8 de marzo 2019 - 00:01

Consejos y trucos para evitar los peores asientos en un avión

Quedar en medio de dos pasajeros o junto a la puerta del baño pueden convertir un vuelo en una muy mala experiencia. También la última fila.

Para tener en cuenta. A la hora de elegir asiento, para la mayoría de los pasajeros la opción más común suele ser comodidad o ahorro.
Para tener en cuenta. A la hora de elegir asiento, para la mayoría de los pasajeros la opción más común suele ser comodidad o ahorro.

QEstar atrapado en el asiento del medio y en la última fila del avión, donde sumás a la incomodidad de la invasión de tu espacio los ruidos constantes del baño. ¿Se te ocurre algo peor para un viaje? Quizás sí, que sea un viaje muy largo.

Pero hay algunos trucos para asegurarte de que nunca te vuelva a suceder esto de terminar en el peor asiento del avión.

Y es que algo tan sencillo como elegir bien el asiento puede marcar la diferencia en la experiencia de vuelo. Desde un asiento que no se reclina, la proximidad de los tripulantes manipulando las comidas o los otros pasajeros haciendo cola para ir al baño.

Mapa de asientos

La parte trasera del avión, sin duda, es el objetivo a evitar. Además de las molestias mencionadas, en ese lugar se perciben más las turbulencias y, por otra parte, implica ser de los últimos para desembarcar.

Además de las últimas filas, los asientos del medio tampoco son más deseados por razones obvias -a la estrechez del asiento se suma la presión de los pasajeros a ambos lados, así como la lucha latente por los apoyabrazos-, así como los que se encuentran frente a las salidas de emergencia, ya que suelen tener una reclinación limitada por si el avión debe ser evacuado.

Hay que tener en cuenta, además, que las filas de emergencia, aunque ofrecen algo de espacio adicional para las piernas, suelen ser más frías que las de alrededor, por lo que deberemos llevar un suéter extra a mano.

Además, en estas filas no permiten llevar cerca el equipaje de mano (no tenemos el espacio de almacenamiento debajo de asiento que está delante) y suelen ser las preferidas por familias con niños, precisamente por el espacio extra, por lo que no aseguran ser asientos silenciosos.

Cómo evitar los peores asientos

Aunque crea conocer la configuración del avión, hay aplicaciones como SeatGuru de TripAdvisor que pueden servir de gran ayuda. En este caso, la web y app ofrecen mapas de aeronaves, opiniones y fotos de otros pasajeros, y lo más interesante, un sistema de colores para identificar los mejores y peores asientos en cada aerolínea.

Según este código, se pueden detectar fácilmente los asientos con reclinación limitada, proximidad al baño, disposición de ventanas o espacios reducidos. En el extremo opuesto, también identifica los mejores asientos con espacio extra para las piernas o para colocar equipaje.

También incluye información sobre los servicios en vuelo así como la política de equipaje, check in, menores no acompañados o vuelos con bebés o mascotas.

Seatmaestro, Seat Expert, Expert Flyer, Seat Plans, Skytrax y Seatlinks son otras plataformas similares.

El momento de elegir

Con toda esta información, la elección puede resultar más sencilla, especialmente si se hace el check in anticipado, lo que permite más opciones para elegir.

Hay que tener en cuenta también que muchas aerolíneas cobran recargos por los asientos más solicitados, como las salidas de emergencia, mientras que otras cobran sólo por permitirte elegir. En ese caso, la pelota vuelve a caer de tu lado: ¿cuánto vale la comodidad frente al ahorro?

No obstante, elegir un asiento con anticipación ni siquiera es garantía total de que podrá finalmente ocuparlo. La mayoría de compañías se reserva el derecho a cambiar las asignaciones de asientos si es necesario, mientras que problemas de mantenimiento o de horarios podrían obligar a la compañía a cambiar de avión con un diseño de asientos diferentes.

Llegar a la puerta de embarque en el último minuto también podría provocar que la aerolínea asuma que no va a presentarse y ceda su asiento a otra persona.

En esos casos, solo queda preguntar al sobrecargo lo antes posible –y lo más educadamente posible- qué alternativas quedan disponibles.

Extraído del blog Aviación al día

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