23 de marzo 2016 - 00:00

Cauto optimismo ante el nuevo escenario

Cauto optimismo ante el nuevo escenario
Hay señales concretas que vienen dando base cierta a expectativas de mejora. Muchos operadores coinciden en señalar un incremento de las consultas, en los segmentos residencial y el rural, tanto en Buenos Aires como en el resto del país. Entre los desarrolladores en tanto, avanza en muchos casos la preparación de proyectos a la espera de que el escenario marque luz verde en el segundo trimestre.

Nuestra Cámara elabora un informe mensual de precios del sector, creado por docentes e investigadores de nuestro Instituto de Capacitación Inmobiliaria, y en informes anteriores decíamos que operadores y referentes del sector vienen mostrando en los últimos meses un cauto optimismo ante el nuevo escenario. Siendo en buena parte la economía una cuestión más de expectativas que de matemáticas, hay un riesgo latente en ese balance entre cautela y optimismo.

No son pocos los casos en que se oye que todo arranca en el segundo trimestre. La invitación es a la cautela. A volver en todo caso la mirada sobre el propio sector, y revisar en lo cotidiano la verdadera magnitud de los desajustes estructurales consolidados en los últimos años. En nuestro caso, entre el valor del suelo, de la vivienda y la capacidad de pago de la gente por ejemplo avizoramos una reactivación que impactaría en los costos, tarifas y salarios.

Todo indica que estamos frente a un cambio de condiciones basadas en políticas integrales, un control paulatino de la inflación, planteo de nuevas herramientas referidas al financiamiento de largo plazo para la vivienda, todo lo cual estará generando un escenario totalmente nuevo en el mediano plazo. Esto es sumamente auspicioso para grandes grupos de la población que estuvieron por años excluidos del acceso a la vivienda. Pero a la vez inédito y desafiante para el sector, en la medida en que sepamos acompañarlo con prudencia y profesionalismo. ¿Cómo se repiensa el sector, para responder a la voluntad política de 1.000.000 de viviendas en 4 años?

Es difícil de suponer cómo se pueden atacar las raíces de un problema de décadas y que sobrepasa las diferentes gestiones si no es a través de un análisis integral y exhaustivo de las variables que componen el mercado de vivienda a lo largo de nuestro país; el flamante Gobierno está comprometido en la tarea.

Desde ya que nuestra Cámara viene bregando por cambios en el mismo sentido, presentando a las actuales autoridades algunas de estas ideas: exenciones impositivas en el acceso a la primera vivienda; desgravaciones de la locación de vivienda en el Impuesto a las Ganancias de los empleados; -lanzamiento de un programa de vivienda especial a la clase media, siguiendo el modelo uruguayo; creación de un fondo de garantía para préstamos hipotecarios; préstamos hipotecarios ajustables por el Coeficiente de Variación Salarial (CVS) siguiendo el modelo chileno; modificación del plan Pro.Cre.Ar. para que su uso sea más amplio, en áreas urbanas; plan de garantías estatales de alquileres, utilizando las experiencias de la Ciudad de Buenos Aires (aval bancario) y de Compañías de Seguros de Caución que permitan el paso ágil del alquiler a la compra, en particular del usado.

A casi 100 días de gobierno no podemos más que esperar cambios graduales de rumbo, desear que se implementen herramientas y elementos dinamizadores de nuestra economía. Por ahora vemos señales positivas, que son auspiciosas para sostener que el mercado inmobiliario ha iniciado un cambio para mejor. Y mientras tanto, seguiremos intentando que nuestros colegas y socios se preparen para un futuro totalmente diferente, cambiante y dinámico, adaptándolos a estos escenarios. Es por ello que el planteo inicial debe ser atacar la inflación y reducirla a un mínimo posible en el curso de un año; a la vez, cubrir los desajustes de las diferentes variables de la economía para volver a generar los recursos necesarios para que nuestro país vuelva a la senda del crecimiento; y puertas adentro, revisar nuestros modelos de negocios, capacitar y preparar a los profesionales inmobiliarios para adaptarlos a una realidad claramente diferente de la inercia de los años anteriores.

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