17 de febrero 2020 - 12:13

Estiman un ahorro fiscal de $17.000 millones en jubilaciones para el trimestre de marzo a mayo

Lo determinó un informe de pxq consultora. Con el nuevo ajuste el gasto total en prestaciones sociales rondará el 9,5% del PBI, mientras que con la vieja fórmula el aumento habría sido de 11,6%. Igualmente, el aumento implica una recomposición real del 4,1%.

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Gráfico: PXQ consultora

El aumento de 13% para el haber mínimo jubilatorio, asignaciones familiares y AUH significaría una recomposición real del 4,1%, según señala un informe de pxq consultora. El haber medio del total de los jubilados quedaría prácticamente casi sin variaciones en términos reales (-0,5%), mientras que el haber medio del 10% de los jubilados que más ganan sufriría una caída real de -4%, señala la consultora dirigida por Emanuel Álvarez Agis.

De esta forma, el estudio sostiene que “la mitad que peor está recibe más que con la fórmula anterior; y la mitad que “menos peor está”, recibe menos”. En cuanto al efecto fiscal, estima, es decir 0,5 puntos porcentuales por debajo del que resultaría de la aplicación de la fórmula anterior.

De acuerdo con el esquema anunciado por el gobierno para el mes próximo, todos los retirados recibirán una suma fija de $1.500 + 2,3% sobre su jubilación. Esto implica que los que cobran la Jubilación Mínima percibirán un 13% de aumento en sus haberes, lo mismo que los beneficiarios de asignaciones familiares y AUH. El aumento para este segmento de los jubilados (algo más del 50% del total), queda levemente por encima de lo que hubiera sido de aplicarse la anterior fórmula de movilidad.

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Pxq calcula que proyectando a todo 2020 una fórmula similar a la que se aplica en marzo, se obtiene un aumento para la jubilación mínima en torno al 60% en el año mientras, que con la fórmula anterior el aumento hubiera sido de 50,2%.

En términos de la distribución al interior de los beneficiarios de prestaciones sociales, el nuevo esquema implica que la mitad de los jubilados reciban un 13% de incremento en sus haberes, mientras que con la fórmula anterior hubiesen percibido un aumento de 11,6%. Pero, según el estudio, para la mitad de los jubilados con mayores ingresos, es decir con un haber medio de aproximadamente $18.150 a diciembre pasado, el aumento porcentual comienza a ser inferior al 11% llegando a representar en el décimo decil un incremento de 4,2% ($3.313 sobre un haber medio de $78.800 a fines de 2019).

Impacto fiscal del aumento a los jubilados

En cuanto al impacto en términos de gasto fiscal, el trabajo sostiene que el nuevo ajuste determinado por decreto implica un incremento del gasto total en prestaciones sociales de 9,5% mientras que con la vieja fórmula el aumento habría sido de 11,6%. Si se lo compara con la fórmula anterior, el ahorro fiscal para el trimestre marzo – mayo venideros, es de $17.000 millones. No obstante, aclara que si se toma en cuenta el bono otorgado a jubilados que cobran la mínima en enero último (primera medida del nuevo gobierno) el impacto fiscal de la medida sería neutro. No obstante, recuerda que ese aumento computa para el año 2019.

Si se mantuviera el mismo criterio aplicado en marzo para los ajustes que restan del año en curso, es decir en junio, septiembre y diciembre, en este escenario hipotético, el ahorro fiscal de la nueva fórmula en comparación con el esquema anterior sería de +0,42% del PIB en todo 2020. En particular, proyectando el comportamiento solo del gasto en jubilaciones y pensiones se puede observar que el ahorro fiscal sería mayor en este rubro (cerca del +0,6% del PIB) producto de la implementación del esquema que le otorga un incremento mayor a los jubilados que cobran la mínima que al resto de los beneficiarios.

Con la fórmula anterior en 2020 el gasto en jubilaciones y pensiones como porcentaje del PIB llegaría al 9,5% mientras que si se implementa el mismo criterio de actualización que se utilizó para marzo durante el resto del año 2020, los gastos por este rubro representarían el 8,9% del PIB.

Poder adquisitivo y recomposición de los abuelos

En lo que concierne al poder adquisitivo de los jubilados, pxq consultora sostiene que si se supone que la variación del índice de precios de febrero fuera similar a la de enero (2,3%) en el primer trimestre del año la inflación alcanzaría el 8,5%. En este contexto el aumento de 13% para el haber mínimo, asignaciones familiares y AUH significaría una recomposición real del +4,1%. El haber medio del total de los jubilados quedaría prácticamente casi sin variaciones en términos reales (-0,5%), mientras que el haber medio del 10% de los jubilados que se encuentran en el tope de los ingresos sufriría una caída real de -4%.

En cuanto al próximo aumento de junio, el incremento que debería otorgarse según la fórmula anterior ronda el 12%. Si el Gobierno implementa un esquema similar al que se implementó en marzo 202 y la variación mensual de los precios se mantiene en torno al 2,5%, tanto el haber mínimo, como las asignaciones y el haber medio del total de los jubilados aumentarían por encima de la inflación, mientras que los haberes más altos seguirían perdiendo poder adquisitivo, vaticina la consultora.

En otro informe, la misma consultora explica las razones de esta política. Sostiene que en un contexto en el cual la demanda externa no traccionará las exportaciones, el acotado margen fiscal no permite pensar en una inyección de gasto público, al tiempo que la inversión no reaccionará hasta tanto no esté definido el panorama de la deuda pública. En este contexto, “el consumo privado parece ser el único capaz de aportar a una recuperación”.

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Por esta razón, la consultora de Álvarez Agis interpreta que el Gobierno Nacional tomó un set de medidas que tienen como objetivo revitalizar el consumo. El esquema de control de cambios implementado a fines de octubre pasado en conjunto con el congelamiento de tarifas de servicios públicos busca frenar la inercia inflacionaria y permitir la recuperación de poder adquisitivo del salario.

Por otro lado, “los bonos otorgados a jubilados y trabajadores en conjunto con el aumento que permite que los jubilados de la mínima le ganen a la inflación apuntan a fomentar el gasto del sector privado sobre todo en los sectores más vulnerables”.

Y concluye que “en el corto plazo, estas medidas pueden tener un impacto sobre el consumo de bienes de primera necesidad (alimentos y bebidas sobre todo) al igual que la implementación de la tarjeta alimentaria. Sin embargo, para que la recuperación del consumo se sostenga en el tiempo y alcance al resto de la economía es vital que haya una mejora en los salarios del grueso de los trabajadores del sector privado.”

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