La convocatoria extraordinaria del eurogrupo se produce después de que la reunión inicialmente prevista de manera informal para ayer no se haya podido celebrar ante la falta de un acuerdo en los últimos días entre Grecia y los acreedores. Los jefes de la misión integrada por la Comisión Europea (CE), el Mecanismo Europeo de Estabilidad, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), han regresado a sus sedes, pero continuarán trabajando para forjar en los próximos días un acuerdo.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, había pedido ayer a Dijsselbloem convocar en los próximos días un eurogrupo tras rechazar elevar la cuestión al nivel de los jefes de Estado y de Gobierno en una cumbre europea como le había solicitado el primer ministro griego, Alexis Tsipras.
El objetivo de Tsipras era tratar de superar con sus homólogos el punto muerto en el que se encuentran las negociaciones ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo sobre el plan de contingencia adicional exigido por el eurogrupo el viernes pasado en su reunión informal en Amsterdam por valor de 3.600 millones de euros.
Se trata de medidas que deberían tomarse sólo en caso de que Grecia no obtenga un superávit primario del 3,5% del PBI en 2018, como está fijado en el tercer rescate pero que, según pidió el eurogrupo la semana pasada, se deben legislar a priori, aunque sólo se apliquen en caso de necesidad.
Tanto la Comisión Europea como el Banco Central Europeo y el fondo de rescate de la eurozona creen que Atenas sí cumplirá este objetivo, pero han accedido a pedir al país estas medidas preventivas para lograr un entendimiento con el FMI que duda que Grecia pueda alcanzar la meta con el programa actual.
Por su parte, el comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, pidió ayer que no se cree una "atmósfera de crisis" en torno a Grecia y las negociaciones con sus acreedores.
Agencia EFE |
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