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12 de noviembre 2018 - 23:08

Charlas de quincho

Buenos Aires ya entró en modo G-20. Guerra por hoteles parece pacificarse, pero habrá que pasar también dos visitas de Estado. Boda clave en el mundo financiero. El campo, alerta. Dudas por un viaje de Carrió. El final de la Primera Guerra Mundial en B.

Cumpleaños. Embajador de Japón, Noriteru Fukushima; la “China” Suárez y su madre, y Benjamín Vicuña.
ás con las complicaciones diplomáticas que aparecen para ubicar a todos los participantes en los hoteles reservados y cumplir con los "caprichos" oficiales de cada delegación. De todas formas, todo va tomando color. Se supo, por ejemplo, que ya el 29 de noviembre habrá dos bilaterales: Mauricio Macri-Emmanuel Macron y también del argentino con Giuseppe Conte, presidente del Gobierno italiano. Juliana Awada tendrá un rol clave en el primer encuentro ya que tiene excelente relación con Brigitte Macron. Es más, entre los franceses se asegura que llegaron a ser amigas personales más allá de lo protocolar. Donald Trump y la enorme delegación estadounidense (900 personas) se agarraron todo el Palacio Duhau más el Sofitel Recoleta, que está frente al Patio Bullrich. Trump llega con 5 aviones de los que descargaran 2 "Beast" (la mega limo presidencial blindada) y 4 helicópteros. Los saudíes colmaron todo cálculo: traen 1.200 personas y Vladímir Putin llega acompañado de 500 rusos. Se alojará, junto a Angela Merkel (una de las mas austeras, como siempre) en el Alvear. El turco Recep Tayyip Erdoestará en el Faena y los japoneses, quizás para no desentonar, en el Emperador. En el revoleo de hoteles los españoles fueron a un empresa propia, el Melia y los franceses se quedaron con el Four Seasons y parte del Alvear Art, otro establecimiento que tuvo fuertes disputas para quedarse con habitaciones. Como en todo G-20, además de reuniones, hay visitas paralelas que complican todo el movimiento. Esta vez Trump y Xi Jinping vienen también en visita de Estado, lo que obliga a activar todo el aparato protocolar del Gobierno e incluir hasta el Congreso y la Corte Suprema. Mucho menos feliz, en materia diplomática, se mostraba el fin de semana el equipo de la Embajada argentina en Israel, que esta al frente de Mariano Caucino, al enterarse de la estadía "extraoficial" en ese suelo de Elisa Carrio, que ni siquiera se había comunicado con la sede argentina en ese país. Curioso porque no se conoce cómo y por qué vía la diputada desembarcó en ese país. Es decir, por lo menos no hay noticia en el Estado argentino.

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El sábado por la noche buena parte del mundo financiero se trasladó a Cardales para el casamiento de Inés Cristofani con Alex Joost Newbery, hijos del presidente del Santander Rio y del fundador de Movicom y que acaba de comprar Supercanal. Buena parte del centro de la escena se lo llevó Gabriela Michetti, amiga de la familia Cristofani. Distendida y alegre, bailó y no habló demasiado de las chances ciertas que le adjudica Cambiemos de volver a ser compañera de fórmula de Mauricio Macri en la presidencial del año que viene. Esa posibilidad de viene barajando desde hace meses en el Gobierno (incluso antes que estallara la crisis del dólar) y ahora vuelve. Está claro que entre las opciones que tiene Mauricio Macri para garantizarse el control del gobierno, la de Michetti es la más segura teniendo en cuenta las dudas que le despierta al PRO subir a ese podio a un radical y mucho más a Elisa Carrió, a la que jamás entregarían el uso de la Presidencia de la Nación aunque más no fuera durante un viaje presidencia. Se entiende esa lógica, como se comprende también que a Michetti Macri tiene que agradecerle no solo haber cumplido con su rol de vicepresidente sin despertar duda alguna sobre su lealtad (como sí sucedió con todos los vicepresidentes de esta era democrática), sino que también aceptó hacerse cargo de algunos temas en el exterior y firmar decretos complicados, mientras el Presidente no estaba en el país. Se organizó una logística impresionante esa noche para llegar a un casco de estancia colonial en Cardales en medio de la tormenta que complicó el sábado. Los más astutos decidieron llevar ojotas para pasar los tramos más complicados por el agua que cayó en vendaval. Así, unas 700 personas se acomodaron en una gigantesca carpa en la que se sirvió primero un bandejeo de langostinos y salmones y luego la cena. Un dato curioso fueron los vagones de tren convertidos en toiletes que se instalaron, mucho más sofisticado obviamente que los clásicos e incómodos baños químicos. En las mesas se acomodaron del lado Cristofani, Jaime Campos, Gabriel Martino, Miguel Etchevehere o Claudio Cesario y por los Joost Newbery, muchos socios e importantes inversores de Wall Street, California, Brasil, Chile, Paraguay, Turkia y Paquistan.

Al margen de la política y el fútbol, que enmascaró todo, el clima logró también su porción de atención, y no solo porque la "pelota picaba o no", sino por el futuro de la producción agropecuaria, cada día más trascendente para el futuro del país y, más aún, del Gobierno de Macri. Tanto es así que, como en otras épocas, parece volverse al estilo de "números inflados" para la próxima cosecha, sobre cultivos que ni siquiera se terminan de sembrar aún, y que hacen crecer día a día las dudas sobre los pronósticos oficiales de "récords" que, cada vez aparecen más voluntaristas, en especial en maíz, donde los funcionarios proyectan alrededor de 50 millones de toneladas, sobre más de 9 millones de hectáreas de siembra cifras que, probablemente, sean al menos 15%-20% inferiores. Y eso fue lo que se comentaba en distintos encuentros y reuniones de esta semana, desde la mensual del Estudio Broda, en la Ucema, hasta la de la malhumorada gente de los biocombustibles en la sede de la UIA de Avenida de Mayo, pasando por otros encuentros privados donde, en general, la producción agroindustrial no podía ocultar su preocupación por las continuas subas en el precio de los combustibles, y la persistente caída del dólar que, incluidas retenciones de $3-4, ahora apenas logra superar los $31-32 dejando nuevamente fuera de competitividad a numerosos rubros. En esos casos, el destino vuelve a ser el mercado interno, pero ahora también se enfrenta el agravante de la fuerte caída local del consumo. Mientras los bonaerenses miraban al cielo cruzando los dedos para que las lluvias no les "barran" las semillas recién sembradas, y siguen pidiendo reuniones por el tema de la creciente inseguridad, como la que la flamante cúpula de la Federación Agraria Argentina le solicitó al ministro Cristian Ritondo, en otros distritos como Córdoba y Santa Fe, recién en las últimas horas comenzaron algunas lluvias que permitirían regularizar la sequía creciente en varias localidades, también afectadas por nuevos granizos que ya habían provocado daños variables, aparentemente aún no contabilizados por el sector oficial.

Se vieron pocos kimonos, pero hubo mucha comida japonesa en el festejo de cumpleaños adelantado del emperador Akihito, en la residencia del embajador japonés en Argentina, Noriteru Fukushima. Convite excepcional y medio millar de invitados con motivo del fin de ciclo del emperador, quien abdicará en abril y dejará el trono a su hijo Naruhito, dando fin a la era Heisei (1989-2019), asunto de peso para Japón, hogar de la monarquía hereditaria más antigua del mundo. Por la casona de Belgrano R. desfiló lo más destacado de la diplomacia en Argentina y los principales embajadores extranjeros en el país. La mitad de los asistentes eran de la comunidad japonesa y las conversaciones en japonés poblaron el parque del embajador. Mientras crecía la expectativa por el sushi y la carne japonesa wagyu asada, hubo barra libre de distintos tipos de sake, y tragos a base de esa bebida y de sochu. Los invitados comenzaron a aparecer junto a chefs como Donato De Santis, Takehiro Ohno y Ximena Sáenz. Miradas extra para Eugenia "China" Suarez, quien asistió junto a su madre, su hermano, su cuñada, y su pareja, el actor Benjamín Vicuña. La "China", de ascendencia japonesa, llevó un vestido blanco con moño y detalles en negro, y el pelo recogido. Otros famosos presentes fueron Minerva Casero, actriz e hija de Alfredo Casero, y su pareja, Tomás Kirzner, hijo de Adrián Suar y Araceli González. Pasó la noche sentada sin despertar tanta atención la viuda y albacea de Jorge Luis Borges, María Kodama. En representación del Gobierno sólo estuvo el vicecanciller, Daniel Raimondi. Hubo algunos economistas de pasado destacado en la función pública que aprovecharon el cocktail para distenderse en uno de sus pasatiempos preferidos: criticar las decisiones sobre la economía que toma el Gobierno. Apuntaron directo a la conducción económica, a la que tildaron de "cabeza dura" y de mucha "soberbia" por no aceptar sugerencias. Alguien recordó mitad en serio mitad en broma la calma previa a diciembre de 2001. Pero la mala onda se esfumó completamente cuando, tras cantarse los himnos argentino y japonés, el embajador habló a los reunidos. Fukushima agradeció el acercamiento que hubo en los últimos tres años de relación bilateral y lo consideró una "época de oro". Recordó las visitas cruzadas de mandatarios, entre ellas la venida del primer ministro Shinzo Abe y próximo regreso fin de mes para el G-20, el viaje del presidente Mauricio Macri a Japón en 2017 y su futuro retorno al archipiélago para el G-20 de 2019. El embajador recalcó la inversión y el desembarco de firmas japonesas en Argentina de los últimos tiempos y valoró el desempeño de las compañías. Entre ellas Toyota, que crece aún en el huracán de caídas que afectan a toda la producción automotriz. En 2019 Argentina enfrentará un año electoral caldeado por la crisis y Japón con una poco común abdicación del emperador, vivirán ambos países una inevitable transición. Tras el discurso y el brindis, música y cena. Si hay dos países fanáticos por la tradición de hacer colas esos son Argentina y Japón, característica que respetaron todos los comensales en largas filas. En las mesas de platillos tradicionales japoneses no faltó el sushi y, tras el impulso de este año a la exclusiva carne wagyu que fue importada especialmente para esta ocasión. En la larga y hambrienta espera un representante de una delegación africana charlaba con un periodista. Cuando el diplomático supo que el periodista era de un diario económico le disparó directo en un castellano elemental: "¿Dólar va a bajar?" En Argentina todo lo que baja tiene que subir, fue la respuesta, que dejó pensando al diplomático hasta que finalmente llegó a la mesa para descubrir las fuentes semivacías y servirse el resto de una guarnición de arroz con resignación.

La gente de la Bolsa de Rosario no ocultaba su alegría por el "open access", o acceso abierto que se logró para las cargas de ferrocarriles, que venía muy postergado y que prevén puede abaratar sensiblemente los fletes al permitir una mayor competencia. Otra positiva fue también el ingreso directo al Hotel Hilton que lograron los proveedores hortícolas del cinturón verde de La Plata, de la mano de su ministro Leonardo Sarkis, que ya tenía el galardón de los afamados "alcauciles plántenles" ( con nombre y apellido), y la iniciación de las gestiones con el gigante asiático Alibaba, con ventas multimillonarias por internet y que recientemente se supo que también está avanzando sobre la venta de carne fresca argentina (en cortes) al mercado chino.

Primero fue un cerco vegetal, luego en la década del 20 un muro separó los predios de la necrópolis británica y alemana dentro del cementerio de la Chacarita. Resabio de la Gran Guerra como se conoce a la primera Guerra Mundial en la que pelearon de un lado Alemania, Austria-Hungría, Bulgaria y el Imperio Otomano y del otro la alianza compuesta por Francia, Italia, Reino Unido y Rusia a los que se unió más tarde Estados Unidos. Ayer a 100 años del conflicto el muro cayó para siempre. Una conmemoración a los más de 19 millones de caídos en la contienda entre los que se estima unos 5.800 partieron de la Argentina a pelear en el ejército francés (Legión Extranjera), 4.800 combatientes en el ejército británico, y 32.430 en el ejército italiano. Inmigrantes de esos países y sus hijos nacidos en suelo criollo. La colocación de un portón que comunica desde ayer los dos cementerios fue también un acto de reconciliación, "aprender del pasado para no repetir en el presente y en el futuro la violencia en la humanidad", diría más tarde el arzobispo de la Iglesia anglicana argentina. El agregado francés coronel Pierre Yves Derangere rindió el homenaje más sentido; dio lectura a la lista completa de los franco-argentinos que cayeron en combate. Al término de la ceremonia en la que no faltaron gaiteros, los embajadores Jürgen Mertens (Alemania), Henri Guignard (Francia) y Mark Kent (Reino Unido) junto a los agregados militares de Italia coronel Elio Babbo y de Estados Unidos, coronel Eddie Ortiz, en representación de los titulares de sus legaciones, más un centenar de invitados especiales concurrieron al palacio Ortiz Basualdo, sede de la embajada de Francia. Si unión y camaradería era el lema, las exquisiteces servidas hicieron bien su trabajo. Los mejores quesos con denominación de origen, producidos aquí por Santa Rosa, el clásico espumante junto a mini salchichas alemanas con chucrut y cerveza, sólo faltó a los postres algún scotch o single malt y la trilogía del menú hubiera estado completa. Hubo globalidades de actualidad, algún buscapié geopolítico, dicho con altura y de no estar atento quizá el oyente no lo percibió. Tanto en las palabras del embajador francés, que repitió "multilateralismo" cuanto en las del germano, que aludió a "derribar muros" y "construir puentes materiales y humanos", las alusiones apuntan a la unipolaridad exhibida en las acciones de Donald Trump y a su política de aislar problemas fronterizos con gigantescas edificaciones.

Delicadezas. Macarrons en la Embajada de Francia para celebrar los colores de las banderas alemana, francesa y estadounidense. Poco después de la foto oficial esas delicias desaparecieron.

Se notó la ausencia de Oscar Aguad tanto en la ceremonia en Chacarita como en la de la embajada gala. Quizá el faltazo -envió en su lugar a Horacio Chighizola- se lea como una descortesía y falta de tino en una administración que se dice; volvió y recuperó el vínculo con el mundo. Uno podría decir que el kirchnerismo era más coherente en los desplantes, tanto Nilda Garré como sus sucesores hacían mutis por el foro a convites de los "aliados" por explicitas razones de convencimiento ideológico. En un ambiente de veteranos de guerra, uniformados extranjeros y nacionales, -el general Claudio Pasqualini, único presente de la cúpula criolla-, sumados empresarios del rubro bélico internacional, circuló información picante. Usinas germanas lamentaron el parate de una iniciativa de inversión que tiene de protagonista al avión IA-63 Pampa. Se trata de un proyecto de adquirir células (en idioma automotriz se diría, chasis y carrocería) del Pampa y terminarlas en suelo alemán colocándoles el resto de los conjuntos de última tecnología, aviónica digital, motor, comunicaciones, tren de aterrizaje, etc. El producto terminado llevaría el nombre Wolf y se pagaría un canon a la Argentina por cada aparato comercializado en mercados extranjeros, además de ceder esa tecnología a la Fábrica Argentina de Aviones. Se comentó que el propio presidente Mauricio Macri dio luz verde hace ya más de un año al proyecto pero metió la cola el perro del hortelano, el nacionalismo autóctono, y el expediente quedó congelado en oficinas del Ministerio de Defensa. La fuente rememoró que el ADN del Pampa es alemán, los esbozos salieron de la empresa germana Dornier Flugzeugwerke que asistió a la Fuerza Aérea en todo el período de diseño y desarrollo. Oídos bien abiertos registraron un dato inquietante: el encargado de la oficina de compras de la Fuerza Aérea Argentina en Francia canalizó un pedido de información acerca de la posibilidad de acceder al caza polivalente Rafale mediante un contrato de leasing. Más claro, contar con el aparato de 4ª/5ª generación fabricado por Dassault en un "pay per hour", alquiler contra pago de horas de vuelo. La especie sorprendió. Un pedido inusual si se tiene en cuenta que el gigante Dassault no contempla en su estrategia de negocios ese tipo de comercialización de nada, menos de su más novísima creación. Ni que hablar del análisis que harían de tal pedido quienes miran el balance del poder militar criollo y su implicancia en potenciales conflictos, léase el Atlántico Sur.

Sin tanta erudición, los números decretan la utopía del pedido: la hora de vuelo del Rafale ronda los 40.000 euros. "Nos contentamos con el Pampa", terció un representante de la fuerza nacional. La semana pasada los escuadrones de Pampa quedaron en tierra por orden del jefe Enrique Amrein a raíz del vencimiento de un explosivo iniciador que interviene en la secuencia de la eyección del piloto. La veda se levantó luego de que se hiciera una prueba de laboratorio a una muestra del explosivo pero la fuente expresó que aún falta que se expida la Dirección General de Aeronavegabilidad Conjunta, aunque los aviones ya están operando. Se recuperó el optimismo con otra data, se espera el arribo de los 5 aviones Super Etendard adquiridos a Francia, más 40 contenedores con repuestos para fin de diciembre. Demanda tiempo la coordinación del transportador con la autoridad del sistema vial francés que debe bloquear las rutas para el traslado de los aviones y los contenedores. Los aparatos y los repuestos están en distintas instalaciones del territorio francés.

Vamos a terminar con un chiste familiar: tres hermanos de cierta edad, todos ellos con excelente posición social y económica, están decidiendo qué regalarle a su madre, que cumplirá 90 años. El primero dice:

-Yo voy a regalarle una casa nueva de 700 metros cuadrados, con piscina y todas las comodidades, para que pase maravillosamente los últimos años de su vida.

El segundo dice:

-Yo le voy a regalar un Mercedes Benz de última generación, con chofer incluido, para que la lleve a pasear donde ella quiera.

Y el último dice:

-Yo le haré otro tipo de regalo. Como ustedes saben, mamá es muy religiosa y no hay día que no lea la Biblia, pero ya tiene muchos problemas de visión. Por eso, le regalaré un loro que me costó una fortuna y que es capaz de leerle la Biblia en voz alta. Llevó más de 10 años educar a ese loro. Ella sólo tiene que decir el libro, el capítulo y el versículo que quiera escuchar, y el loro se lo lee.

Al poco tiempo, los tres hermanos reciben un agradecimiento por escrito de la madre. Al primero le dijo: "La casa es preciosa pero yo sólo vivo en mi habitación, no viene nadie, y es una molestia la limpieza de un lugar tan grande. Gracias, de todas formas". Al segundo: "Es muy bonito el coche y el chofer muy amable, pero yo ya no me salgo a ningún lado. Gracias, de todas formas". Y al tercero: "Tu regalo fue el mejor, querido. El pollo estaba delicioso".

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