24 de mayo 2016 - 19:49

Bein estima para 2016 inflación del 37,4%, déficit del 4,8% y caída del 1,9% en PBI

"Creedence o el Banco Central ¿Quién parará la lluvia?... de dólares" se pregunta el economista Miguel Bein. En su último informe, el Estudio Bein sostiene que a partir del crédito externo se pueden financiar inconsistencias de la política económica. En ese sentido, puntualiza que "una lluvia de dólares puede suavizar la transición entre agendas hacia el necesario cambio de régimen de la política y la macroeconomía". Pero formula una advertencia: "Que la nueva bonanza resultante no extravíe la agenda y nos transporte de regreso al mundo del populismo insostenible, y a la "felicidad" del atraso cambiario destructivo".

El trabajo enfatiza que la capacidad estabilizadora del crédito es muy alta. Sobre todo, teniendo en cuenta las condiciones de partida: "Bajísima deuda de la Nación, Provincias y Empresas y una coyuntura global caracterizada por tasas que siguen siendo bajas (la tasa de 10 años en la zona de 1,8% y la Reserva Federal obligada a acotar el número de subas en lo que resta del año), un dólar más débil y precios de commodities que suben (la soja casi en US$400 la tonelada y el Petróleo en torno a US$48 el barril)".

Dicho de otro modo, "la posibilidad de apalancar la economía con crédito en general e ingreso de capitales en particular permite limitar los costos del ajuste de precios relativos, en un contexto donde el Gobierno usa a discreción la caja (menos impuestos y/o más gastos) para manejar la Gobernabilidad" .

Y más aún si el apalancamiento se combina con un esquema de blanqueo apuntando a repatriar una parte de los activos de los Argentinos en el exterior que según el INDEC alcanzarían a u$s 220.000 millones, casi 40% del PBI.

La inyección de crédito tendrá, según Bein, impacto en las cuentas fiscales. Junto a las medidas anunciadas a principios de año de reducción de la presión impositiva, se proyecta un aumento en el margen del déficit fiscal primario de 4,4% del PBI a 4,8%.

Básicamente, se debe a que el aumento nominal en los recursos (baja de alícuotas mediante) es menor al aumento nominal en los gastos (en un contexto donde la devaluación espiralizó los costos de las tarifas, y el brusco aumento que tuvieron estuvo sólo parcialmente direccionado a corregir el desequilibrio fiscal.

Se señala que "para una economía que recién se abre a los mercados luego de 6 años de desendeudamiento compulsivo, la brecha fiscal apenas le importa a un puñado de economistas que definen el ajuste actual de precios relativos con manejo de la caja para amortiguar los costos políticos, como un "ajuste gradual" dado su bajo impacto fiscal".

Sin embargo, no advierte "ninguna gradualidad, salvo que la mayor parte del ajuste en lugar de achicar el déficit se orienta a recomponer la hoja de balance de las empresas prestadoras de servicios".

Para Bein, "ajustar nunca es fácil y cuando se consigue crédito hay capacidad para limitar los ajustes, es decir no ajustar" Pero esto "no quiere decir que todos estén igual frente al ajuste de precios relativos que intenta dar señales a la inversión -de hecho la contracara es un cambio brusco en la distribución del ingreso-, pero en términos fiscales el ajuste no se ve".

Inflación y recesión

El escenario más probable para la actividad económica del año sigue caracterizado por la recesión, aunque a una tasa menor a la estimada en anteriores informes. Así, redujo levemente el escenario de caída del PBI para 2016 de 2,3% a 1,9%.

En cuanto a la marcha de los precios, se considera probable "una tasa de inflación que si bien se modera significativamente en el segundo semestre (algo de atraso cambiario y sin nuevos ajustes en las tarifas si gana la pulseada el Ministro de Hacienda). Con esta dinámica el año cierra con un aumento interanual en diciembre en torno al 37,4%".

El economista convalida el pronóstico oficial de que en el segundo semestre la inflación se desaceleraría siempre y cuando no se produzcan "nuevos aumentos tarifarios (a pesar de que los concretados tuvieron un limitado impacto presupuestario)". Explica que "con un dólar ayudando a anclar los precios de los bienes, la dinámica inflacionaria a partir de junio debería moderarse significativamente".

Esta variación es consistente con un ritmo de 24% anualizado cuando se toma la inflación del último mes del año en curso. Pero el promedio de inflación de 2016 se ubica en 40%, con un ritmo interanual de los precios que se acelera hasta el 45% en octubre y recién empieza a caer en los últimos dos meses del año cuando se empieza a contrastar contra la aceleración de la inflación de noviembre y diciembre de 2015.

El economista que supo ser asesor del exgobernador Daniel Scioli alerta respecto a que "las medidas para moderar los costos sociales del ajuste de precios relativos son más magras". Afirma que "la devolución del IVA a los perceptores de planes sociales y jubilaciones con un tope en $ 300 por beneficiario, la extensión de la AUH a los monotributistas y la "ampliación" de la tarifa social, apenas juegan como paliativo frente a la aceleración de la inflación".

En este sentido estima una caída del consumo del 2,6% (interanual) con una caída del salario real del 6% y una desocupación que llega al 8,5%.

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