11 de marzo 2018 - 20:11

Conmoción en Tucumán por muerte de menor de 12 años baleado por la policía

Tras el hecho, los efectivos policiales acusados de disparar quedaron detenidos mientras se realizaban las primeras investigaciones, pero horas después fueron liberados.
Tras el hecho, los efectivos policiales acusados de disparar quedaron detenidos mientras se realizaban las primeras investigaciones, pero horas después fueron liberados.
Un niño de 12 años murió al recibir un disparo en la nuca cuando iba como acompañante a bordo de una moto durante una supuesta persecución y posterior tiroteo con la policía por la capital tucumana, informaron fuentes de la fuerza.

El episodio ocurrió en la madrugada de este sábado en avenida Avellaneda y pasaje Río de Janeiro, y también resultó herido de un balazo un adolescente de 14 años, que fue hospitalizado, aunque está fuera de peligro.

De acuerdo a la información policial, todo comenzó con una persecución iniciada por dos policías en moto a seis jóvenes que se desplazaban también en ese tipo de rodados supuestamente armados.

Siempre según la versión policial, los dos policías se cruzaron con tres motos y cuando intentaron identificar a sus seis tripulantes, éstos escaparon hacia la zona de El Bajo.

Al llegar a la vieja terminal de la capital tucumana, comenzó un tiroteo, en medio del cual Facundo Ferreira (12), recibió un impacto de bala en la nuca, mientras que el chico que conducía la moto sufrió lesiones por el roce de un proyectil en la cabeza.

A raíz del impacto, el niño sufrió graves heridas y llego muerto al hospital Padilla, adonde también fue llevado el adolescente que iba en la moto con él, quien está fuera de peligro y al ser dado de alta será entregado a sus padres por orden del juzgado de Menores.

La fiscal de turno, Adriana Giannoni, ordenó el secuestro de las armas reglamentarias utilizadas por el personal policial y dispuso que la investigación sea realizada por el Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF).

Los informes preliminares señalan que en el lugar del hecho se encontraron vainas servidas calibre 9 milímetros y 22.

Esta noche, la Justicia dispuso los dos policías involucrados continúen en libertad, ya que hasta el momento no se encontraron indicios que se trate de un caso de "gatillo fácil".

Es que el testimonio de un taxista que circulaba por la zona y declaró como testigo favorece a los policías, precisaron las fuentes.

El subjefe de Policía, Francisco Picón, explicó que los motoristas del 911 observaron el paso de tres motos que circulaban de forma sospechosa, por lo que procedieron a interceptar a los vehículos.

Sin embargo, sus ocupantes huyeron circulando en contramano y comenzaron a hacer disparos con armas de fuegos contra la policía, cuyo personal tuvo que repeler la agresión.

La persecución finalizó cuando uno de los ocupantes de una de las motos cayó al pavimento y los motoristas comprobaron que la víctima era un menor de edad, que fue trasladado al hospital Padilla, donde falleció horas después.

Según la versión de Mercedes Ferreyra, abuela de Burgos, el niño "pidió permiso para ir a comprar un sandwich pero se fue a una picada de motos y la Policía le pegó un tiro en la cabeza sin que haga nada malo".

La mujer explicó que en la tomografía realizada al niño se confirmó que "tenía una bala de 9 milímetros en la cabeza" y señaló que "vamos a seguir hasta las últimas consecuencias para que se haga justicia".

Por su parte, el adolescente que conducía la moto en la que iba Burgos afirmó que ellos no estaban con los motociclistas que perseguía la Policía y que quedaron en medio de los disparos, uno de los cuales rozó su cabeza y el otro impactó en la nuca de su amigo provocándole la muerte.

"Lo mató la Policía", aseguró el chico al declarar ante Giannoni, aunque posteriormente trascendió que su versión no pudo ser confirmada a partir de los resultados de los estudios y de los datos aportados por los testigos.

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