23 de noviembre 2018 - 12:35

Olas de calor podrían dañar la fertilidad masculina

Tras analizar escarabajos, expertos demostraron que las altas temperaturas no sólo mermaba la cantidad de espermatozoide sino que disminuia el comportamiento sexual en los machos. Las hembras no se vieron afectadas.

Un estudio a cargo de investigadores del Reino Unido y Polonia concluyó que el cambio climático podría ser una amenaza para la fertilidad masculina, tras comprobar que las olas de calor dañan los espermatozoides en los insectos. El trabajo, fue publicado en la revista Nature Communications y podría ayudar a explicar las extinciones de especies asociadas al clima.

"Sabemos que la biodiversidad está sufriendo debido al cambio climático, pero las causas y sensibilidades específicas son difíciles de precisar. Hemos demostrado en este trabajo que la función espermática es un rasgo especialmente sensible cuando el ambiente se calienta", apunta Matt Gage, de la Universidad de Anglia del Este, en el Reino Unido y autor principal del trabajo, citado por el diario El Mundo.

"Dado que la función del esperma es esencial para la reproducción y la viabilidad de la población, estos hallazgos podrían proporcionar una explicación de por qué la biodiversidad está sufriendo bajo el cambio climático", completó Gage.

Durante la investigación, los científicos observaron los efectos de olas de calor en escarabajos rojos de la harina (Tribolium castaneum), expuestos a condiciones térmicas estándar y a olas de calor simuladas de cinco días, con entre cinco y siete grados más de la temperatura óptima. Y analizaron el daño potencial del calor al éxito reproductivo, la función del esperma y la calidad de la descendencia.



En concreto, los científicos descubrieron que las olas de calor reducían a la mitad la cantidad de descendientes que los machos podrían producir y que un segundo episodio de este tipo casi los esteriliza. Las hembras, por su parte, no se vieron afectadas.

Después de las olas de calor experimentales, los machos redujeron la producción de espermatozoides en tres cuartas partes y cualquier esperma producido posteriormente tardaba en migrar a los órganos femeninos y era más probable que muriera antes de la fertilización. A su vez, las altas temperaturas impactaron en el comportamiento sexual masculino, porque los machos se apareaban con la mitad de frecuencia que cuando no había episodios de altas temperaturas.

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