La canciller alemana, Angela Merkel, calificó de "importante paso" el voto de confianza recibido por el primer ministro griego, Yorgos Papandréu, de cara a clarificar la "difícil situación" en que se encuentra Grecia.
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Al voto del Parlamento deberán seguir "medidas concretas" destinadas a cerrar el ambicioso plan de ahorro griego, para lo que Merkel pidió a la oposición de ese país que realice "un trabajo constructivo".
Merkel hizo estas declaraciones en una intervención ante la comisión europea del Parlamento alemán (Bundestag), donde recordó el acuerdo alcanzado la semana pasada con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, para implicar a los acreedores privados en el rescate griego.
"Tal implicación debe ser voluntaria y sustancial", insistió la canciller, reiterando así la postulación común pactada con el presidente francés, la semana pasada en Berlín.
Tal pronunciamiento con el término voluntario fue interpretado en Alemania como una clara concesión a la postura francesa, puesto que durante semanas el Ejecutivo de la canciller había insistido en que la aportación de los acreedores privados debía ser cuantificable.
Ni Sarkozy ni Merkel dieron los detalles sobre cómo se establecería esta aportación, aunque insistieron en que el desbloqueo del segundo paquete de rescate debía producirse "lo antes posible", después de que en días pasados en Berlín circulasen rumores de que iba a dejarse la cuestión para septiembre.
Merkel insistió en la importancia de seguir las directrices marcadas por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional y cuestionó a las agencias de calificación de riesgo.
"Nadie en este mundo nos obliga a creer en sus cálculos", dijo Merkel, para afirmar que tanto su gobierno como los restantes socios europeos se ciñen a sus propias estimaciones y a las del FMI.
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