Anticipando un resultado favorable en los tribunales de EE.UU., el fondo Burford sigue haciendo negocios a costa de las torpezas del país. A la espera de una victoria judicial por la manera en que se reestatizó YPF en 2012, el fondo litigante se dedica a comprar y vender las acciones del caso que él mismo patrocina. Adquiere además otras causas contra el país, como la de otro fondo, el Eton, también demandante. Hay pocos casos en la historia financiera-judicial con una saga tan torpe y millonaria como la que protagoniza el país desde el default de 2001 en adelante. P. 2
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