22 de octubre 2018 - 09:31

Maia: "La caída del salario real será superior al 10% y en dólares al 40%"

El exfuncionario analizó el programa económico del Gobierno. Se refirió a la inflación y a la posibilidad de que las Leliqs se transformen en una nueva "bomba".

José Luis Maia.
José Luis Maia.
José Luis Maia, economista, ex subsecretario de Programación Económica durante el mandato de Alfonso Prat Gay, anteriormente Director de Programación Económica cuando Roberto Lavagna ocupó el cargo de ministro de Economía, analizó el nuevo programa económico el cual considera que tiene posibilidades de tener éxito. En un reportaje con ámbito.com destacó que "el nuevo programa amplía los grados de libertad de la política macro". Al respecto, precisó, "el nuevo programa no solo parte de un tipo de cambio real mucho más competitivo, sino que intenta evitar la volatilidad cambiaria excesiva como fuente de nuevas crisis". Aunque reconoce que "la apuesta es riesgosa pero los otros caminos no eran mejores".

Maia asevera que no se formará una nueva bomba de tiempo con las Leliqs, "en la medida que se logre eliminar el déficit fiscal primario". Según sus estimaciones, la inflación de octubre todavía va a ser elevada, la de noviembre y diciembre debería ser inferior al 3%. Calculó que la caída del salario real será algo superior al 10% y que la disminución del salario en dólares superará el 40%.

Asimismo, afirmó que la caída del ingreso en dólares es el ajuste requerido para disminuir los déficits externos. A continuación los aspectos más salientes del reportaje concedido a ámbito.com

Periodista: ¿Puede funcionar el programa económico que acordó el gobierno con el Fondo Monetario Internacional? 

José Luis Maia: El objetivo del primer programa era recuperar rápidamente la confianza para que la Argentina pudiese volver a los mercados financieros internacionales. El programa asumía que la Argentina podía volver a emitir deuda por u$s 11.700 millones a partir del primer trimestre de 2019. Para ello alcanzaría con acelerar el sendero de reducción del déficit fiscal y fortalecer el esquema de metas de inflación eliminando el financiamiento del BCRA al Tesoro y fijando una nueva meta inflacionaria. Continuaba la flexibilidad cambiaria, lo cual se seguía asumiendo que garantizaba el equilibrio de las cuentas externas. El programa duró casi nada porque no se atacaron las causas últimas de la crisis. Pero esta vez, y a diferencia de la complicidad previa, el staff del FMI en su reporte se cubría advirtiendo que el programa enfrentaba sustanciales riesgos. Tarde muchachos. Caído el primer acuerdo, el nuevo programa modifica el esquema monetario-cambiario. Se pasó a un esquema de metas de agregados monetarios simple, la base monetaria. Y la flexibilidad cambiaria se acotó a una banda indexada. Lo importante es en el nuevo programa se amplían los grados de libertad de la política macro. En otras palabras, el nuevo programa no solo parte de un tipo de cambio real mucho más competitivo, sino que intenta evitar la volatilidad cambiaria excesiva como fuente de nuevas crisis, dejando de asumir que la flotación pura garantiza el equilibrio del sector externo.

P.: ¿Cuáles son los riesgos que tiene este programa?

J.L.M.:
Las fallas previas reiteradas han quitado credibilidad a la política económica y esta baja credibilidad eleva los costos y reduce los márgenes de maniobra de la política de estabilización. La fuerte contracción monetaria eleva la tasa de interés, ahora endógena, a niveles exorbitantes afectando la actividad. La apuesta es riesgosa, pero los otros caminos no eran mejores.

P.: ¿Es más conveniente poner la plata en el banco que tener una actividad? ¿volvió la timba financiera?

J.L.M.:
Venimos de una crisis cambiaria y lo que hay que evitar es volver a entrar en una peor. La falta de confianza en el peso tiene como uno de sus costos la alta tasa de interés para morigerar la demanda de dólares. Yo llamaría timba financiera cuando en una situación de no crisis el esquema monetario propicia ganancias extraordinarias por el diferencial de rendimientos en pesos respecto a la tasa libre de riesgo en dólares que no se compensa con depreciación del peso. Por ejemplo el carry trade del anterior esquema de metas de inflación. De acá en adelante le llamaría timba si en caso de producirse una estabilización, continuara una política de contracción monetaria que derive en excesivas tasas reales de interés, entradas de capital de corto plazo y apreciación cambiaria. Pero el nuevo esquema apuntaría a evitar repetir estos errores.

P.: Algunos sostienen que se está generando una nueva bola con las Leliqs...

J.L.M.:
No es tan así en la medida que se logre eliminar el déficit fiscal primario. Es que el tamaño de esa deuda (Leliq, Lebac y pases) en términos del PIB y la tasa de interés real que pagan (importa la tasa real) requerirían una emisión monetaria y una tasa de inflación reducidas si se eliminara el déficit primario. Más de uno podría preguntarse cómo es que puede aplicar una política fiscal restrictiva con una política monetaria tan contractiva en los albores de un año electoral. Repito, considero la opción elegida como la menos perniciosa dada la gravedad de la situación.

P.: ¿Cuánto tiempo considera que soportan las PYMES tasas de interés por encima del 60%? ¿Cree que puede haber cierre de pequeñas empresas y comercios?

J.L.M.:
Más allá del nivel de las tasas, muy elevadas en términos reales, lo más nocivo es que su prolongación en el tiempo conlleva quiebras empresarias. Ya a comienzos del año entrante deberían observarse disminuciones significativas de las tasas de interés que, si bien van a seguir siendo bien positivas en términos reales, van a acompañar a la disminución en la tasa de inflación.

P.: ¿Cree que puede haber cierre de pequeñas empresas y comercios?

J.L.M.:
Confío en que la fiebre deje de subir, que la inflación ceda y aparezcan signos de reversión que eviten cierres masivos. El sistema financiero está todavía en buena forma, descalzado y con bajos índices de incobrabilidad. El comportamiento de los depositantes y su confianza es clave para que los bancos no tengan que reclamar la devolución de los créditos.

P.: Más allá de las elevadas tasas de interés ¿no cree que debería haberse convocado para lograr un acuerdo voluntario de precios? ¿por qué cree que no lo hicieron?

J.L.M.:
Un programa monetario fiscal consistente con la reducción de la inflación es fundamental. Pero la disminución de la inflación depende también de la coordinación de expectativas y un acuerdo de precios puede ayudar a esa coordinación. Muchos dentro del gobierno piensan que la libertad de acción es más importante que cualquier acuerdo que pueda interpretarse como control de precios. Considero que están equivocados. Por otra parte sabemos que la inflación de los próximos meses no depende solamente de cuestiones monetarias. El papel de los llamados precios "regulados" es clave. Y ahí la descoordinación parece un problema no resuelto. En momentos de crisis no se pueden tomar medidas que pueden ser deseables en momentos de no crisis. La desregulación de mercados con pocos participantes no ayuda a reducir las expectativas inflacionarias en medio de un programa de estabilización. El gobierno debe evitar cometer más errores no forzados.

P.: Se conoció el IPC de septiembre que se ubicó en 6,5% y la inflación núcleo 7,6%. ¿Estima que en los próximos meses este índice puede bajar y, de ser así, en cuánto?

J.L.M.:
La inflación de octubre todavía va a ser elevada, la de noviembre y diciembre debería ser inferior al 3%.

P.: ¿En cuánto estima la caída del poder adquisitivo y del consumo?

J.L.M.:
La Argentina entró en una nueva fase recesiva y el PIB va a caer probablemente más de un 2% este año en el cual la mayor incidencia es la del consumo, con una inflación aproximada al 45%. Como en todo escenario de estanflación disminuye el poder adquisitivo de los salarios. Y esta vez la caída es fuerte. Pero suele cometerse el grosero error de medir la caída en términos de dólares y no la disminución del salario real, esto es del poder adquisitivo de una canasta de consumo. Este año mientras la caída del salario real será algo superior al 10% la disminución del salario en dólares superará el 40%. Por su parte, la caída del ingreso en dólares es el ajuste requerido para disminuir los déficits de la cuenta de bienes (u$s 5.500 millones en 2017) y de la cuenta servicios (casi u$s 10.000 millones en 2017) fundamentalmente por el turismo emisivo. Los mercados van a querer ver que el déficit externo se reduce significativamente para dejar de lado las dudas sobre la sostenibilidad externa del programa.

P.: ¿En cuánto debería ubicarse el tipo de cambio a fin de año para no perder competitividad?

J.L.M.:
De acá a diciembre la competitividad medida por el tipo de cambio real estará definida por la inflación, esto es el traslado a precios que reste, dado que el tipo de cambio nominal tiene un piso que se indexa diariamente a un ritmo del 3% mensual. De tocarlo el BCRA interviene comprando divisas y reservándose la posibilidad de esterilizar parte del aumento de la base monetaria. Lo importante es que de ahora en más, el BCRA cuenta con un instrumento adicional, las compras de dólares esterilizadas, para cumplir con un objetivo adicional, evitar la excesiva apreciación cambiaria.

P.: ¿Por qué esta vez las metas fiscales con el FMI se podrán cumplir? ¿Se podrá realmente llegar a déficit cero?

J.L.M.:
El déficit primario cero para el 2019 resulta necesario para el cumplimiento del programa financiero del Gobierno. La reincorporación de las retenciones a las exportaciones es la llave para su cumplimiento, medida necesaria por su efecto recaudatorio y lógica por la magnitud de la depreciación. Pero más allá de las retenciones, está sorprendiendo gratamente la recaudación impositiva a pesar de la recesión. Por otra parte, el acuerdo cubre prácticamente todo el financiamiento requerido hasta fines de 2019, suponiendo una mínima refinanciación de las letras del Tesoro que vencen dentro del año. Por eso la primera reacción al acuerdo es una suba en el precio de los bonos y caída de la prima de riesgo país. Por último el proyecto de presupuesto prevé utilizar un 0,4% del PIB del Fondo de Garantía Solidario para cubrir parte del gasto de la reparación histórica a los jubilados, con lo cual la meta de déficit primario sería de 0,4% del PIB en lugar de cero.

P.: ¿Cuáles son las debilidades en materia política que afectan a la buena marcha del plan?

J.L.M.:
No soy de los que piensan que la base de los problemas es una crisis política. Creo que las fallas en el diagnóstico y en la implementación de la política económica están en el trasfondo de la crisis política. Aunque debo admitir que últimamente se observan cortocircuitos que pueden revertir las causalidades. El esquema monetario y cambiario del nuevo acuerdo puede sacar la economía adelante. El margen es escaso, no se pueden cometer más errores, y la política tendrá que hacer su parte para llegar a buen puerto.

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