18 de enero 2019 - 12:45

Desayunos de hotel: cómo enfrentarte al temido buffet libre

La mayoría de los hoteles los ofrecen, pero pueden ser un problema si no lo aprovechamos bien. Es importante no llenar el plato hasta desbordar para "amortizar" lo que pagamos y elegir bien los alimentos.

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Pixabay

Es época de vacaciones y en lo único que pensamos es en desconectarnos, descansar y liberarnos de la dieta por unos días. Si es así, empezá a relajarte pero no descuides tu alimentación, empezando por el desayuno. Nunca es conveniente salir sin desayunar, si esto sucede es probable tener hambre unas horas más tarde y las opciones inmediatas suelen ser poco saludables, como churros, helados o facturas.

La mayoría de los hoteles ofrecen la opción de desayuno buffet libre, algo que resulta muy tentador pero que puede llegar a ser un problema si no lo aprovechamos bien. La abundancia unida a la tranquilidad de andar sin apuro al principio puede ser una ventaja, pero luego puede llevarnos a comer de manera desmedida.

Muchos creen que al ser libre y abundante es obligatorio probar todo, llenar el plato hasta desbordar o “amortizar” lo que pagamos, pero de este modo lo único que se logra es tener sensación de pesadez y malestar.

Lo que recomiendo es hacer una buena selección según los gustos de cada uno y aprovechar la cantidad de días que uno permanece en el hotel para probar las diferentes opciones. Estarán los que se inclinen por un desayuno fresco con yogur, frutas y cereales o los que prefieran la opción proteica de huevos revueltos con bacon y queso. Tampoco faltará la opción tradicional de infusiones con leche y medialunas o tostadas ya que en los buffet libre hay variedad de sobra.

A la hora de elegir es conveniente seguir un determinado orden. Si te inclinás por un desayuno ligero elegí yogures, jugos, cereales y frutas y si en cambio querés darte un “gustito” dedicá otro día de tu estadía a elegir alimentos más elaborados como tortas, facturas o panes con dulce.

Si tenemos en cuenta que mayormente elegimos destinos de playa, es conveniente hacer un desayuno completo para evitar el picoteo dado que generalmente el horario del almuerzo se extiende más de lo habitual. Mi consejo es armar un tazón con yogur y granola, sumar un plato tamaño postre con variedad de frutas y luego una porción de huevos revueltos para aumentar el valor de saciedad.

La clave está en ser moderados y comer a conciencia, dado que la variedad es mucha. Conviene siempre levantarse más de una vez a elegir los alimentos y no llenar el plato de entrada. Si ponemos todos los alimentos juntos en la mesa hay más probabilidad de comer de más, en cambio al tener que levantarnos a buscar el resto de la comida tenemos unos segundos a favor para detenernos a pensar si estamos saciados. Tratá de evitar los alimentos ricos en grasa y azúcar y aprovechá los días de calor para elegir un desayuno fresco de frutas ya sean enteras o en licuados, algún yogur y en lo posible panes integrales que se pueden acompañar con queso untable y mermeladas o miel.

En las vacaciones no hay prisa, así que lo mejor que podés hacer es levantarte tranquilo y hacer una recorrida por el comedor para decidir con calma.

* Analía Moreiro (MN 1663) es Licenciada en Nutrición (UBA). Realizó posgrados y cursos en la Universidad Favaloro y AADYND (Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas). También se dedica a administrar el comedor de un centro de día de discapacitados severos (Grupo Vagues).

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