25 de mayo 2016 - 00:00

Paro parcial de CTA para compensar deserción CGT

Hugo Yasky y Pablo Micheli
Hugo Yasky y Pablo Micheli
Las dos versiones de la CTA preparan un paro parcial con movilización a la Plaza de Mayo para el 2 de junio como respuesta, por ahora solitaria, al veto presidencial a la ley antidespidos y al ajuste del Gobierno sobre las variables económicas. Las centrales alternativas esperarán hasta mañana por una respuesta de las tres CGT, que como adelantó este diario se prevé será negativa.

Hugo Yasky y Pablo Micheli acordaron avanzar en el armado de una protesta de orden nacional y de una suerte de multisectorial de organizaciones sociales, civiles, empresarias, estudiantiles y cooperativas para oponerse a la política económica de Mauricio Macri. Ambos optaron por esa vía luego de recibir señales de parte de las CGT de que no irán a una huelga nacional. Como anticipó Ámbito Financiero, las organizaciones tradicionales esperan el cumplimiento del Gobierno a una promesa de sumar este año $ 2.700 millones extra a sus obras sociales.

El plan en análisis contempla una jornada de movilizaciones, con cese de actividades a partir de las 13 y una marcha hacia la Plaza de Mayo como centro de las acciones. La expectativa más concreta que mantienen los referentes de las CTA es la eventual adhesión de la CGT de Hugo Moyano o bien de algunos de los gremios que la integran, como el propio sindicato de camioneros. Es que Pablo Moyano, hijo mayor de Hugo y su lugarteniente en la organización de los choferes, ya había dicho que el veto debía disparar una huelga o, como mínimo, una movilización de repudio.

Las otras dos versiones de la central mayoritaria, encabezadas por Antonio Caló y Luis Barrionuevo, ratificaron que la opción de una huelga o medida de fuerza está descartada. Ayer mismo Caló dijo que "no se realizará un paro por el veto a una ley" y alegó que "es facultad del Presidente". "Si algún día se convoca a una huelga será porque hay muchos despidos, no por un veto", indicó. Y dio a entender que la prioridad es el proceso de reunificación de las CGT previsto para agosto.

En la misma línea, aunque más descarnado, Barrionuevo había dicho que "bajo ningún punto de vista" las CGT irían a un paro por sugerencia del peronismo, en alusión al planteo del titular partidario, José Luis Gioja, y acusó al partido de "colarse" en las protestas sindicales como la del 29 de abril pasado frente al Monumento al Trabajo.

En la CTA saben que el verdadero motivo de los referentes del otro sello para no ir a una huelga es la negociación abierta con el Gobierno por los fondos de las obras sociales. Pero no quieren agitar ese argumento por temor a romper el criterio de "unidad en la acción" que lograron desde este año y que tuvo en el acto del 29 de abril su episodio más relevante.

"Aunque salgamos a solas las dos CTA con una marcha a la Plaza de Mayo, la unidad en la acción con las vertientes de la CGT sigue siendo prioritaria para el movimiento obrero", concedió Yasky. El docente recordó que el viernes pasado se produjo un plenario en Villa Constitución "del que participaron más de cien sindicatos de las CGT y las CTA para repudiar los despidos y la política de ajuste del Gobierno nacional".

El docente sostuvo que el mecanismo para oponerse a la política económica oficial, a falta de consenso con las otras centrales obreras, es "constituir un espacio multisectorial con la participación de pequeñas y medianas empresas, la federación de clubes de barrio, movimientos cooperativos, trabajadores informales, empresas recuperadas y movimientos sociales, entre otros espacios". "Hay todo un movimiento por debajo que se quiere tapar pero que en cualquier momento hace erupción", añadió.

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