Quien visitó la Puna sabe que es una zona única, que está entre los grandes referentes turísticos del país, junto con las Cataratas y la Patagonia. Pero la Puna muchas veces es dejada de lado, sobre todo por el turista local, que la relega por cuestiones de tiempo, distancia, limitaciones de transporte, y sobre todo por la altitud, una dificultad que para muchos resulta insuperable. En el caso de la Puna catamarqueña todos estos factores son más evidentes porque se trata de un destino muy poco explorado, casi desconocido, y donde las actividades turísticas son incipientes.
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A pesar de ello hay un movimiento interesante de turistas extranjeros, en su mayoría procedentes de Europa (Italia, Francia, Países Nórdicos y últimamente España), Estados Unidos y Australia. «Se quedan entre cuatro y 15 días, combinando muchas veces el NOA con Chile y Bolivia. En cuanto a los pasajeros nacionales, la mayoría llega desde la Ciudad de Buenos Aires y algunos de la provincia de Buenos Aires», asegura Fabrizio Ghilardi, un italiano aventurero a quien un viaje a las tierras del altiplano argentino le cambió la vida. Salta lo invitó a quedarse y entonces decidió dejar su rutina de asesor financiero en Milán para radicarse en los valles salteños. Hoy es dueño de Socompa, la única agencia de viaje instalada en El Peñón, en Antofagasta de la Sierra, y organiza expediciones desde la Puna salteña pasando al Overlanding en toda la Puna argentina (Catamarca, Salta y Jujuy), con conexiones a Chile (San Pedro de Atacama) y Bolivia, en Salar de Uyuni, Potosí, Sucre y lago Titicaca.
A diferencia de otros circuitos más conocidos de la Puna (Jujuy y Salta), Catamarca posee ventajas de infraestructura, como un camino totalmente asfaltado y en perfectas condiciones hasta Antofagasta de la Sierra, que permite a los aventureros llegar en sus propios vehículos. «La Puna, habitualmente es frecuentada por gente de una sensibilidad especial, que busca experiencias diferentes, singulares, difíciles de olvidar, cargadas de actividad, contacto con la cultura local y sobre todo, amantes de la montaña», sintetiza Ghilardi.
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