Bloqueo a la tropa de Solá y los heridos con suerte del massismo

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Prensa Solá

Otro párrafo aparte del cierre de listas también para el siempre serpenteante Massa. Quienes estuvieron cerca de él durante los últimos días se sorprendieron por su voracidad a la hora de triturar a sus exsocios legislativos con actitudes de infantilismo político, un gen que volvió a compartir con sus nuevos amigos y jerarcas de La Cámpora, un espacio que vuelve a dejar en una nebulosa sus verdaderas ganas de ganar en la política argentina y cuya “profesionalidad” es sostenida, en gran parte, por tintas y caracteres militantes. El principal objetivo de Massa fue la tropa de Felipe Solá, a la cual bloqueó de manera insistente para dejar sin nada al exgobernador bonaerense, quien fue contenido por el presidenciable Alberto Fernández con clásicas promesas “a futuro”. El tigrense consiguió más que generosos lugares tras su abrazo con Cristina de Kirchner, pero su insistencia de venganza contra los que abandonaron meses atrás su bloque en Diputados llevó al exjefe de Gabinete K a olvidar de pelear por espacios para sus laderos más íntimos como Diego Bossio -su vocero de aventura presidencial en el extinto Alternativa Federal- e incluso su propia esposa, Malena Galmarini, quien no pujará la intendencia de Tigre. Entre los heridos con suerte se cuenta a Facundo Moyano, quien bajó unos casilleros en la lista bonaerense con guiño de Massa aunque seguirá con grandes chances de renovar su banca en octubre próximo. En las próximas horas, el camporismo volverá a corear “es con todos”, y la feligresía en su conjunto -la real y la “no culposa”, que es la que se esconde en un falso progresismo- volverá a aplaudir y a mirar hacia un costado, es decir, el modus operandi 2008-2015.

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