20 de enero 2020 - 00:00

UIA, preocupada por la caída de la actividad, reclamará medidas al Gobierno

La entidad recibirá mañana al Matías Kulfas. Las empresas enfrentan consecuencias de la caída del consumo y alta capacidad ociosa.

Miguel Acevedo, presidente de la UIA.

Miguel Acevedo, presidente de la UIA.

Foto: NA

Preocupados por la caída del mercado interno, los empresarios de la Unión Industrial Argentina (UIA) iniciarán mañana las actividades de 2020 y para eso recibirán al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, quien asistirá acompañado por todo su equipo de trabajo. Se trata del primer encuentro que tendrá la cúpula de la central fabril con los nuevos funcionarios de Producción y será la oportunidad para presentar sus reclamos, entre ellos medidas para el consumo y financiamiento.

Kulfas va a asistir con los secretarios de Industria, Ariel Schale; de Comercio, Paula Español y el de Pymes, Guillermo Merediz. El encuentro se llevará a cabo a agenda abierta, de modo que los empresarios podrán plantear todos los temas que crean importante hablar.

Los industriales están preocupados por la fuerte caída del mercado de interno, que se produjo a lo largo de 2019 y que dejó al sector con uno de los niveles más bajos de actividad de la última década. Actualmente de cada 10 máquinas que hay en una fábrica 4 están paradas, revelan los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).

Los empresarios quieren saber cómo se puede ir dando vuelta la página a esa situación, aunque también tienen en claro que no pueden esperar un boom en el primer año de Gobierno de Alberto Fernández como producto el fuerte ajuste fiscal que puso en marcha el Gobierno. Más bien aspiran a que se detenga la caída. Y para eso saben que el ministro de Economía, Martín Guzmán, tiene que arreglar primero la cuestión de la deuda pública. Sin eso no se puede determinar el margen que tendrá la administración para hacer lo que se denominan “políticas activas”.

Los industriales están preocupados también por las importaciones. Recientemente desde la cartera que conduce Kulfas se anunciaron mayores controles al ingreso de bienes. Se elevó el número de Licencias No Automáticas, hasta 1.500, concentradas en bienes de consumo final, que al año representa una salida de dólares del orden de los u$s7.000 millones. El Gobierno mantiene bajo control el 15%. Y se dispone a crear un sistema de scoring para importadores, con el fin de determinar la importancia de lo que pretenden traer al país. Precisamente, si bien ven con buenos ojos que se ponga un freno a productos que compiten con la producción local, por otro lado los empresarios esperan que esos controles no compliquen el ingreso de bienes intermedios, insumos y maquinarias que son necesarios para el proceso productivo.

En relación con el mercado interno, los directivos de la UIA encabezados por Miguel Acevedo, están interesados en el programa de Precios Cuidados relanzado hace unos días con 300 productos y marcas de primera línea y un incremento promedio del precio del 7%. Eso, junto con el programa Ahora 12 y sus variantes podría ser un estímulo al consumo.

En la agenda de los empresarios también figura la cuestión salarial. Si bien el tema es manejado por el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, lo que vaya a pasar con las paritarias resulta clave para programar el resto del año. Todavía no está claro si habrá negociaciones con un techo o si el Gobierno seguirá concediendo aumentos por decreto de suma fija.

Expectativas

Industriales vinculados a los sectores sensibles, dentro de la UIA, consideran que “primero hay que reactivar el consumo y con lo que hay dar respuesta mejorando el nivel de actividad y el uso de la capacidad instalada”. Luego de eso, entienden que debería llegar una fase de expansión en la cual tiene que haber mayor inversión. Y para eso será necesario el crédito. Varios hombres de la UIA aspiran a que se repongan las líneas de crédito productivo que había durante el anterior gobierno de Cristina Fernández. Esas líneas fueron ordenadas por el Banco Central a las entidades financieras. Tenían que destinar una proporción de los fondos captados para depósitos al crédito productivo a tasa preferencial.

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