Mientras el mercado interno sigue con números en alza, confirmando que 2013 marcará un nuevo récord, los datos que llegan de Brasil no son alentadores. Septiembre marcó una baja en producción y ventas de ese país. Así, el atisbo de recuperación que se había insinuado quedó desvirtuado ante los resultados del mes pasado. Esto preocupa más en las automotrices argentinas que un leve enfriamiento de las ventas locales. Ya la mayoría de directivos de las terminales hablan de un mercado para el año próximo entre un 5% y un 10% menor para 2014. Pero un Brasil en baja es otra cosa. Las consecuencias del parate en el socio del Mercosur se vienen sintiendo desde hace un par de meses con suspensiones en algunas empresas y adelantamiento de vacaciones. Con este panorama, todo podría agravarse, más allá de que el Gobierno va a hacer todo lo posible para que no haya despidos, lo que en algunas empresas evalúan, en el peor escenario, para marzo de 2014. Algo de lo que un presidente de una automotriz que posiblemente deje su puesto no deberá al menos preocuparse.
Y si del año próximo se trata, hay incertidumbre sobre lo que puede pasar con la normativa que obliga que a partir del 1 de enero todos los 0 km que se vendan en la Argentina deban tener ABS y doble airbag de serie. Hay más de 60 modelos que no cumplen hoy con esa exigencia y si bien algunos dejarán de comercializarse, muchos estarán alcanzados por la medida. Va a haber un intento para que la entrada en vigencia se postergue por algunos meses. Aunque desde el Gobierno enviaron señales de que la norma comenzará a regir indefectiblemente en esa fecha.
Algunos importadores están molestos por los problemas crónicos que enfrentan con las DJAI (la declaración jurada que se debe realizar anticipadamente para importar cualquier producto). Por este trámite, que además de la lentitud de aprobación tiene un alto grado de imprevisibilidad, están perdiendo muchas operaciones ya que el consumidor está exigente y no tiene voluntad de esperar, además del costo que esto implica. Un importador que había realizado el trámite de manera anticipada (antes de que los vehículos salieran del país de origen) se quejaba de tener autos en un barco en el puerto de Zárate sin poder bajar porque en la misma embarcación había unidades de una terminal local que todavía no tenía la aprobación de importación. Además de la cuestión operativa, el importador trinaba por el costo adicional que debía pagar por alquiler del barco.
Hablando de problemas, son los que tiene una empresa que había anunciado la importación de bicicletas y que, por el momento, está todo paralizado por cuestiones logísticas, de distribución y societarias.
Horacio Alonso
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
Dejá tu comentario