4 de julio 2012 - 12:37

Cristina-Scioli, socios de una tregua unilateral

SE VEN HOY. LOS MOVIMIENTOS SCIOLISTAS. MARIOTTO Y LOS ULTRA-K

Cristina de Kirchner volverá a verse con Daniel Scioli. A media tarde de hoy, en Chivilcoy, se registrará el primer encuentro luego de la doble navaja K: el reproche presidencial sobre la gestión bonaerense y el auxilio parcial que forzó a cuotificar los aguinaldos.

De fondo, sin sorpresas. Se anticipa un trato gélido de la Presidente y un modesto agradecimiento, si le ceden el micrófono, del gobernador por el envío de 1.000 millones de pesos, la semana pasada. Un parche para evitar el default salarial.

El lunes, gatillado por la crisis de seguridad, Scioli terminó de mover sus cartas: autorizó el relato filokirchnerista y amortiguó, con algunos chispazos, la usina peronista de La Juan Domingo que el fin de semana descargó su hostilidad contra la Casa Rosada.

El jefe de Gabinete sciolista Alberto Pérez, junto a los ministros Silvina Batakis y Alejandro Arlía, de Economía e Infraestructura, tejieron ayer el relato pacifista. La postura no rupturista presenta, así y todo, algunas cláusulas y metalecturas. 

  • En las últimas horas el sciolismo desplegó el argumento del colaboracionismo de la Nación combinado con el reclamo histórico de la inequidad que padece, en el reparto de fondos, la provincia de Buenos Aires. Una solución a lo Scioli: equilibrista. Sin embargo, esa posición tiene fecha de caducidad: a este ritmo, sin otra asistencia de la Casa Rosada, en dos meses la provincia tendrá que desdoblar también el pago de salarios. Es un plazo de índole económica que impone una definición política.

  • La hipótesis de que la Presidente ensaya el impacto de la crisis de los aguinaldos para aplicar, más adelante, un torniquete mayor es la que agitan los sectores que fantasean con la versión de Scioli independizado y parado como rival de Cristina. Es el relato que bulle en las juntadas de La Juan Domingo. 

  • El ala que interpreta que no hay destino posible enfrentado a la Presidente -no por timidez sino por dependencia económica- propone, por su lado, que el gobernador haga un explícito despliegue de lealtad, por caso, una condena pública a Moyano. En ese campamento se admite, de todas maneras, que no existe ninguna garantía de éxito porque aun con ese gesto de alineamiento es imposible saber si Scioli logrará paz fiscal.

  • El lunes al mediodía, Scioli volvió a almorzar en su residencia de La Plata con el vicegobernador Gabriel Mariotto. Como contó este diario, se habían visto hace 15 días tras dos meses de distancia y frialdad. En medio, el vice prometió el pago «a término» de salarios y aguinaldo y en las horas tórridas del paro de camioneros cuestionó la foto de Scioli con Hugo Moyano. El gobernador atiende ese frente y explota la incertidumbre de los K bonaerenses, que perciben que una crisis global los dinamitaría a todos. Sobre ese pánico hablaron, anoche, Mariotto, José Ottavis, Fernando «Chino» Navarro y Emilio Pérsico. 

  • Entre líneas, en el estrechísimo sendero de la autodefensa sin agresión a Cristina, asomó otra pista. La dio uno de los ministros más K que, tiempista, ayer inauguró el corredor costero de Ensenada bautizado Néstor Kirchner. Arlía, antecesor de Batakis en Economía, hizo literatura al plantear que los $ 1.000 millones que giró la Nación no es lo que quiso enviar Cristina sino lo que pudo. El funcionario -de estrechas vinculaciones con Juan Carlos Pezoa- sugirió que más que una matriz política el recorte de fondos tiene matriz económica: que aun queriendo, Cristina no podía enviar más que 1.000 millones. En criollo: la crisis fiscal no es un mal exclusivo de la provincia.

  • Hace dos meses, interrogado por un bonaerense, Guillermo Moreno preconizó que la asistencia a Buenos Aires estaba supeditada a las cuentas nacionales. «La prioridad es garantizar el Boden 12; hasta que no resolvamos eso, Scioli va a tener que esperar». Quizá en aquel augurio haya que rastrear la interpretación de Arlía. El sibilino Moreno emitió, en estas horas, otro diagnóstico: «Vamos a sentir lo de la provincia», dijo sobre el no pago del aguinaldo. 

  • El secretario de Comercio, heterodoxo custodio del mercado interno, leyó una obviedad: la cuotificación del aguinaldo, que empezará a pagarse el 15 de julio en cuatro tandas, saca del consumo 2.200 millones de pesos. La cifra se incrementa con el anuncio oficial de ayer respecto de la paralización de obra pública que, anualizada, tenía presupuestados 1.500 millones de pesos. Sólo quedarán en pie los emprendimientos financiados por organismos internacionales.

  • Las obras nacionales vienen, hace meses, con retrasos. Un intendente del conurbano atendió en quince días a dos contratistas locales que renunciaron a los contratos que tenían con Planificación porque llevan meses sin cobrar y presumen que pasarán meses hasta que vuelvan a hacerlo. Es la antesala de la suspensión de personal. Hay una merma más: los proveedores bonaerenses fueron la primera variable de ajuste.
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