7 de agosto 2009 - 00:00

APUNTEN A MORENO

Dos funcionarios volvieron a pedirle al secretario de Comercio Interior que renuncie a su cargo. Por ello las últimas versiones sobre su dimisión. Uno de esos funcionarios paradójicamente es Julio De Vido, quien, como el joven suizo Víctor Frankenstein, fue el impulsor del experimento del que surgió Guillermo Moreno. Ahora debe perseguirlo. Su creación ya se mueve de manera descontrolada con una sola terminal: la residencia de Olivos. El más reciente de sus movimientos es el de presionar para vender autos. Obliga el secretario de Comercio Interior a que grandes empresas compren para su flota automotores de General Motors, a la que recientemente el Gobierno auxilió con un crédito por $ 200 millones. (Pág. 5.)

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