22 de enero 2020 - 00:00

Un verano reciclado y sustentable

Desde materiales para construir casas hasta útiles escolares. También se pueden encontrar productos para la playa. Crece la conciencia ambiental entre los consumidores.

Sustentabilidad

En la Argentina se reciclan 225.000 toneladas de plástico por año, esto significa que se reutiliza el 24% del material disponible, pero el 76% restante sigue contaminando. Sin embargo, en los últimos años crecen los productos realizados sobre la base de plástico reciclado que irrumpen en la vida cotidiana.

En una breve lista pueden encontrarse materiales para la construcción como ladrillos ecológicos, tablas de plástico, chapas recicladas. En el medio del verano podemos encontrar elementos de playa, anteojos de sol y adelantándose al regreso al colegio, útiles escolares.

En Pinamar, la cooperativa Reciclando Conciencia separa, trata, desarrolla y distribuye productos fabricados 100% con material ecológico a lo largo de la Costa Atlántica. Entre los productos, cuentan con tablas de madera plástica, eco bloques de telgopor, adoquines de polietileno y chapas acanaladas hechas con el aluminio de tetra brick.

Para la temporada de verano diseñaron con las tablas de madera plástica para stands, casas, composteras y decks. Y las placas de plástico reciclado se utilizaron para muebles, como mesas, sillas de playa, macetas y buzones.

“Algunos de los proyectos nacieron por la demanda social de poner manos a la obra, para pasar del dicho al hecho. Otros, dentro de esta demanda de hacer, por la necesidad de darle trazabilidad a los residuos que no la tienen”, analiza Carlos Méndez, presidente de Reciclando Conciencia. El fuerte de esta cooperativa es trabajar con materiales que no tienen trazabilidad como el plástico duro de bazar, juguetes y telgopor.

Para Méndez, aún falta un cambio en los hábitos de consumo porque -asegura- los costos de fabricación son similares a los de una producción. “El consumidor no tiene la mirada responsable como en algunos países de Europa en los cuales ya no se discute cuánto vale. sino que se aprendió a comprar por el impacto ambiental que genera cada producto o material”, indica.

Sin embargo, la cooperativa tiene entre sus clientes a las empresas que este verano apostaron por materiales sustentables. Construyeron una estación ambiental para Renault y otra para 7up en Mar del Plata. Además, sus cestos fueron para campañas de verano de marcas y para oficinas y hoteles de Pinamar. En cuanto a productos de verano, hace un par de años, nació Qualia Eyewear, una empresa de triple impacto que recupera, por medio de recolectores y un comercio justo, toneladas de plástico descartado por empresas y lo recicla para convertirlo en anteojos de sol con un diseño flexible, fuerte y cómodo. En relación con los materiales de construcción, también están los ecoladrillos desarrollados a partir de envases de PET. En Córdoba, Lucas Recalde creó 3C Construcciones una empresa que lleva realizadas más de 25 construcciones con esta materia prima, entre las que se destacan un SUM de 100 m2 en la Residencia de Olivos. “El interés primero de nuestra empresa surge hacia los más vulnerables y por eso nos propusimos desarrollar tecnologías “intermedias”, que son aquéllas de implementación económica y que permiten producir a niveles industriales y sustentables”, define Juan Pablo Cmet, uno de los socios de la firma.

“Cuando entrás al mundo de los vulnerables, se toca con el mundo de los residuos. Y ahí hay un gran potencial de sinergia, porque algunas personas tienen la sensibilidad por lo ecológico, y otras por lo social. Entonces surge un nicho de mercado muy potente”, describe.

Tras la recuperación de envases de plástico de la basura, fabrican bloques mediante la utilización de máquinas que compactan el material dentro de estructuras de maderas. Esos fardos serán el corazón de las paredes de construcciones. “Aportan una tecnología muy simple, que con una inversión muy baja, sin usar energía eléctrica ni agua puede transformar rápidamente grandes cantidades de residuos plásticos en un insumo de construcción de calidad”, cierra Cmet y define que el objetivo de 2020 es superar las 20 plantas en funcionamiento. Por último, y a un mes del inicio de clases, la cooperativa de reciclado Creando Conciencia lanzó una línea de útiles escolares realizados a partir del reciclado del telgopor. “Los proyectos nacen en busca de respuesta a la Economía Circular para la reinserción o producción de nuevos materiales en base a nuestros dos pilares fundamentales: el impacto social y el cuidado ambiental”, resume Noelia Segovia, presidenta de esta cooperativa de Tigre. El proceso, para convertir el telgopor en útiles escolares, comienza con la recolección y separación del material; luego se le quita el aire, se muele, más tarde se extruda y, por último, se inyecta en matrices diseñadas específicamente para generar los útiles. Con este nuevo set, la cooperativa dio un salto de calidad sostiene Segovia y adelanta que en febrero comenzará la venta masiva. Además de estos elementos Creando Conciencia desarrolla juegos de mobiliario urbano hecho con madera plástica reciclada que pueden encontrarse en Tigre, Capital, Nordelta y Hotel Sheraton. “La recepción de todos los productos es excelente dado que contamos con una comunidad comprometida en la gestión ambiental”, finaliza Segovia.

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