22 de agosto 2019 - 00:01

Cambiar la educación, clave para evitar crisis económicas repetitivas

Si se resuelve la cuestión educativa, en el futuro desaparecerán las grandes crisis económicas. Cuatro aspectos que deberían cambiar con urgencia. Por el  Dr. Daniel Ricart

El debate está abierto, tenemos la oportunidad de construir una historia nueva.
El debate está abierto, tenemos la oportunidad de construir una historia nueva.
Gentileza: buenosaires.gov

Las crisis económicas sacuden a los argentinos en forma recurrente y reiterada. Todos pasamos períodos pendientes, de anuncios económicos, el valor del dólar y un desfile incesante de funcionarios por los más altos cargos de la gestión económica. Toda la energía social y atención se ubica entonces en el lugar equivocado. Porque realmente todo eso sucede porque la Argentina tiene un problema educativo. Si se resuelve la cuestión educativa, en el futuro desaparecerán las grandes crisis económicas. Indudablemente, la cuestión económica debe ser resuelta hay que ocuparse ya de ello. Empero, en paralelo debemos encara un proceso de reforma desde la raíz de nuestro sistema educativo.

La Argentina, tiene una inversión interesante en términos de presupuesto para la educación. Contamos además con docentes y recursos humanos de excelencia para encontrar mejores resultados de formación en valores de ciudadanos del mundo. Así las cosas, lo que falta y hay que cambiar es cómo está organizado el sistema y debatir sobre los vetustos modos pedagógicos.

Lo que hay que hacer inmediatamente es:

  • a) Renacionalizar todos los servicios educativos que en la década del 90, el entonces presidente, Carlos Menem, transfirió a las provincias, sin sus respectivas partidas presupuestarias. Lo que derivó lógicamente a que muchos de ellos, dejaron de existir. El Ministerio de Educación de la Nación debe ser jerarquizado, y se debe volver a una Superintendencia Nacional de Enseñanza.
  • b) Hay que publicar los resultados de la medición de calidad educativa para que toda sociedad pueda conocerla. Facilitará a los padres elegir mejor el colegio de sus hijos, conforme las características de ellos. Además eso nos permitirá saber qué cosas hacemos mal y adónde.
  • c) Hay que modificar y transparentar el corrupto sistema de distribución de subsidios a los colegios privados. Esos fondos no deben ser entregados a los colegios por las Direcciones de Escuelas provinciales, en manos de caudillos locales que hacen y deshacen a su antojo. Deben ser entregados a los padres en forma de vouchers. Así, las familias pueden pagar con ellos la escuela que elijan.
  • d) Hay que reformular los contenidos de los profesorados radicalmente. Hace 25 años que las neurociencias, las inteligencias múltiples, el pensamiento visible, la productividad cooperativa, el método de casos, la estimulación temprana de la lectura comprensiva, el creativismo cognitivo, el pensamiento lateral han revolucionado la psicología educacional. Sin embargo, en Argentina, nada de esto ha llegado a las aulas de las escuelas públicas. Un maestro de hace 1950, podría enseñar en cualquier escuela de hoy.

La sociedad argentina tiene una extraordinaria ocasión de cambiar con los nuevos vientos políticos que soplan y ante la posibilidad de un cambio de Gobierno. El debate está abierto, tenemos la oportunidad de construir una historia nueva.

(*) Director General del Colegio Norbridge y titular del Observatorio Escolar Internacional de la Fundación Ricart

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