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21 de septiembre 2018 - 23:35

CGT: más cerca de romper, Moyano marcha a Luján con guiño eclesial

• SUPERJUEVES SINDICAL CON CUMBRES PARALELAS DE DIALOGUISTAS Y DISIDENTES
El triunvirato de la central confirmó el paro del martes. En paralelo, la oposición hizo un plenario en Ferro que cerró el camionero con duras críticas al Gobierno. El sector marchará un día antes de la huelga y el 20/10.

Paralelos. Mientras Hugo Moyano encabezaba un plenario opositor y llamaba a marchar a Luján el 20/10 el Consejo Directivo de la CGT ratificaba el paro nacional del martes.
ás hacia una nueva ruptura. Mientras su conducción ratificó el paro de actividades del martes que viene la dirigencia opositora al Gobierno, encarnada en Hugo Moyano, anunció que además de cumplir la huelga y movilizarse a la Plaza de Mayo un día antes junto a las CTA, el 20 de octubre hará una marcha hacia Luján con foco en la problemática social y guiño a la Iglesia católica. La protesta fue anunciada durante la presentación en un acto del Frente Sindical por el Modelo Nacional, el bloque promocionado por el camionero junto con otros objetores de la administración de Mauricio Macri.

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El "superjueves" sindical se dirimió en sendos encuentros en dos puntas de la ciudad. Mientras el triunvirato de secretarios generales de la CGT reunió a su Consejo Directivo en Azopardo para darle marco formal al paro del martes, el cuarto en lo que va de gestión de Macri, en el microestadio de Ferro Moyano exhibió su más nuevo y ecléctico plantel de aliados que incluye gremios tradicionales como los mecánicos de Smata, la Asociación Bancaria y todos los sindicatos aeronáuticos, así como las dos versiones de la CTA y, a través de esos sellos, algunas organizaciones sociales. La mayor distancia entre dialoguistas y confrontativos no implicará en lo inmediato un quiebre en la CGT pero sí una situación que a medida que se sostiene y crece se volverá más insostenible para los dirigentes. Como informó este diario los gremios opositores que integran la CGT tienen en carpeta a la espera del momento adecuado- renunciar a sus cargos en el Consejo Directivo así como hizo el mes pasado Camioneros por orden de Moyano. Pero, además, la radicalización de los disidentes dará pie a un encadenamiento de medidas de fuerza que tendrán como eje, hasta fin de año, el debate parlamentario por el proyecto de ley de Presupuesto 2019 y las reuniones en Argentina del G-20.



La institucionalidad y el peso específico de los sindicatos tradicionales permanecieron ayer en Azopardo. La reunión de Consejo Directivo contó con la presencia de los miembros del triunvirato, Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, y de los influyentes "gordos" de los grandes gremios de servicios y los "independientes" de buen diálogo con el Gobierno. Una señal de fortaleza interna en la constante disputa con la oposición fue la reincorporación de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) al esquema deliberativo del Consejo Directivo.

El líder de los metalúrgicos, Antonio Caló, había ordenado la renuncia a fin de año de su delegado en la CGT, Francisco Gutiérrez, y rechazado poner a otro dirigente en su lugar por lo que el cargo de secretario del Interior fue cubierto con otro gremio. Desde entonces coqueteó con los opositores y también con el Movimiento de Acción Sindical (MASA), un grupo que permanece por fuera de la estructura formal de la central. Sin embargo en las últimas semanas Caló recobró el vínculo con los espacios más tradicionales, sobre todo con el gastronómico Luis Barrionuevo, y acordó su vuelta al Consejo Directivo a través del dirigente platense Enrique Salinas, veterano de las internas de la CGT.

En Ferro, casi en simultáneo, deliberó durante varias horas un plenario de signo opositor de delegaciones regionales de la CGT. Cerraron el debate el propio Moyano, el mecánico Ricardo Pignanelli (Smata) y el bancario Sergio Palazzo. Allí dieron a conocer un documento bajo el título "La Patria está en peligro; la política económica debe cambiar" y anunciaron la movilización a Luján para el 20 de octubre. Esa marcha, a un espacio emblemático para la grey católica por la presencia de la Basílica, tendrá como eje las consecuencias sociales del ajuste impulsado por el Gobierno y, según sus organizadores, cuenta con un aval del Episcopado. La decisión de Caló de regresar a Azopardo significó un revés para el grupo disidente, en el que reportaba Francisco Gutiérrez. A cambio sumó ayer a una de las tres fracciones en las que se dividió las 62 Organizaciones: la cercana al kirchnerismo que encabeza Horacio Valdéz, del sindicato del vidrio, exaliado de Luis Barrionuevo. Ayer también asistieron los líderes de las dos versiones de la CTA, Hugo Yasky y Pablo Micheli, y el docente bonaerense Roberto Baradel, entre otros.

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