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Antimacrismo, sin más armas para mortificar al PRO
Si bien los bloques contrarios a Macri apuntan con una catarata de medidas que van desde ese pedido de renuncia del ministro de Seguridad hasta la conformación de una amenazadora comisión que investigue el paso del espía Ciro James por el Gobierno porteño, las peleas de cartel y las incipientes estrategias para 2011 pusieron freno a las pocas posibilidades que tiene la oposición de castigar al PRO.
Diversidad
Un ejemplo de la diversidad en la que se mueven esos bloques ocurrió esta semana, cuando ibarristas y aliados a Pino Solanas que se aglutinan en el bloque Proyecto Sur, anunciaron una conferencia de prensa para pedir la concurrencia de Macri al recinto, que harían en conjunto. Pero, al parecer, un integrante de ese proyecto, el diputado Claudio Lozano, aconsejó que el cineasta no saliera en la foto junto a Aníbal Ibarra y por eso Solanas fue aparte, el martes, en persona a la Legislatura a pedir lo que la oposición no puede lograr, que es la interpelación a Macri. Para tal cuestión requiere dos tercios de votos del recinto, 40, y aun toda en conjunto, la oposición suma 34 bancas. Menos puede pedir la renuncia de un ministro, como lo solicita un proyecto conjunto. Y, aunque vocifere la izquierda, que tiene un solo legislador, que lo único que hay que hacer es un juicio político a Macri, resulta imposible, ya que el PRO mantiene blindado al jefe porteño en ese sentido al contar con mayoría, 26 legisladores.
Tampoco las particiones harán prosperar la conformación de la comisión investigadora con mayoría simple. Algunos bloques rechazan ese proyecto de autoría del titular de la bancada peronista, Diego Kravetz, que fue presentado ayer con la firma de 10 diputados. Elisa Carrió, que ha hecho desandar al jefe de su propio bloque la idea de impulsar esa instancia, no es la única que lleva alivio al macrismo. También Ibarra se ve obligado a rechazar la idea de un juicio político por mal desempeño como él padeció, precisamente por ese pasado. Por eso, el legislador sostiene que no tiene sentido una comisión investigadora; por un lado, porque no deberían ser los diputados los que juzguen la gestión de un Gobierno; y por otro, sin un procesamiento en firme -como sostiene Carrió, quien como Macri embiste contra el juez Norberto Oyarbide-, no es oportuna la pesquisa parlamentaria. Mientras que la puja electoral por la Ciudad, si bien lo tiene a Macri de rival de esos opositores, también encuentra a un Solanas confrontando con sus circunstanciales aliados en la Legislatura porteña a pesar de los dichos del jefe de su bancada, Fabio Basteiro, de ayer, quien insinuó que «la mejor estrategia es la consensuada».
Repartidas
La situación se grafica en que, mientras el PRO abroquela por el momento 26 legisladores (dos ligados a Francisco de Narváez amagan ya con hacer una bancada aparte), los adversarios al macrismo se reparten en una decena de bloques.
De ese modo, todos los pedidos contra Macri o la amenaza de un presunto juicio político son nada más, por el momento, que arengas de precampaña, más aún cuando la posibilidad de encaminar un jury contra el magistrado que procesó al jefe porteño podría encontrar un atajo (ver nota aparte).
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