24 de junio 2016 - 00:00

Santos y las FARC sellaron el final del sangriento conflicto colombiano

El cese del fuego permanente firmado en Cuba es la antesala de un inminente tratado de paz. Los rebeldes entregarán sus armas en seis meses a veedores de la ONU.

HISTÓRICO. El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el líder de las FARC, Rodrigo Londoño, se estrechan la mano y muestran el acuerdo de cese del fuego definitivo. Raúl Castro fue el garante de las negociaciones.
HISTÓRICO. El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el líder de las FARC, Rodrigo Londoño, se estrechan la mano y muestran el acuerdo de cese del fuego definitivo. Raúl Castro fue el garante de las negociaciones.
La Habana - El Gobierno de Colombia y la guerrilla izquierdista de las FARC rubricaron ayer un cese del fuego bilateral, un histórico pacto que marca el fin de la confrontación armada más antigua del hemisferio y los deja a un paso de un acuerdo definitivo de paz.

El pacto, firmado en La Habana ante el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y varios presidentes de América Latina, estableció los procedimientos para que los rebeldes se concentren temporalmente en una veintena de zonas y entreguen las armas a la ONU en un plazo de seis meses tras el acuerdo definitivo como parte de su transición a la política.

Naciones Unidas acordó enviar observadores internacionales para ayudar en la verificación del proceso, así como la reincorporación a la vida civil de las FARC, el principal grupo rebelde de Colombia conformado por unos 7.000 combatientes, y su reconversión en una fuerza política.

"Que este sea el último día de la guerra", dijo el máximo líder de Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño, alias "Timochenko", antes de comenzar su discurso emocionado y con voz temblorosa tras la rúbrica.

Con el cese de hostilidades, las FARC renunciaron a más de medio siglo de lucha armada contra las Fuerzas Militares que ha dejado 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,6 millones de desplazados.

Durante la emotiva ceremonia en Cuba, donde las partes estuvieron negociando por más de tres años, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, estrechó la mano del líder guerrillero.

"Hoy, por fortuna, con lo que se acaba de firmar, damos vuelta a esta trágica y larga página de nuestra historia", dijo Santos. "Hoy se abre un nuevo capítulo, un capítulo que nos devuelve la esperanza, que nos permite empezar a cicatrizar las heridas y que les da a nuestros hijos la posibilidad de no repetir la historia que tanto daño le hizo a nuestro país".

El pacto, denominado "Fin del Conflicto", incluye garantías de seguridad y la lucha contra las organizaciones criminales sucesoras del paramilitarismo, y la persecución de conductas criminales que amenacen la implementación de los pactos.

"Esto significa, ni más ni menos, el fin de las FARC como grupo armado", destacó el mandatario.

El cese del fuego deja a las partes en el umbral de un acuerdo definitivo de paz, que Santos adelantó se firmará en Colombia y Londoño precisó que será en un plazo "relativamente breve".

A pesar los obstáculos, el Gobierno y el grupo rebelde ya habían logrado acuerdos previos sobre mecanismos para dar acceso a la tierra a los campesinos pobres, la transformación de la guerrilla en un partido político, justicia, lucha contra el narcotráfico, desminado y búsqueda de desaparecidos.

Las partes ahora se concentrarán en lograr un consenso para que los colombianos ratifiquen el acuerdo de paz. Por lo pronto, las FARC se comprometieron ayer a aceptar el mecanismo de refrendación que decida la Corte Constitucional.

"Estamos muy cerca de la firma del acuerdo final que pondrá fin al conflicto e iniciará la construcción de una paz estable y duradera", dijo Londoño.

Cuba, representada por su presidente Raúl Castro, y Noruega son los países garantes en la negociación de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC, y sus funcionarios fueron los encargados de leer el pacto de cese al fuego. Chile y Venezuela actuaron como naciones acompañantes en el proceso.

En La Habana también estuvieron los presidentes de Chile, Michelle Bachelet; de México, Enrique Peña Nieto; y de República Dominicana, Danilo Medina.

Estados Unidos felicitó al Gobierno colombiano por el histórico pacto que dijo representa un progreso importante hacia el fin del conflicto. "Estaremos listos para ayudar al pueblo colombiano mientras trabaja hacia una paz justa y duradera", sostuvo la asesora estadounidense de Seguridad Nacional, Susan Rice, en un comunicado.

Agencias Reuters, AFP y EFE

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