14 de octubre 2020 - 00:00

¿El teletrabajo llegó para quedarse?

Las empresas debieron adaptarse con una velocidad inédita a la pandemia. Ahora surgen interrogantes. ¿El trabajo remoto se mantendrá? ¿Están preparadas las organizaciones y las personas? ¿Cómo será la nueva normalidad?

¿Continuará el teletrabajo pospandemia?

¿Continuará el teletrabajo pospandemia?

El 11 de marzo pasado la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró como pandemia al brote de coronavirus. Hasta ese entonces, las noticias sobre los contagios pasaron de unos pocos casos en la ciudad china de Wuhan a expandirse por toda Asia y Europa para luego llegar a América. Nueve días después, la Argentina decretaba la cuarentena en todo el territorio nacional por 15 días. Lo que parecía ser una medida circunstancial de emergencia hoy ya superó los 200 días, y lo que era adaptarse al momento se convirtió en una transformación hacia lo que popularmente se denominó “la nueva normalidad”.

Más allá de los trastornos que trajo en la vida social, que todos ya conocemos, el mundo del trabajo se vio profundamente modificado. Y probablemente sea para siempre. Muchas empresas, tradicionalmente algo resistentes al home office, debieron abrazar esta modalidad para seguir funcionando. Mostró tener beneficios, contras, y dificultades, pero también que claramente es posible. Tal es así que las compañías ya lo tienen al tope de su agenda para perfeccionarlo, porque el mundo que se avecina parece destinado a seguir ese camino. Cuanto más se prolonga la pandemia y algunas empresas extienden el home office, más los colaboradores y gerentes pasan a ver al trabajo remoto como una alternativa que vino para quedarse.

Datos del más nuevo reporte de Workana, la mayor plataforma que conecta freelancers a empresas de América Latina, refuerza esa tendencia revelando que al 67% de los profesionales en Argentina en relación de dependencia les gustaría continuar trabajando remotamente después de la pandemia. Y para el 96% de ellos, el beneficio del home office será un diferencial a la hora de elegir la empresa donde desean trabajar. En sus respuestas destacan que logran cumplir sus objetivos de productividad sin necesidad de estar 8 horas en una oficina y valoran el hecho de no tener que trasladarse hasta el trabajo, lo que agrega horas diarias a la vida familiar y social. Antes de la pandemia, solo 3 de cada 10 profesionales aseguraban que sus empleadores incentivaban el home office. Desde Workana creen que el motivo para la no adopción del trabajo a distancia puede estar en la dificultad de abandonar padrones antiguos, que hasta ese momento mantenían a todos en una zona de confort en una ambiente de trabajo controlado.

“El teletrabajo antes era un beneficio solo para algunos y de pocos días al mes y en muchos casos varias empresas no se animaban a brindarlo con el paradigma confuso que desde la casa el colaborador no era óptimo en sus tareas por la simple razón de ‘estar en su casa’. Hoy hay empresas que ya entendieron que los resultados del teletrabajo son óptimos”, sostiene María Laura Scarano, gerenta nacional de Selección en Bayton.

Por su parte, Máximo Crespo, socio de la consultora HRC, agrega: “El mundo, en términos generales, se encuentra en un proceso de cambio sin antecedentes. La pandemia aceleró muchos de dichos procesos, la transformación digital de la que tanto se hablaba pero poco se hacía, se tornó necesaria no como estrategia o ventaja competitiva, sino ya para sobrevivir”.

Lo que viene

¿Cómo será entonces el empleo en la pospandemia? Los expertos consultados coinciden en que la próxima etapa será de mayor flexibilidad en las empresas, pero que el trabajo en la oficina no desaparecerá. Probablemente, se reconviertan en lugares de encuentros para discutir ciertos temas, proyectos puntuales donde intervengan pocas personas, y posiciones rotativas de trabajo. En las que no sea posible la actividad remota, por cuestiones de organización y operativas, tarde o temprano retomarán a la normalidad. Sin embargo, grandes empresas todavía no evidencian un regreso a los espacios físicos, sino que por el contrario ya piensan sus planes en el corto y mediano plazo en base al home office y la virtualidad.

“Después de la pandemia, cuando la vuelta a las oficinas realmente sea segura y posible, las empresas van a depararse con otro desafío: entender qué quieren sus empleados, cómo hacer para que trabajen felices y, principalmente, logren retener los mejores talentos que tienen”, afirma Guillermo Bracciaforte, co-founder y COO de Workana.

Crespo añade: “El esfuerzo grande de digitalizar la operación, al menos en parte, las empresas ya lo hicieron. Seguramente hay un camino largo para mejorar lo hecho pero se dieron varios pasos en dicho sentido”.

Mientras las empresas, protocolos mediante, se reconvierten y dejan atrás sus tradicionales estructuras, queda la pregunta de si las personas están preparadas para responder al trabajo remoto. La experiencia muestra hasta ahora que sí, y más aún en las nuevas generaciones, que venían exigiendo un mundo laboral más flexible, que les permita un mejor balance entre su vida profesional y personal.

Los esquemas actuales aún son meros intentos de adaptación, los cuales con el devenir de la nueva normalidad se irán perfeccionando. La receta, claro está, no es la misma para todos, el teletrabajo o home office es diferente para cada empresa según el negocio, el perfil de sus integrantes, la tecnología, su ubicación, etc. Lo que sí sabemos es que no hay vuelta atrás.

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