con el cristinista Agustín Rossi. Soledad de Ramón Ayala (UATRE) al frente del PJ macrista.
Con apoyo tácito de los intendentes del conurbano, el principal obstáculo de Cristina de Kirchner para encolumnar al peronismo se encarna en los Gobernadores y en Sergio Massa. En el Día de la Lealtad, el kirchnerismo lució acotado como anexo de los jefes territoriales: mandatarios provinciales y alcaldes de la provincia de Buenos Aires.

Más allá de la dispersión escénica que licuó la unidad peronista en al menos cinco actos, todos los sectores del PJ comienzan a construir terminales políticas y una estrategia común de cara a 2019 que consiste en desgastar a María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires como trampolín electoral para disputar la sucesión de Mauricio Macri.

La gobernadora es el principal blanco de las distintas facciones del peronismo para derrotar a Cambiemos en 2019. Esta semana la estrategia quedó expuesta de manera radical. El asedio de los sindicatos sobre la gobernación se tradujo en cuatro paros simultáneos. Los docentes liderados por el kirchnerista Roberto Baradel sumaron otras 48 horas sin clases en la provincia. También pararon los médicos enrolados en CICOP (Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires), los estatales de ATE -previo intento de copamiento del edificio de la gobernación-, y los empleados judiciales.

Juan Manzur, gobernador de Tucumán se abrazó a Sergio Massa y Miguel Pichetto en el acto del peronismo anti K

Más allá de los prontuarios, a Cristina y al sector del salteño Juan Manuel Urtubey, Massa y Miguel Pichetto -presentes ayer en el acto del gobernador Juan Manzur en Tucumán-, los separa la cosmovisión del armado electoral para 2019. Tanto el gobernador de Salta como el jefe del Frente Renovador y el titular del bloque PJ en el Senado impulsan un peronismo de centro alejado de Cristina para pescar votos dentro de la pecera electoral de Cambiemos ante el descalabro económico del Gobierno nacional. Sin embargo, en Unidad Ciudadana, donde también anida el peronismo, buscan mantener el perfil de izquierda, centro-izquierda que amplió la base electoral del PJ durante los gobiernos de Néstor y Cristina de Kirchner.

Juan Manuel Urtubey no fue y se quedó en Salta.

La expresidenta transita ahora su propio laberinto. Con un intención de voto que, de acuerdo a las encuestas y al resultado que obtuvo en la legislativa 2017, acaricia el 40% no logra sumar el apoyo de los gobernadores peronistas. La traumática relación de Cristina con los mandatarios provinciales, retratada de la manera más brutal en su vínculo con el entonces gobernador bonaerense Daniel Scioli, aleja al kirchnerismo de la foto de unidad. Su principal anclaje territorial anida en los intendentes del conurbano bonaerense donde el empirismo electoral ata a los alacaldes nuevamente a la boleta de Unidad Ciudadana. Necesitan el arrastre de votos de Cristina para blindar la gobernabilidad en los Concejos Deliberantes y también sus reelecciones. Allí manda el pragmatismo político. En distritos como Hurlingham, La Matanza, Esteban Echeverría, Merlo o Ituzaingó la expresidenta rompe el techo del 50% de intención de votos, un caudal electoral imposible de rechazar a la hora de pegar la boleta.

Sin embargo, en el acto propio que la liga de intendentes del conurbano organizó ayer en Merlo, con el presidente del PJ bonaerense, Gustavo Menéndez, como anfitrión, los territorios acotaron la estrella de Máximo Kirchner. En una especie de devolución de gentilezas, lo dejaron afuera de la lista de oradores que estuvo a cargo de Fernando Gray (Esteban Echeverría) y del matancero Fernando Espinoza. La Cámpora se mueve por los municipios de manera autónoma, sin participar a los intendentes, con apariciones sorpresa de Máximo y con herméticos discursos en unidades básicas para auditorios reducidos.

Soledad de Ramón Ayala (UATRE) al frente del PJ macrista.

Alberto Descalzo, jefe de la primera sección electoral, exhibió ayer en Merlo el nuevo esquema de poder de los alcaldes que se mueven en bloque y la reservan a Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) y/o a Verónica Magario (La Matanza), la candidatura a gobernador de Buenos Aires. Y con Máximo encabezando la boleta de diputados nacionales por Buenos Aires. "Vamos a volver a gobernar el país con un proyecto nacional y popular. Para eso la gente nos pide unidad y responsabilidad para que el Gobierno deje la política de ajuste y tarifazos y alguna vez piense en el pueblo", fue la arenga del intendente de Ituzaingó.

Los intendentes se desmarcaron así del acto que organizaron Manzur, y Luis Barrionuevo, en Tucumán que ante el vacío del resto de los gobernadores -sólo asistieron el riojano Sergio Casas y la catamarqueña Lucía Corpacci- terminó copado por Daniel Scioli, Massa y Pichetto junto a diputados del peronismo federal como Diego Bossio y los popes de la CGT, Héctor Daer y Carlos Acuña. En Tucumán emergió un sector del peronismo no kirchnerista que, como mal menor, apunta a Massa como presidenciable en 2019. También lejos de Cristina aparece Juan Manuel Urtubey quien ayer le escapó a la liturgia y optó por un acto de gestión para celebrar el Día de la Lealtad. "La lealtad es con los más humildes", aseguró el salteño. Y en un mensaje a Manzur, Massa y Pichetto advirtió que el gran desafío "no es unir a los dirigentes sino a los argentinos". Fue en el acto de presentación del programa integral de nutrición "Alimendar", donde el gobernador anunció un refuerzo presupuestario para los planes alimentarios de los municipios salteños,

En Corrientes, el sanjuanino José Luis Gioja (exgobernador y titular del PJ nacional) encabezó el acto del kirchnerismo explícito. Junto al titular de la bancada del Frente para la Victoria, el diputado Agustín Rossi, Gioja se prepara para la disputa que se anticipa en su provincia con el actual gobernador, Sergio Uñac. En Tucumán, Manzur sufre el mismo síndrome. Su antecesor, José Alperovich, será candidato a gobernador por Unidad Ciudadana en un esquema que fractura el voto peronista. Allí radica el súper-poder de cada uno de los peronismos: ni a Cristina ni a Massa ni a Urtubey les alcanaza para ganar las presidenciales. Pero tienen la potestad de hacer perder a su adversario interno en el peronismo.

Además de los (cuatro) actos de los intendentes con Máximo, de Manzur con Massa, de Gioja con Rossi y de Urtubey, el secretario general de las 62 Organizaciones, Ramón Ayala, encabezó un almuerzo como representante del peronismo macrista. El jefe gremial había invitado a dirigentes de Cambiemos pero nadie asistió a su celebración a pesar de que Ayala hizo su mejor esfuerzo para definir al kirchnerismo: "Hubo una banda de ladrones que se hacían llamar peronistas, se hicieron del Poder para robar lo que era del pueblo".

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