• "Le haré una propuesta que no podrá rechazar". Aquella frase pronunciada por Marlon Brando, cuando interpretaba al Vito Corleone de El Padrino, paso a la historia pero hoy vuelve a tener actualidad. Eso es lo que habrán sentido en varias automotrices cuando comenzaron a recibir, hace unos días, llamados desde gobierno con una demanda inesperada. Sabido es que la Argentina será el centro del mundo a fines del año próximo cuando se realice en el país la cumbre del G20, que reunirá a los presidentes de lo países más importantes del mundo. Un evento que por su trascendencia y sus protagonistas es, tal vez, la prueba más exigente en materia de seguridad. ¿Qué tienen que ver las automotrices locales con todo esto? Bastante.
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• Las llamadas en cuestión están relacionados con este tema. En el gobierno ya están trabajando para la organización de esta megacumbre. De hecho, se creó una Unidad Especial Foro G20 para centralizar todo el operativo. En ese marco, la movilidad de estas figuras internacionales es fundamental. Es por eso que funcionarios del área están averiguando entre terminales e importadores la disponibilidad de vehículos blindados con los que podrán contar. El reclamo no es menor. Se habla de entre 50 y 90 unidades de estas características ya que además de los presidentes de las 20 naciones que integran el grupo llegarán al país otras figuras como reyes, jeques y funcionarios de alto rango de otros países que participarán del evento. Es cierto que algunos vendrán con su propio vehículo blindado. Hay que recordar la llegada del Cadillac One conocido como "La Bestia", esa fortaleza de cuatro ruedas que se paseo por las calles porteñas cuando Barack Obama era todavía presidente de EE.UU. y visitó la Argentina para la asunción de Mauricio Macri. Pero esto es la excepción. La mayoría se desplaza por vehículos aportados por la organización en cada país. Por eso,también se están pidiendo más de un centenar de autos, camionetas y buses sin blindar para la movilidad de funcionarios de menor jerarquía de las delegaciones.
• Pero el pedido de blindados está generando fricciones entre las empresas y el gobierno. Es obvio que las automotrices no tienen en su flota local semejante cantidad de vehículos blindados que, además, tienen que ser del segmento premium o de muy alta gama. Entre todas, según un sondeo de Ámbito Financiero, no hay más de 5 unidades disponibles en el país. Por eso, la única forma de poder satisfacer la demanda del Ejecutivo es traerlos especialmente para esta cumbre. Para eso se tendría que utilizar el régimen de importación temporaria. Este mecanismo permite ingresar un bien con un fin determinado que luego volverá a salir del país. El plazo de estadía es de seis meses. La ventaja de este trámite es que evita el pago de los aranceles correspondientes como en los casos de una importación definitiva. Pero, igual, tiene costos. Por ejemplo, los de fletes y seguros. La puja entre las empresas y el Gobierno está ahora centrada en quién se hará cargo de esos costos. Los funcionarios quieren que corra por cuenta de los privados y los empresarios que el dinero lo ponga el Estado. En ese punto está la negociación. En las cumbres anteriores realizadas en otros países este tipo de gastos era responsabilidad del Estado organizador pero en una Argentina con abultado déficit fiscal, todo gasto que se pueda pasar para el lado privado es un problema menos.
• A esto se suma que la exigencia de seguridad es máxima. No quieren blindados con un nivel de protección 4 que es el que se utiliza en la mayoría de los casos para evitar robos o secuestros. Soporta el ataque, por ejemplo, de rifles militares AK-47 o de calibres 7.62 FMJ/PB/FE e inferiores, AR-15 y M-16. La demanda es de vehículos con nivel de protección 7, el de mayor seguridad y que está pensado para atentados. Resiste impactos de municiones tan potentes como calibre 50, usadas por francotiradores desde una gran distancia o para perforar motores de vehículos y helicópteros en movimiento. Además, las medidas de seguridad exigida por los países que participan cada vez son más exigentes como consecuencia del incremento de los ataques terroristas relacionados con ISIS. Como la Argentina es un país periférico en donde las medidas de seguridad están lejos de las que se aplican en Europa o Estados Unidos, el recelo es mayor. La incógnita es saber, finalmente, quién pagará el festival de autos blindados nunca visto en el pais
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