9 de diciembre 2025 - 00:00

Argentina 2026, una nueva oportunidad: cuando al campo le va bien, al país también

El país enfrenta un momento decisivo: el sector agropecuario reclama previsibilidad, impuestos razonables y obras que impulsen producción, empleo y desarrollo en todo el territorio.

Presidente de la Sociedad Rural Argentina.

Presidente de la Sociedad Rural Argentina.

La Argentina llegará a 2026 atravesando un tiempo decisivo. No es el primero ni será el último. El país tiene la oportunidad de corregir el rumbo y construir su presente y su futuro sobre bases más firmes. Los argentinos sabemos de crisis, pero también sabemos de resiliencia y como siempre decimos desde nuestra entidad: nadie se salva solo. Y en ese aprendizaje colectivo hay una convicción que no cambia: la producción es el camino.

Los desafíos que enfrentamos no son menores. Todavía arrastramos problemas estructurales que llevan décadas sin resolverse: presión impositiva asfixiante, infraestructura insuficiente, trabas burocráticas que frenan la inversión y la innovación. A eso se suma un mundo convulsionado, donde los precios internacionales, la logística y las tensiones geopolíticas cambian a gran velocidad.

Pero, pese a todo, la Argentina productiva sigue de pie y generando valor, trabajo, divisas y arraigo. En cada región del país hay productores que invierten, se modernizan y buscan ser más competitivos. Esa fuerza es la que nos permite hablar hoy de una nueva oportunidad.

Vacas
El campo argentino está preparado para dar un salto. Contamos con talento, conocimiento y tecnología de punta.

El campo argentino está preparado para dar un salto. Contamos con talento, conocimiento y tecnología de punta.

De cara a 2026, el primer paso es recuperar previsibilidad. La estabilidad económica no puede seguir siendo un objetivo difuso: debe convertirse en una condición real para que cada inversión tenga sentido y para que cada productor pueda planificar más allá de la próxima campaña. La Argentina necesita un marco que premie el esfuerzo, que impulse la formalidad y que saque de encima al sector productivo el peso de cargas impositivas.

Un país productivo necesita reglas claras y mirada de largo plazo

El campo argentino está preparado para dar un salto. Contamos con talento, conocimiento y tecnología de punta. Somos referentes mundiales en genética, agricultura de precisión, manejo regenerativo, sanidad animal y buenas prácticas. Pero ese potencial no puede desplegarse si seguimos operando con reglas que castigan a la producción. Es momento de avanzar hacia un sistema tributario razonable, que deje atrás impuestos distorsivos y que reconozca la importancia estratégica de exportar más para que el país crezca.

La infraestructura es otro pilar clave para 2026. Necesitamos caminos transitables todo el año, rutas seguras, conectividad plena, hidrovías eficientes y puertos competitivos. Sin logística moderna, cualquier mejora productiva pierde impacto. Cada peso que el Estado invierte en infraestructura multiplica la actividad, genera empleo genuino y mejora la calidad de vida de las comunidades rurales.

La tecnología será, sin dudas, protagonista. Lo que necesitamos para poder contar con ella es un entorno que acompañe: créditos accesibles, incentivos para innovar, marcos regulatorios modernos y un Estado que se convierta en socio del desarrollo.

Pero más allá de las políticas, hay algo aún más importante: una visión de país. Argentina tiene la posibilidad de construir un proyecto donde el crecimiento deje de ser una promesa y se convierta en una realidad sostenida. Un país donde producir no sea una carrera cuesta arriba, sino una oportunidad para todos. Un país donde la generación de riqueza sea celebrada y no castigada. Para lograrlo, necesitamos algo esencial: confianza. Confianza en las reglas, en las condiciones y en un contexto que no cambie de un día para el otro. Solo así podremos invertir, producir y proyectar a largo plazo para que Argentina vuelva a ser protagonista en el mundo.

El 2026 puede ser ese punto de inflexión porque existe la madurez colectiva para exigir que las cosas se hagan bien. Desde la Sociedad Rural Argentina seguiremos instalando los temas del sector, no desde la crítica o la queja sino mediante propuestas. Y en ese sentido seguiremos fortaleciendo nuestro vínculo con los gobernadores y de cara al nuevo Congreso que se conformará a partir del 10 de diciembre, será importante que los legisladores conozcan cuál es la agenda que el campo necesita que se debata, como por ejemplo las reformas que busca impulsar el gobierno nacional.

Tenemos una nueva oportunidad. No la desperdiciemos. Porque en cada productor hay una certeza inquebrantable: cuando al campo le va bien, a la Argentina también.

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