17 de enero 2022 - 00:01

Dólar: ¿Qué tanto está atrasado el tipo de cambio real?

Que la tasa mensual de inflación le viene ganando en los últimos largos meses al ajuste del tipo de cambio nominal no sorprende a nadie. Cuánto debe valer el dólar.

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Tras confirmarse el dato de la inflación de diciembre pasado los analistas empezaron a recalcular el nivel del tipo de cambio real (TCR) y como señalaron por ejemplo desde GRA Consultora el índice en su versión multilateral, o sea, respecto de las monedas de los principales socios comerciales apenas queda a un 1,8% por encima del nivel con el que se salió del cepo en 2015 y casi un 25% por debajo del nivel con el que lo recibió el actual Gobierno. Que la tasa mensual de inflación le viene ganando en los últimos largos meses al ajuste del tipo de cambio nominal no sorprende a nadie.

Es más, el nivel del TCR constituye uno de los temas claves de la negociación con el FMI. Sin embargo, a la hora de calcular o dimensionar cuán retrasado o no está de los diferentes parámetros de seudo equilibrio surgen las discrepancias. De ahí que resulte interesante la visión del influyente Institute of International Finance (IIF) que luego de estimar la evolución de los TCR de los principales mercados emergentes para este año han detectado amplias desalineaciones entre los diferentes países.

El veredicto del trabajo rubricado por los economistas Robin Brooks, Jonathan Fortun y Jack Pingle da cuenta que, a modo de resumen, encontraron grandes subvaluaciones en los casos de Brasil, China, Turquía y de muchas monedas emergentes de Asia, y de la vereda de enfrente sobrevaluaciones sustanciales para Argentina, Colombia, Egipto, India, México y Sudáfrica. Ya a simple vista vemos que Argentina está en problemas, ya que no solo su moneda está apreciada sino que la de su principal socio del Mercosur está depreciada por demás. ¿Cuánto? Ya veremos.

Metodología

Lo que hace el IIF desde principios de 2018 cuando señalaron por primera vez sobrevaluaciones sustanciales para la lira turca y el peso argentino, es calcular “valores razonables” de divisas emergentes. Para ello utilizan el enfoque basado en la cuenta corriente.

Ajustan esa cuenta corriente por los efectos rezagados de movimientos anteriores del tipo de cambio y hacen un ajuste cíclico, en base a la evaluación de las brechas de producción local y externa. El último paso es especialmente importante en la coyuntura actual, dado que las cuentas corrientes se movieron bruscamente durante el covid, en gran parte debido a caídas temporales en la demanda interna, que controlan al “cerrar” las brechas de producción.

El modelo filtra estos cambios cíclicos en las cuentas corrientes y es la cuenta corriente subyacente restante, ajustada por los movimientos del tipo de cambio y los factores cíclicos, la que luego comparan con una norma de equilibrio para el saldo ahorro-inversión.

Los economistas del IIF destacan que si bien la característica definitoria de muchas monedas emergentes es que durante la última década han caído drásticamente en términos efectivos reales (sobre una base ponderada por el comercio y teniendo en cuenta la inflación), y bajo el modelo tradicional basado en la PPA indicaría invariablemente grandes subvaluaciones dadas estas caídas, ese no es necesariamente el caso del modelo del IIF, precisamente, porque el insumo principal del modelo es la cuenta corriente.

Para el caso argentino el saldo de equilibrio u objetivo de la cuenta corriente para este año lo calculan en 3% del PIB y determinan que hay sobrevaluación del tipo de cambio real de casi 23%, o sea, es el tipo de cambio real efectivo necesario para llevar la cuenta corriente al nivel adecuado.

Por ejemplo, para el caso de Brasil, el saldo de la cuenta corriente sería negativo en 2% del PIB y el real está subvaluado en casi un 21%. Es decir, el peso debería depreciarse más de 20 puntos por encima de la inflación mientras que el real tendría que apreciarse en una magnitud casi similar. “Encontramos grandes infravaloraciones para Brasil, China, Turquía y muchas monedas emergentes de Asia, mientras que hay sobrevaluaciones sustanciales para Argentina, Colombia, Egipto, India, México y Sudáfrica”, sentencia el IIF.

Por ejemplo, entre las mayores desalineaciones cambiarias en la región además de la argentina se destacan Colombia con más de un 12% y México y Ecuador con casi un 11%. De modo que a los ojos de estos analistas, que bien conocen a los técnicos del FMI y sus metodologías de evaluación, la competitividad del peso está en jaque. Así arranca el 2022 en materia cambiaria y en medio de un acuerdo pendiente con el FMI.

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