30 de julio 2019 - 00:00

Cuba habilita el acceso a wifi a sus hogares (pero aún es un lujo)

Se abrió la importación de tecnología necesaria para navegar en los domicilios. El servicio es impagable para la mayoría de los ciudadanos.

PRIVATIVO. En los últimos años se instalaron varios puntos wifi públicos. La navegación cuesta un dólar cuando el salario promedio es de 50.
PRIVATIVO. En los últimos años se instalaron varios puntos wifi públicos. La navegación cuesta un dólar cuando el salario promedio es de 50.

La Habana - Aunque de una forma poco convencional los cubanos comenzaron a tener wifi en sus casas desde ayer, en otro paso hacia la masificación de internet en la isla, siempre bajo la atenta mirada del Gobierno, que la promueve para defender la revolución.

El sector de las telecomunicaciones es el más activo desde hace un año en la isla, hasta entonces uno de los países menos conectados del mundo.

En diciembre pasado llegó la 3G a los teléfonos móviles, lo que permitió el surgimiento en la redes sociales de una comunidad muy activa que expone sus críticas al Gobierno, sobre todo frente a las dificultades cotidianas.

Los cubanos pueden desde ayer importar tecnología para capturar desde sus casas la señal inalámbrica de internet que el operador estatal Etecsa emite desde antenas en parques y plazas.

Esa señal podrá ser luego distribuida en sus viviendas a través de routers, que también están autorizados a importar, y contar con internet wifi a domicilio. El Estado no provee conexión física de forma masiva.

“El objetivo del país es propiciar un acceso cada vez más inclusivo del servicio de internet por toda la población”, afirmó el viceministro de Comunicaciones, Ernesto Rodríguez Hernández.

Para el funcionario, internet y la redes sociales sirven “para posicionar la verdad de Cuba, no para manipular las cosas”, lo que convierte la red en un nuevo campo de batalla político-ideológico, en momentos de fuertes tensiones diplomáticas con Estados Unidos.

“La revolución es un fenómeno que los cubanos abrazan y que defienden en cualquiera de los campos, en los campos terrenales y de ser necesario también en los campos virtuales”, aseguró.

Pero los requerimientos técnicos que establece la nueva legislación, sobre todo en términos de frecuencia, condenan a muerte a las redes informales que los cubanos fueron tejiendo en los últimos años.

Para Rodríguez, este “reordenamiento” en “el uso del espectro radioeléctrico” es un “derecho soberano” del Estado cubano.

Además, se mantiene la tarifa de un dólar por hora de navegación, que resulta exorbitante en un país donde el salario promedio es de 50 dólares. El paquete 3G más barato es de 7 dólares por 600 megas.

En las redes sociales, varios cubanos lanzaron hace varias semanas la campaña #Bajenlospreciosdeinternet.

Desde que llegó la internet inalámbrica en 2013, la hora de navegación “bajó más de cuatro veces el costo y seguirá bajando en la medida que las capacidades y que las posibilidades de las infraestructuras de comunicación lo permitan”, explicó Rodríguez.

En la isla, con 11,2 millones de habitantes, funcionan 1.400 zonas wifi, 80.000 hogares acceden a internet y 2,5 millones tienen acceso a la 3G.

Pero el Gobierno socialista parece avanzar en este terreno con desconfianza. El mensaje es claro: internet debe ser un “instrumento para la defensa de la revolución”, según esta nueva norma que será aplicada por el Ministerio de las Comunicaciones, en coordinación con el de “Fuerzas Armadas y el Interior”.

Esto refuerza la estricta supervisión existente de las autoridades a internet.

“Sólo un pequeño porcentaje de la población tiene acceso a la internet global, a diferencia de una intranet nacional controlada por el gobierno. Los blogs y las web críticas suelen estar bloqueados”, destacó sobre Cuba la ONG Freedom House en un reciente informe.

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