10 de julio 2006 - 00:00

Zidane, de príncipe a mendigo

El documento muestra claramente la agresión de Zinedine Zidane a Marco Materazzi. El gran jugador francés tuvo unsegundo de furia y terminó su carrera de la peor manera. Horacio Elizondo ya levantó la tarjetaroja y Zidane se retira de la cancha. Elárbitro argentino será recordado históricamentepor esta expulsión en la finalde un Mundial.
El documento muestra claramente la agresión de Zinedine Zidane a Marco Materazzi. El gran jugador francés tuvo un segundo de furia y terminó su carrera de la peor manera. Horacio Elizondo ya levantó la tarjeta roja y Zidane se retira de la cancha. El árbitro argentino será recordado históricamente por esta expulsión en la final de un Mundial.
Iba a ser su noche de gloria y terminó siendo una de las más tristes de su carrera. Zinedine Zidane quería despedirse del fútbol nuevamente campeón mundial y se tuvo que ir por la puerta pequeña, después de la tarjeta roja que le sacó Horacio Elizondo.

Hace dos años había abandonado la selección francesa por decisión propia y volvió ante el pedido de sus compañeros y del técnico Raymond Domenech, el mismo que, enojado después de la derrota por penales ante Italia, con mucha ingratitud declaró: «Zidane nos hundió a todos, él es el principal responsable de la derrota de Francia. No sólo manchará su carrera con este final, sino que nos manchó a nosotros». Hace dos meses anunció su retiro del fútbol y que el Mundial iba a ser su último torneo. Con su segunda amarilla en la segunda fecha de la primera ronda ante Corea, todos especularon con que ese podía ser su último partido porque Francia había empatado los dos jugados y que era una lástima una despedida así. Sin embargo, Francia se clasificó (en las tribunas había una bandera que decía «háganlo por Zidane»), y él renació de sus cenizas haciendo un partido memorable ante España, con lujoso gol incluido, y repitió ante Brasil, para jugar un buen partido también ante Portugal.

Ayer empezó para lucirse. A los 7 minutos se atrevió a picar la pelota por sobre Buffon en el penal que ejecutó y, aunque la pelota entró con suspenso, fue un toque de calidad que sólo producen los grandes jugadores. Después estuvo estático, pero colaboró con su precisión en los pases al dominio de Francia hasta ese minuto fatal donde le pegó un cabezazo a Materazzi, después que éste le dijera algo que lo molestó. Fue un segundo de furia que terminó ensuciando una carrera brillante y luminosa. Fue el peor final para uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol. El final que no se merecía y que nadie esperaba que se produjera.

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