El mundo celebra la llegada del 2022 con festividades restringidas por el Covid-19, entrando en un tercer año de pandemia con una explosión de contaminaciones y tímidos signos de esperanza.
El mundo celebró su segundo Año Nuevo opacado por la pandemia
Más de 5,4 millones de personas no pudieron celebrar las fiestas desde que se identificó el Covid-19 en China en diciembre de 2019.
Gran Bretaña, Estados Unidos e incluso Australia, protegida durante mucho tiempo de la pandemia, están batiendo récords diarios de casos.
Y Francia anunció a su vez el jueves que Ómicron es mayoritaria en su territorio. Sin embargo, en su mensaje de fin , el presidente Emmanuel Macron se declaró "decididamente optimista", deseando que 2022 también sea "el año del fin de la epidemia".
Las islas Kiribati, en el Pacífico, fueron las primeras en dar la bienvenida al nuevo año a partir de las 10.
Pero desde Seúl hasta Ciudad de México y San Francisco, muchas festividades han sido nuevamente canceladas o severamente restringidas.
En París, donde se canceló el tradicional espectáculo de fuegos artificiales de Nochevieja, miles de personas, mucho menos que antes de la pandemia, pasearon por los Campos Elíseos, donde la policía controlaba el uso de mascarillas, nuevamente requerido.
"Todo está cerrado en Países Bajos, así que es mejor aquí. Me quedaré hasta la medianoche", explica Koen, un turista holandés de 22 años que fue a París con su novia.
En el corazón de Madrid, la tradicional fiesta ante la Puerta del Sol reunió a unas 7.000 personas para tragar uvas al son de las doce campanadas de la medianoche.
En Sídney, una ciudad que se jacta de ser la "Capital mundial del Año Nuevo", las multitudes fueron inusualmente pequeñas en el puerto para presenciar el tradicional espectáculo de fuegos artificiales.
"Solo intento concentrarme en las cosas positivas que sucedieron este año en lugar de las negativas", expresó Melinda Howard, una estudiante de medicina de 22 años.
En Dubái los fuegos artificiales en 29 sitios iluminaron la ciudad. El público se concentró temprano en la noche para presenciar el espectáculo de la torre más alta del mundo, el Burj Khalifa.
En Brasil, el segundo país más castigado por la pandemia después de Estados Unidos, Río de Janeiro volvió a la playa de Copacabana para recibir al 2022 aunque con menos público debido al mal tiempo y las restricciones por la pandemia.
"Esperaba ver mucha más gente, sería estresante", dijo Alejandra Luna, una turista colombiana de 28 años. "Está tranquilo, me gusta", añade.
Vestida de amarillo para atraer la prosperidad, la carioca Andreia Viana observó los 16 minutos de fuegos artificiales y comentó: "Fue emocionante, porque pasamos mucho tiempo en pandemia y ahora que los fuegos volvieron, parecen más bonitos, son más significativos".
En Sudáfrica, donde se detectó a finales de noviembre la nueva variante, el toque de queda nocturno que rige desde hace 21 meses se interrumpió por cuatro horas desde la medianoche.
Nueva York se preparó este viernes para recibir el Año Nuevo en Times Square, con la famosa caída de la bola y papelillos volando, aunque de forma reducida debido a la pandemia.
El alcalde Bill de Blasio dijo que la fiesta podía hacerse, pero solo con unas 15.000 personas en Times Square, en lugar de las 60.000 usuales, y todos debían estar vacunados y usando mascarillas.
"Este es un sueño nuestro. Está en nuestra lista de cosas por ver, la caída de la esfera de Año Nuevo, y nos hemos vacunado para esto", dijo Chroni Stokes, de 27 años, quien acudió con su pareja a Nueva York desde Memphis, Tennessee.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, instó el viernes a la unidad en el Año Nuevo en un mensaje de video en el cual saludó a los "extraordinarios" estadounidenses.
En Rusia, el presidente Vladimir Putin mencionó en un mensaje televisado a la epidemia de covid sin citar la cifra de más de 600.000 muertos establecida el día anterior por la agencia nacional de estadística -el doble de la comunicada por el gobierno-, lo que sitúa al país entre los más enlutados del mundo.
Los expertos esperan que el año 2022 marque una nueva fase menos mortal de la pandemia.
La vacunación de alrededor de 60% de la población mundial ofrece un rayo de esperanza, aunque algunos países pobres todavía tienen acceso limitado y un segmento de la población sigue reacio a inmunizarse.
Pero la Organización Mundial de la Salud no quiere bajar la guardia y advierte que el "tsunami" de contagios puede poner a los sistemas sanitarios "al borde del colapso".
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