2 de febrero 2015 - 00:09

Charlas de quincho

Las crisis producen una demanda y las aprovecha quien proporciona la mejor oferta: sobre este concepto, básico en política, giran los quinchos de hoy, con Cristina de Kirchner llegando a China y el Gobierno buscando capitalizar este viaje a la campaña del oficialismo, que en otro flanco persiste en la tarea de remontar la crisis de prestigio por el caso Nisman. En la provincia de Buenos Aires algunos indicios económicos dan esperanza al gobernador, que espera (en vano por el momento) que el club de sus pares peronistas le anticipe su apoyo. Este lema no escapa a la oposición, como se ve en el cantado anuncio del acuerdo Macri-Carrió, mientras Sanz camina por otras aceras. Terminamos con jugosa recorrida política por las playas a uno y otro lado del Plata. Veamos.

Los radicales Mario Negri y Ernesto Sanz en la Fiesta del Cabrito en Córdoba. Daniel Scioli partió a Balcarce para cumbre automovilista.
Los radicales Mario Negri y Ernesto Sanz en la Fiesta del Cabrito en Córdoba. Daniel Scioli partió a Balcarce para cumbre automovilista.
Ni la ausencia presidencial libró a los principales del Gabinete de la actividad el fin de semana, atados al avión presidencial que partió el viernes hacia China y desde donde hubo mensajes con consignas a distancia para todos. Los telefonazos sonaron desde Marruecos y Rusia, y desde la nave misma que llevaba a la delegación hacia Pekín, adonde pensaban arribar anoche para una semana activísima, que el Gobierno pretende de alto nivel para sumar a la campaña del oficialismo. Cerrado el adelanto del primer tramo para las represas el viernes con la firma de Julio De Vido con la agencia que invierte allí, un aporte de más de u$s 250 millones a las reservas, Cristina de Kirchner ordenó que se cierren los grifos informativos. Lo que se diga en adelante tiene que ser anunciado por ella y el presidente Xi Jinping, y hasta entonces el paquete del acuerdo está sellado para el público. Los funcionarios del área política tienen además otra misión: remontar la crisis de prestigio que le produce al oficialismo el tema Nisman, no sólo con respuestas dialécticas hacia la oposición sino también cerrando filas hacia adentro del peronismo, que tiene que ir a elecciones en la primera mitad del año. Ese programa incluye Primarias y alguna general en distritos donde el peronismo tiene que dar batallas importantes, porque ya está establecido que una interna vale no sólo por el producto electoral, sino porque el público la mira como una encuesta más seria que las que se les encargan a los profesionales de ese ramo.

Hay por lo pronto en esa agenda cuatro distritos centrales para el peronismo: Santa Fe, Salta, Neuquén y Mendoza, y la orden es cerrar acuerdos que muestren a un peronismo competitivo. En Santa Fe, después del congreso partidario de la semana anterior, se acentuó desde la Casa de Gobierno la atención sobre lo que harán María Eugenia Bielsa y Carlos Reutemann; en Salta hay confianza en la performance de Juan Manuel Urtubey; en Neuquén confían en la alianza objetiva que tiene el peronismo nacional con el MPN. Mendoza parece más volátil porque no hay claridad de en qué puede terminar armando el peronismo después de la decisión de Francisco Pérez de desenganchar la elección provincial de la nacional. Para producir un efecto de encuesta favorable, el peronismo ya está organizando un congreso del PJ nacional para marzo que debe habilitar para que se autorice la formación de la alianza "Frente para la Victoria", pero hay que llegar allí con los acuerdos locales previos que les permitan a los gobernadores el compromiso de que lo que se haga a nivel nacional sea beneficioso a nivel local, algo difícil de conseguir.

Por ahora ni una palabra del ticket presidencial, donde Daniel Scioli tiene la preminencia por su peso como candidato y el tamaño del distrito que maneja. Como los demás postulantes a la candidatura, mide minuto a minuto la dimensión de la agenda del Gobierno nacional, que pesa en algunos distritos pero alivia en otros. La aspiración de Scioli es a que la liga de gobernadores que maneja al peronismo anticipe la mayor cantidad de apoyo, para darle autonomía a su candidatura del kirchnerismo extremo, y tome autonomía hacia adelante. El drama es el de siempre: nadie anticipa apoyo hasta que quede clara la competitividad del peronismo a nivel nacional. La ironía para esta formación es que el primer semestre del año, que parecía azaroso en el terreno de la economía, da algunas luces de alivio. Los datos de recaudación, que se conocerán en las próximas horas, dan esa señal, aun si se los contrasta con los escenarios de inflación más pesimistas. En Buenos Aires, además, el peso de la campaña veraniega da más esperanzas. El Banco Provincia le informó ya al gobernador que la actividad en préstamos personales y tarjetas de crédito fue mejor en enero que en diciembre, algo inusual si se compara con años anteriores. Esos negocios, en relación con los de enero 2014, crecieron un 60%, que es más que alentador y es, para los cuarteles sciolistas, señal de que las tribulaciones financieras se alivian. Además de la renegociación de deudas que se firmó el viernes con Nación antes del viaje a China, la provincia recibió autorización para emitir deuda por algo así como u$s 200 millones, no en el formato "dollar linked", pero algo equivalente, con una tasa Badlar+7 que creen será atractiva para un mercado líquido y sin muchas oportunidades financieras para invertir. Con ese cuadro, el gobernador se llamó a sesión de estrategia, que despachará mañana en una reunión ampliada de gabinete en la Casa de Gobierno de La Plata, con suspensión de actividades de sciolismo extremo -como el fútbol - salvo alguna aparición como la de anoche en Balcarce.

Como el resto de la colectividad política, Scioli llenó su despacho de resultados de encuestas, de manera de medir índices de prestigio propio y del Gobierno nacional para decidir un rumbo ante una agenda difícil para el peronismo que gobierna, que no sólo trabaja para el mejor futuro desde diciembre, sino para retener fuerza hasta esa fecha. Batallas como los acuerdos con China, la designación de un nuevo miembro de la Corte y la reforma del espionaje por la crisis Nisman son todas batallas que plantea el Gobierno nacional y que lo enfrentan con el electorado de las grandes ciudades. Este enfrentamiento es buscado porque el Gobierno trabaja para quienes lo apoyan, no para quienes se le oponen. Pero los candidatos del peronismo saben que sólo hay destino si se atrae, como hizo siempre, sectores del no peronismo y de los independientes, que desde la transversalidad ofrezcan una base más amplia.

Para decirlo simple: las crisis producen una demanda y las aprovecha quien proporcione la mejor oferta. Y es lo que intentan hoy oficialismo y oposición. Lo que hace el oficialismo es atornillar lo que tiene, antes que ir a buscar a los de afuera. Es la necesidad actual. La oposición cree que la crisis le permite más libertad en ofrecer algo porque entiende que la situación actual es un motor para la unidad. El desvelo es ensayar escenarios, libretos y apurar la selección de elencos que permitan que esa oportunidad para unirse y producir la oferta no se disipe. Todos recuerdan que en 2011, cuando había estallado el caso Schoklender, se especulaba que perjudicaría al Gobierno en las eleccione presidenciales de ese año. Ese affaire, que aún transita por la Justicia, tenía mucha más proyección sobre el oficialismo que el enigmático caso Nisman, porque aparecían nombres de funcionarios. Pero contra lo que se afirmaba, el peronismo hizo ese año una de sus mejores elecciones de la historia. De ahí los desvelos de la oposición para no dejar pasar esa oportunidad antes de que se volatilice la actual situación, que creen los beneficia. Que esos escenarios se volatilizan lo prueba otro hecho de 2011; un año antes de esa elección Julio Cobos aparecía como el candidato con más intención de voto y más popularidad y no faltaron quienes lo saludasen como el futuro presidente. Cuando llegó el momento de la elección ni figuró entre los candidatos. Aclarar esos misterios es el desafío, no ya para los encuestadores, sino para el olfato de los políticos que ven por debajo del agua y entienden lo que nadie puede explicar.

A esa intención de aprovechar la ola obedece que se precipitase el acuerdo cantado entre Mauricio Macri y Elisa Carrió, algo que ella había anunciado, como dijo que declinaba una candidatura dentro de la liga UNEN. No debió sorprender a nadie, salvo por la prisa en exponerlo, una manera de cerrar ciertas puertas que parecían abiertas. En las dos reuniones que mantuvieron los dirigentes -la última el viernes en la casa del ministro porteño Emilio Monzó- se escuchó en boca de Macri decir que ya no lo esperaba más a Ernesto Sanz, que sigue buscando una alianza más amplia que incluya a Sergio Massa. Su argumento es que si se lo deja solo a Massa, su postulación declina y se disipa, y que los votos que lo respaldan van a ir al peronismo oficial. Son gente, dice el senador mendocino, que ya votó al peronismo antes y que si se les evapora Massa no van a ir a otro lado que no sea el peronismo. Macri hasta ahora respalda la hipótesis de su asesor Jaime Durán Barba: la pelea de 2015, dice el ecuatoriano, va a ser entre la continuidad y el cambio de lo que se ha hecho hasta ahora en la Argentina. Scioli es la continuidad y Macri es el cambio frente a las fuerzas que han gobernado al país hasta ahora. Para eso hay que alejarse del peronismo y de la idea de que una formación competitiva tiene que tener una pata peronista. Con la alianza con Carrió se acentúa el no peronismo y el antiperonismo como estrategias. Lo aparta a Massa del juego y acentúa la dialéctica frente a Scioli. Este acuerdo, además, puede precipitar la migración de Gustavo Posse hacia ese dúo, otro golpe al massismo. Para Macri todo radicalismo ayuda, hasta el sushi, y eso explica que lo llevase a Darío Lopérfido al Colón, cerrando el ciclo García Caffi.

De esas negociaciones, en las que debutó una estrella que es la asesora de Carrió, Maricel Ethecoin, quien negoció con Monzó una serie de apoyos provinciales entre el PRO y la Coalición Cívica que precedió a este acuerdo, estuvo lejos Sanz, quien no habla con Macri desde que se vieron hace diez días, antes del acto en la AMIA. Siguió el mendocino tejiendo su plan para que la convención de la UCR apruebe en marzo una moción para la alianza amplísima. Para eso animó un quincho discretísimo el martes por la noche: cenó con Massa, Julio Cobos y Gerardo Morales en la casa de un amigo del tigrense en San Isidro, que ofreció un asado para que ese cuarteto le sacase punta a algún entendimiento en común. Se juraron ocultar el encuentro, pero se sabe que con ciertos contertulios eso es imposible. ¿Quién contó? A ninguno de los radicales le convenía que se supiese, pero sí al amigo del dueño de casa. No avanzaron esa noche más que en revisión de encuestas y reafirmación de posiciones, pero sí acordaron en un diagnóstico: la actual crisis es una gran oportunidad para la oposición, y el partido y/o candidato que sepa aprovecharla tendrá un billete de lotería con premio.

Desde el oficialismo, este encuentro Macri-Carrió y las evoluciones de los radicales son mirados como una oportunidad para que se haga trizas UNEN, que hasta ahora parecía el contendiente principal del peronismo. Lo que quede de UNEN será una fracción del radicalismo y socialismo, separado de este dúo no peronista que tiene un buen candidato como Macri que busca entrar en un balotaje. Si enfrente se dividen, otra oportunidad, se escuchaba este fin de semana en los quinchos peronistas de la costa.

Sanz mantuvo ese encuentro en silencio hasta para sus allegados más estrechos, y se fue a Córdoba a cultivar a los intendentes de su partido en esa provincia, que también van a elecciones en la primera mitad del año. El centro de esa visita de dos días fue participar de la Fiesta del Cabrito en la localidad de Quilino, dominio de la familia radical Carrizo, que la ha gobernado muchos años. En la casa de la actual diputada nacional Soledad Carrizo, Sanz, Mario Negri y una liga de alcaldes compartieron una parrillada de cabrito junto con la vicegobernadora Alicia Pregno. Esta presencia acentuó el hermetismo de Sanz sobre sus movimientos, que siguieron el sábado por una larga gira por pueblos del valle de Punilla y una caminata por la peatonal de Villa Carlos Paz.

Si hubiera que ensayar un ranking de asistencia de políticos a los campamentos de verano, la costa de Villa Gesell-Pinamar se lleva este año el primer puesto. En sus lugares de descanso, se entregaron a interminables mesas de arena y a conspiraciones subidos todos los titulares de los diarios, que anuncian en su superficie un desmantelamiento de los formatos que se habían tejido el año pasado. Uno que estuvo activísimo, en su casa de Mar Azul -extremo sur de la localidad geselina- fue el auditor Leandro "Chungo" Despouy, quien con su reconocida calidad como anfitrión recibió a un seleccionado de primerísima línea del radicalismo: Mario Negri, el jurista multifunción -siempre candidato a la Corte Suprema- Ricardo Gil Lavedra, el actor Luis Brandoni, el diputado formoseño Ricardo Buryaille, esta vez para agasajar al dirigente local Jorge Martínez Salas, concejal y nieto del fundador de la comarca con aspiraciones para alzarse con la intendencia en el próximo turno electoral. Los radicales son imbatibles en materia de optimismo electoral. Martínez Salas lidera el radicalismo local en un acuerdo que integra también al exintendente Luis Baldo, responde políticamente a Ricardo Alfonsín (que también pasó durante el mes de enero por Villa Gesell para dejarle su apoyo) y se encolumna con la precandidatura presidencial de Julio Cobos. El mendocino suele vacacionar en familia en la costa geselina al igual que su operador porteño, Diego Barovero, y lo hizo otra vez este verano sólo una semana, ya que debió ocuparse personalmente de ordenar un acuerdo de unidad de todo el radicalismo en su provincia con el referente local, Alfredo Cornejo, a quien acompañará en la fórmula la actual senadora Laura Montero, que es hechura del propio Cobos. El exvicepresidente desactivó a la tropa que lo requería peleando la gobernación como garantía de triunfo ante el peronismo, pero los convenció de su decisión de terciar por la presidencia. De regreso a la costa, en la casita que alquiló en Las Gaviotas, al sur de Villa Gesell, Cobos también se hizo un rato para compartir unos mates con este aspirante radical descendiente de Carlos Gesell al que todos los de boina blanca ponen sus fichas.

Los peronistas, ahora convocados por Carlos Kunkel en la Peña Bonaerense, compartieron costillares y achuras en el asador El Encuentro, ubicado en la entrada a la localidad, para la rosca y el trapicheo disimulado en el apoyo al proyecto de reforma del área de inteligencia. Se complotaron allí Julián Domínguez, Juliana Di Tullio, Fernando Espinoza, José María Díaz Bancalari, Héctor Recalde, Roberto Feletti, Mario Oporto, Teresa García, Adriana Puiggrós. Por primera vez se ausentó de estos encuentros quien fue intendente geselino hasta el anterior verano, el médico Jorge Rodríguez Erneta (renunció para acompañar desde una subsecretaría a Florencio Randazzo). Tampoco el sucesor, el abogado Gustavo Barrera, que acusa un embate destituyente de su antecesor a través de los concejales que le responden.

Hizo en la semana un vuelo rasante por el lugar el precandidato Sergio Massa, en una movida de tono plástico junto con los artistas Milo Lockett, Felipe Gutiérrez y Ricardo Crespo, que tuvo lugar en avenida Buenos Aires y playa en el parador Manaos -de Marcelo Barón, uno de los referentes del massismo local-, acompañado por el concejal local Hernán Luna; el intendente de Tigre, Julio Zamora; el diputado provincial Ramiro Gutiérrez y el intendente de Miramar, Germán Di Cesare. La crisis interna del Frente para la Victoria local le reportó a Sergio Massa sumar un concejal más (ahora tendrá dos sobre catorce), el abogado Atilio Roncoroni, un peso pesado de la política geselina.

Tampoco se desactivó del todo la actividad en Punta del Este una vez que terminó la temporada alta que había arrancado en Navidad y que duró hasta la segunda semana de enero. Con gente más tranquila y dedicada más a observar que a participar del oficio. En el parador Posto 5, dirigentes del Partido Blanco se reunieron con argentinos, como el exlegislador porteño macrista Jorge Enríquez y el penalista Carlos Froment. Los locales del partido de Alberto Lacalle, como el diputado nacional Nelson Rodríguez Servetto, el candidato a intendente del departamento Maldonado Rodrigo Blás, el empresario Roberto de León, el edil de Maldonado, Alejandro Lussich; y el intendente de la alcaldía de Solís, Hernán Ciganda, quisieron escuchar experiencias de utilidad para el período que se abre con el segundo mandato de Tabaré Vázquez, especialmente en el tema seguridad, que desvela en el Uruguay desde la despenalización del consumo y producción de sustancias prohibidas aún en la Argentina. El condumio fue acompañado por exquisitas miniaturas de pescados y mariscos, brochetas de langostinos y queso, empanadas y gaseosas, que no alcanzaban a mitigar los efectos de la alta temperatura reinante. Cuando avanzaba la charla hacia temas futbolísticos, que evocaban la vieja rivalidad rioplatense y pronósticos para las elecciones de autoridades departamentales y municipales de abril próximo, y se retiraba Carlos Froment, se acercó desde otra mesa en la que almorzaba Roberto Dromi, quien deslumbró a los orientales con anécdotas de su trayectoria política, desde que fue intendente de Mendoza hasta el ministerio con Carlos Menem. En esa charla mostró además la versación que tiene sobre la actualidad política y económica del Uruguay. Expresó su preocupación por las elecciones de Montevideo en las cuales el Frente Amplio es favorito, pero teme que Lucía Topolansky, mujer de Pepe Mujica, se imponga sobre su amigo Daniel Martínez, político uruguayo. Se perdieron ese informe, atraídos por otras actividades veraniegas, otros circunstantes de ese parador como el abogado Zenón Ceballos y el economista y excanciller Adalberto Rodríguez Giavarini, a quien todos felicitan porque el CARI (Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales) fue distinguido como el think tank más importante de lengua castellana. Esa competencia es clave porque del prestigio de esas organizaciones depende la ayuda que puedan recibir de sus patrocinantes, algo delicado para el CARI ya que dejó de recibir la ayuda del Gobierno con la cual había contado durante muchos años. No hubo reunión en la costa este en la que no brindase por ese premio. En la costa uruguaya quienes quedaron prolongando el descanso se dedicaron a reuniones más privadas, pero no menos importantes por la asistencia que registraron. Fue el caso del cumpleaños de Marcos Gastaldi en la Casablanca de la familia de su mujer, Marcela Tinayre, sobre la Mansa de José Ignacio. Sirvió la mesa Cecilia, la hermana del empresario, que ha ganado fama como chef en el Uruguay. La asistencia fue variada; atrajo a Germán Neuss, a quien felicitan por la organización de esa rareza que es la Fórmula E, en la que corren autos eléctricos, un ingenio que cunde por el mundo pero que en la Argentina ni entró aún. Es cierto que los vehículos de ese tipo son caros en todo el mundo porque deben pagar la tecnología, y que en países como Estados Unidos hay lista de espera por la alta demanda que tienen. Pero es el mundo que viene. En San Francisco el año pasado se celebró como si fuera una boda que un taxi alcanzase sin desperfectos el millón de millas prestando ese servicio. También estaban Miguel Acevedo, Jorge Cordero Biedma, Manuel Antelo, Martín Cabrales, Cristiano Rattazzi, Marcos Galperín, uno de los socios de Mercado Libre, Jean De Ganay Bemberg, Marcelo Figueiras, María Laura Leguizamón, Daniel Serventich, "Nacho" Viale, Guibert Englebienne, socio de Globant -empresa a la que está vinculado Marcos Gastaldi-, su hermano Federico, director del equipo Renault de Fórmula 1, quien al otro día volaba a Londres, lugar donde vive cuando no está viajando, y también el empresario Sebastián Eskenazi.

Lejos de las miradas, Santiago Soldati hizo también una convocatoria de alta gama en su casa de Rocha, cruzando por balsa la laguna Garzón -y a tiro de helicóptero, que es como llegaron varios- a la que fueron Eduardo Eurnekian, Cristiano Rattazzi y, entre otros, el venezolano Gustavo Cisneros. Este tycoon a nivel global viaja por el mundo pero tiene residencia en Nueva York y en Madrid. En esta última alojó a Soldati cuando sufrió el accidente en esa ciudad cuando lo atropelló un taxi vil. Llevó a su amigo argentino a vivir allí hasta su recuperación.

Julián Domínguez pasó de Gesell a Mendoza en pocas horas para apoyar allí las listas de Juan Jofré y Pinty Saba, candidatos del FpV para las intendencias de San Carlos y Mendoza capital. En esos departamentos mendocinos, el próximo domingo 22 de febrero se inicia el calendario electoral de 2015 y el jefe de los diputados tiene fichas puestas en la región, pese a que quienes hablan con él con frecuencia lo ven más concentrado en una candidatura a gobernador de Buenos Aires que a la presidencia, ticket que sigue cultivando en sus apariciones. Ha dicho que no quiere renovar su banca de diputado, pero los estrategas del oficialismo provincial insisten en que puede ser el mejor postulante a encabezar la lista de diputados nacionales por el distrito. Desde ese puesto en realidad Domínguez no sólo maneja la Cámara sino también el bloque del FpV y no parece que se pueda prescindir de él en el último año de la gestión Kirchner. En esa provincia de Cuyo fue recibido por agrupaciones como la Corriente Agraria Nacional y Popular (CANPO), Kolina, Corriente de la Militancia, La Cámpora, el Movimiento Evita y Descamisados, quienes lo acompañaron el viernes a un asado mega en el cual consumieron un costillar. Ayer se trasladó a Cosquín, donde estuvo en el festival de folclore, que este año no tiene transmisión por la TV abierta, con lo cual ha perdido el interés de los políticos, que en otros años se dejaban ver para aprovechar la oportunidad de una cobertura nacional de sus campañas. Se metió en las peñas del festival y se retrató con el Chaqueño Palavecino, quien dio un recital de más de tres horas. Se cultivan mucho estos personajes, y Domínguez no se pierde la gran Peña del Trichaco, que el cantante organiza con fines solidarios, y desde hace cuatro años concurre. El diputado tiene un crédito personal en este rubro del show business a través de su hija Florencia, cancionista infaltable en todos los festivales folk.

Si de música se trata, merece un repaso la 13ª Gala del Mar, que organizó en Mar del Plata una aseguradora que ha convertido esa fecha en una oportunidad para los melómanos. Había allí esa noche no menos de 30.000 personas, sin contar a todos aquellos que escuchaban desde los balcones de los edificios vecinos para disfrutar del concierto en esa noche plácida. Se escucharon arias de "Las bodas de Fígaro" (Mozart), "Rigoletto" (Verdi) y "Turandot" (Puccini), bajo la dirección orquestal del argentino, internacionalmente conocido, Emir Saúl, que con batuta sabia condujo la Orquesta Sinfónica de Mar del Plata. Las voces de Macarena Valenzuela (soprano), Guadalupe Barrientos (mezzo), Fernando Rado (bajo) y Gustavo López Manzitti (tenor) ocultaron el sonido del mar y ganaron los aplausos frenéticos del público. La artista plástica Mariana Viviana López trabajó en vivo sobre una gran bandeja de arena, realizó arte efímero que creaba y borraba para volver a dibujar. La consigna filantrópica del encuentro se cumplió. La gente llevó tapitas plásticas de gaseosas o agua mineral para el programa de reciclado de la Fundación del Hospital Garrahan para niños. Resultó conmovedor ver llegar a miles de personas con su aporte multicolor, guardado con verdadero afán por meses, para que luego se transformara en dinero destinado al hospital. En la platea vip estaban Favio Rossi, Adriana Arias, Susana López Merino, Norberto Frigerio, Patricia Pacheco, Nino Ramella, Santiago del Sel, y hay quien lo jura, también estaba Mirta Legrand, asomándose de a ratitos desde su suite en el Costa Galana, un lugar ideal para contemplar el final a toda orquesta con fuegos artificiales.

Vamos a terminar con un chiste de convento.

La más joven de las hermanas de la caridad, preocupada, pide una entrevista a la superiora. Una vez reunidas, a solas, le expresa con angustia:

-Madre, me han dicho que, con el nombre que tengo, se llama a las mujeres de mala vida, así que humildemente le solicito autorización para cambiármelo.

-Pero sor Rita, no haga caso...

-Madre, yo quiero dedicar mi vida a la contemplación y al servicio del prójimo, y con este nombre... Por favor...

-Bueno, está bien. Pero recuerde que sólo puede usar nombres humildes y en castellano.

-Sí, madre superiora, muchas gracias. Voy a usar el de mi abuela, que era una mujer piadosa.

-¿Y cómo se llamaba ella?

-Raimunda.

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