24 de septiembre 2019 - 21:43

Díaz Acosta, la promesa del tenis nacional que se inspira en Nadal

El porteño logró su primer triunfo a nivel Challenger en Buenos Aires, un lugar donde ya supo sonreír merced de las dos medallas olímpicas en los Juegos de la Juventud. En diálogo con Ámbito, contó en quién se refleja y cómo ve su evolución en sus primeros pasos como profesional.

Díaz Acosta ganó su primer torneo profesional hace un mes en Santa Cristina, en Italia.
Díaz Acosta ganó su primer torneo profesional hace un mes en Santa Cristina, en Italia.
Alejandro Del Bosco/Prensa Challenger Buenos Aires

Buenos Aires significa un lugar especial para Facundo Díaz Acosta. Entre los Juegos de la Juventud y el actual Challenger, transcurrió casi un año, pero siguen sucediendo cosas en la carrera del porteño que la transforman en una plaza de privilegio. Más de once meses después de conseguir un oro y una plata olímpicas, de evolucionar y conseguir su primer título profesional, asoma como una de las mayores promesas del tenis nacional.

A pocas semanas de cumplir 19 años, Díaz Acosta consiguió su primer triunfo a nivel Challenger, el peldaño de arranque de la ATP, luego de haber pasado por los torneos de Montevideo y Punta del Este. Este martes superó 6-3, 5-7 y 7-5 al también argentino Mariano Kestelboim en un duelo muy cargado desde lo emocional y en lo físico.

El Racket Club de Palermo, con buena presencia de público, tuvo una jornada a pleno sol y calor. Tras dos horas y media de partido, “Facu” (que recibió un wild card) salió de la Cancha Central extenuado, casi sin poder llevar sus bolsos. Pero feliz.

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“Estoy muy contento. Es duro, todos juegan bien, pero yo lo hice bien, por más que en algunos momentos la tensión me dominó un poco. Lo pude sacar adelante. Los bajones son cosas del partido, suelen pasar”, analizó Díaz Acosta en diálogo con Ámbito, horas después, ya descansado y al reparo de la sombra.

Esta semana alcanzó el puesto 542 de la ATP tras haber llegado a cuartos de final en el ITF World Tennis Tour M15 de Buenos Aires, que se disputó en Saavedra la semana pasada. En un torneo similar, hace un mes, en Santa Cristina (Italia), logró su primer título como profesional, luego de un par de intentos fallidos y que le permitió dar el gran salto.

“Había tenido dos finales y en una con match point, me quedé con ese sabor amargo. Venía jugando mal durante toda la gira y en ese último torneo lo hice muy bien. Estoy muy feliz”, recordó con tono de haberse sacado las ganas de poder levantar un trofeo.

Tras su flamante consagración, llegó el momento de retornar a casa, a las tierras porteñas en donde ahora logró su primer triunfo en un Challenger y donde, meses atrás, le cambió la carrera. Los Juegos de la Juventud lo catapultaron y el zurdo no lo desaprovechó.

El 13 de octubre de 2018, “Facu” ganó la medalla de plata en singles, y un día después se coronó en el dobles junto a Sebastián Baez, otra de las mayores esperanzas del tenis vernáculo. El apoyo del público en el BALTC fue total: “Lo primero que me trae a la cabeza es la cantidad de gente que había. Todavía sigo sin caer y no sé si algún voy a hacerlo”.

“Son re lindos recuerdos porque son cosas que no se dan casi nunca, y menos en este deporte, y encima en Buenos Aires. Un evento así, que me haya tocado a mí, con toda la gente apoyándome, fue increíble. Me hicieron creer un poco más en mí y ser un poco más profesional. Antes no me tenía tanta confianza”, sostuvo con impronta madura y seria el tenista entrenado por Mariano Hood y Mariano Monachesi y que aseguró que le “gusta jugar acá, con la familia, los amigos, suma bastante”.

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Nada mejor que terminar la gira de esta manera, mas que contento. M15 Santa Cristina Valgardena,

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Díaz Acosta está entre las mayores apuestas a futuro del deporte de las raquetas en el país. Sin embargo, elige centrarse en su evolución y no en los alrededores. “Hay muchísimo para mejorar, soy muy chico todavía, pero creo que mejoré muchas cosas, más que nada fuera de la cancha, mentalmente. Son detalles que no se ven tanto desde afuera, como el orden, la alimentación, una serie de cosas que no se ven y hacen la diferencia. Yo me enfoco en mí, en corregir y competir”, contó.

Según su propio análisis, algunos aspectos mentales de partido, detalles físicos y tenísticos, “como el saque”, están entre las cosas a perfeccionar. Pero también se da un tiempo para elogiarse y auto reconocer sus puntos positivos: “Las ganas. Cuando no estoy jugando bien o no tengo un buen día, es lo que más suma para revertir cualquier situación”.

No resultaría extraño, entonces, que su espejo sea el español Rafael Nadal, en una respuesta firme y con seguridad al momento de ser consultado respecto a quién admira. “Es zurdo como yo, me gusta la forma en que juega, la consistencia física y mental. Trato de imitarlo en cómo está en todos los puntos, no se va nunca de partido. Gana muchos matchs sin jugar tan bien, los saca con corazón, esfuerzo”, describió.

Nacido en diciembre de 2000 en Capital Federal, este año saltó a disputar su primera temporada completa como profesional y va escalando paso a paso mientras mira de reojo, a futuro, al equipo de Copa Davis. También entrena con los mayores, como Leonardo Mayer (comparte coach) o Guido Pella. Todo apunta al porvenir, con sacrificio y los primeros resultados. Y muchos, en la querida Buenos Aires, donde ya supo sonreír.

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