6 de julio 2016 - 00:32

Presiona la CGT por demora en fondos para obras sociales

• ESPERAN QUE EL GOBIERNO CUMPLA CON ENVÍO DE 2.700 MILLONES DE PESOS
La demora del Gobierno en distribuir $2.700 millones extra, como se había comprometido Macri, encendió alarmas y endureció la postura de los dirigentes.

Luis Barrionuevo
Luis Barrionuevo
 El malestar creciente de la CGT con el Gobierno, con eje en una serie de incumplimientos a compromisos asumidos y que llevó a sus principales referentes a advertir por la reapertura de paritarias, tiene como vector central la demora en una inyección de fondos garantizada hacia las obras sociales sindicales. Se trata de un desembolso superior a los $2.700 millones que los funcionarios habían asegurado como parte de los acuerdos entre la administración de Mauricio Macri y los referentes de la central obrera a cambio de un primer año de mandato con paz social y negociaciones salariales cautelosas.

La preocupación generalizada entre los líderes gremiales fue debatida en el almuerzo que compartieron el lunes en la sede del sindicato de los gastronómicos (Uthgra), como informó ayer este diario. El portavoz de la queja fue el anfitrión del encuentro, Luis Barrionuevo, paradójicamente uno de los que se muestra más cercano a Macri incluso en discursos públicos.

De esa reunión hasta ahora había trascendido una voluntad de endurecer la relación con el Ejecutivo pero no que el motivo principal tenía que ver con los recursos de las prestadoras de salud de los gremios. Además de Barrionuevo participaron de la comida Hugo Moyano, José Luis Lingeri, Carlos West Ocampo, Gerardo Martínez y Juan Carlos Schmid, entre otros.

La inquietud se remonta a la asunción de Macri, que entre los últimos nombramientos de su Gabinete accedió a darle a la CGT el manejo de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), un órgano estratégico que se encarga de asignar fondos entre las obras sociales. Tras esa primera señal, el superintendente nombrado, Luis Scervino (un técnico que cuenta con reconocimiento en el sector y que goza de la confianza de Lingeri, líder de Obras Sanitarias) dio a conocer que estaba en elaboración un mecanismo para ampliar el reparto de recursos de este año.

Además del presupuesto anual de $7.000 millones de la SSS, el funcionario contó meses atrás que tenía resuelto ampliar esa distribución en $2.700 millones con el excedente del Fondo Solidario de Redistribución (FSR) que en los últimos años no paró de crecer al mismo ritmo que los aumentos salariales y que el Gobierno de Cristina de Kirchner retenía en función de sus necesidades de relacionamiento con los gremios.

En el almuerzo del martes Barrionuevo tomó la palabra para advertir que no había señales concretas del reparto del excedente prometido. Y expuso sus sospechas, a partir de sus múltiples nexos con el oficialismo, de que un sector del gabinete económico había sugerido postergar ese desembolso para un futuro no definido. No era, según el gastronómico, el primer incumplimiento del Gobierno a las promesas con el sindicalismo: antes Macri había asegurado que este año eliminaría el Impuesto a las Ganancias, para luego derivar la garantía en impulsar cambios legislativos en el tributo y pasarlos para 2017.

A la preocupación de Barrionuevo le contestó Lingeri, aludido por su vínculo con Scervino. Respondió que todos los resortes administrativos para disponer el reparto de los 2.700 millones de pesos estaban encaminados, y que sólo restaba un último empuje desde la Presidencia para poner en marcha los pagos.

A la espera de esa definición los gremialistas salieron de la reunión con el convencimiento de elevar, al menos en lo discursivo, el tono hacia el Gobierno. De ahí que prometieran unificar un documento crítico hacia la política económica, y convocaran a un plenario de secretarios generales para el 5 de agosto, tres semanas antes del Congreso en el que quedará formalmente unificada la CGT. En ese mismo contexto surgió, de varios gremialistas, la advertencia que expuso ayer este diario de que habrá varios reclamos de reapertura de paritarias por el desfasaje de los cierres salariales con la inflación prevista para este año.

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