El campo de fiesta
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«Es evidente que la baja en las tasas es un estímulo para la compra de materias primas. Entonces, el techo del mercado es muy difícil de predecir ya que estamos frente a un contexto internacional nunca antes vivido», decía ante este diario el analista Ricardo Baccarín, de Panagrícola. El especialista indicaba también que «las materias primas son un refugio frente a un dólar débil. Si no se desacelera la demanda no podremos pensar en un mercado más flojo».
Se estima que durante 2008 el mundo de los granos vivirá una fuerte puja entre productores y áreas de siembra: el maíz perdería terreno, una vez más, frente a la soja. En la Argentina los problemas son distintos ya que debido a la coyuntura hay una incidencia menor en la presión sobre los granos. «Muchos productores somos víctimas de un sistema perverso. Con un trigo en u$s 330, y aún con 20% de retenciones, deberíamos estar cobrando u$s 60 más de lo que se nos paga», se quejaba un agricultor de Tres Arroyos. «Pero nadie dice nada.» agregaba.
El trigo cerró, en u$s 194,20 para la posición enero de la nueva cosecha 2008 con una suba de 2,4% en el mes; el maíz operó hasta u$s 128 para la entrega inmediata, con una ganancia de 6% durante setiembre, mientras el girasol -que aumentó 13% en el mes- cerró en u$s 375 por tonelada. El gran impacto se produjo sobre la soja, una vez más, que aumentó 1,3% ayer y acumula en la Argentina una ganancia de 14,2% en el mes.
Pero esta buena nueva de precios, que permite buenos dividendos a quienes retuvieron el grano, presenta también otra cara: la de los productores que arrendaron pequeñas explotaciones en busca de los mejores márgenes que presenta la soja. «A este ritmo me fundo», decía a Ambito Financiero un productor de Entre Ríos que alquila un campo de 100 hectáreas con un índice fijo de 13 quintales por hectárea, calculados a valor de Rosario que ayer se ubicaba en $ 792.
«Luego de pagar u$s 30.000 para implantar las 100 hectáreas, a este nivel de precios debo pagar un valor de arrendamiento que los buenos precios no pueden compensar», se quejaba. La soja cerró en $ 805 y ya se comercializaron al exterior 2,4 millones de toneladas de grano que aún no fue sembrado, así como se declararon exportaciones de 3,5 millones de toneladas de harina de soja y 409.600 toneladas de aceite de soja de la campaña 2007/08. Pero más allá de todo esto, está claro que todo el sector agrícola argentino está viviendo una fiesta sin precedentes y muy lejos están las señales de su final.
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