Mauricio Macri, cada día más acostumbrado a Chapadmalal, volvió de ese retiro para acto por Malvinas. Punta del Este se queja de un verano que no fue tan rentable. Otro clásico de la política: debate por pasajes en el Congreso desata furia también por los viajes al exterior. Carrió preocupa más a la UCR. P. 2
Mauricio Macri se siente cada días mas cómodo en la residencial presidencial de Chapadmalal. Ese refugio lo asimila más a una puesta en escena presidencial que las estadías en Cumelén, allí en Villa la Angostura, el otro lugar en el mundo de los Macri. Quienes conocen al Presidente afirman que la familia está cada vez más cómoda en el complejo de bungallows cerca de Mar del Plata y, más allá de una cuestión de imagen, le permite hacer campaña con más tranquilidad que cuando está en el selecto country patagónico. Macri aprovechó el buen tiempo del fin de semana y hasta se hizo una escapada al golf de Playa Grande, donde se divirtió no solo jugando sino también sorprendiendo al público que caminaba ese césped. El Gobierno, mientras tanto, espera una semana complicada en el Congreso. El único tema que desvela al Presidente es cómo pasará Luis Caputo el test que le espera esta semana cuando finalmente concurra a la Comisión Bicameral de Seguimiento y Control de la Gestión de Contratación y de Pago de la Deuda del Congreso a explicar si fue directivo o accionista de una empresa en el exterior que supuestamente el ministro no declaró. Hasta Elisa Carrió, cuando ayer se despachó como un huracán en contra de algunas áreas del propio Gobierno y hasta contra el Presidente por no haberla apoyado en la discusión (banal en realidad) sobre el uso de los pasajes aéreos en el Congreso, decidió defender a Caputo alegando que el mundo financiero lo ve como un hombre de confianza en toda la tierra. Fue el único mensaje de calma que le envió ayer Carrió a Macri en medio de su furia. Es decir, le comunicó que a Caputo Cambiemos no le iba a solar la mano a Caputo el miércoles. Era el mayor interés del Presidente para esta semana y Carrió lo sabía. De todas formas ayer por la tarde la chaqueña recapituló y subió a su Facebook una aclaración: "No creo que el presidente Macri no sea una persona decente, lo que quise decir es que él nunca tuvo que hacer una campaña con 40 mil pesos como hicimos en la Coalición Cívica". Como sea, la relación de Carrió con el Gobierno siempre preocupa a todo el grupo y en especial a los radicales que, además de los reclamos internos que deben soportar por la forma en que el macrismo trata a la UCR dentro de la alianza, teme por la desestabilización que la otra socia de Cambiemos puede aportar. Para ellos es esencial calmar cualquier batalla que inicie Carrió en el plano de la Justicia, como el renovado intento de enjuiciar a Ricardo Lorenzetti o el golpazo que le pegó ayer al ministro de Justicia, Germán Garavano. En el primer caso, esos misiles de Carrió ya no preocupan tanto a la Casa Rosada como hace un año; sobre todo después de haber probado el alcance de algunas decisiones que puede tomar la Corte, por ejemplo con el cambio del tribunal que debe juzgar a Cristina de Kirchner. El caso de Garavano y la inquina de la chaqueña sí es un tema que ven como un peligro más cercano. Macri volvió el domingo de Chapadmalal para estar presente ayer en el acto que organizó en la residencia de Olivos por el aniversario de Malvinas, junto a familiares que por primer vez pudieron rezar ante las tumbas con nombres que contienen los restos reconocidos de sus hijos. No fue poco el logro y de hecho el Gobierno lo reivindica como un hito en esta historia. Está claro que para lograrlo hizo falta desde recuperar la cordura diplomática para negociar el proceso con los ingleses, contar con diplomáticos que manejaran el tema con equilibrio y apertura, como el británico Mark Kent, y el aporte de empresarios como Eduardo Eurnekian que hace tiempo se hizo cargo de mantener el cementerio, construir el monumento y ahora capitanear la operación aérea de llevar los familiares a las islas.
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No solo de Mar del Plata volvieron ayer quienes descansaron en Semana Santa. También de Punta del Este regresaron argentinos que, como en enero y febrero coparon esas playas. Los uruguayos comentan como saldo de esta temporada cierta sensación de amargura. Hubo boom de visitantes de la Argentina pero el nivel de gasto fue bajo. De hecho hubo quienes calificaron la temporada como pésima cuando en enero parecía que iba ser todo lo contrario. Entre los argentinos hubo este fin de semana extra largo una queja que se repitió durante todo el verano: los problemas con el servicio de los ferries de Buquebus que cruzan a Colonia y Montevideo. Mas allá de los costos astronómicos de los pasajes, si se los compara además con otros ferries en el resto del mundo, hay protestas repetidas por el servicio, el estado de los buques y el maltrato de empleados. Se explica que en los feriados largos la empresa no da abasto y, por ejemplo, quienes contratan también el bus deben someter a subir a micros en mal estado, viejos y contratados a terceros. El jueves pasado, se relata, hubo un motín en uno de esos micros con argentinos que se negaban a convalidar mas demoras y a viajar en medio de un importante hedor. Se quejan los argentinos también de que quienes pagan por servicios premium se encuentran al llegar a Montevideo con 3 o 4 mujeres que actúan como sargentos ordenando la salida de los buques y el ingreso a los micros donde no se hace distinción. No conviene pagar bussines se propone porque todos terminan amontonados en el mismo lugar. Problemas clásicos de monopolios.
El debate por los pasajes que utilizan los diputados y senadores y la posibilidad de cambiarlos por efectivo, terminó cubriendo un tema más complicado y gravoso para los ciudadanos que con sus impuestos financian el funcionamiento del Congreso. Así, los viajes al exterior serán sin duda el próximo paso a analizar. En las Cámaras se pide averiguar quiénes integran realmente, por ejemplo, las delegaciones que suman los grupos de amistad parlamentaria entre países. Esos viajes son en muchos casos vacaciones programadas y en pareja, de las que al primer descuido dan cuenta los posteos de las redes sociales. Herencia de la gestión K son los viajes de legisladores acompañados por funcionarios, secretarias, traductores y hasta fotógrafos (queda el recuerdo de la senadora Beatriz Rojkes a Holanda con hija, fotógrafo y peluquero), los viajes autorizados ante simples invitaciones de cualquier naturaleza y con viáticos extendidos más allá de las actividades consignadas. Es el próximo conflicto a afrontar en el Congreso, sin duda sobre todo para los empleados que, desenganchados de cualquier posibilidad de gozar de alguno de esos beneficios,ven cómo se canjean pasajes y se organizan viajes mientras la actualización salarial dista mucho de seguir a la inflación.
Hay alivio entre los empresarios por los últimos indicadores sobre litigiosidad laboral. El optimismo se debe a la caída de ese indicador en las provincias que adhirieron a la nueva ley ART sancionada hace un año y a la aparición de algunas sentencias judiciales que comenzaron a tomar en cuenta dos elementos fundamentales de la misma: la constitucionalidad de las Comisiones Médicas como instancia de resolución administrativa y la efectiva utilización del Baremo como tabla de evaluación de incapacidades. Pero mas allá de eso hay una queja: sigue demorada la conformación del Cuerpo Médico Forense por parte de la Corte Suprema y los Cuerpos Periciales en la Justicia Laboral y el respeto del Baremo para ponderar incapacidades. Tras las primeras dudas, desde la sanción de la nueva Ley de Riesgos del Trabajo, a comienzos de 2017, se sucedieron una serie de fallos judiciales que fueron avalando esa norma. Todos coinciden en que será clave el desempeño futuro de la Justicia para seguir ratificando el sistema.
Terminamos con un chiste matrimonial a tono con la Semana Santa: un hombre y su mujer, ambos colombianos, se van de vacaciones a Jerusalén y mientras paseaban la esposa fallece.
El encargado de la funeraria le propone al marido: tiene la opción de llevársela a Colombia por 10 millones o enterrarla aquí por 1 millón.
El hombre dice: Me la llevo a Colombia.
El rabino de la funeraria le pregunta: ¿Cómo va a hacer semejante gasto pudiéndola enterrar en Tierra Santa? El marido le dice: Hace muchos años aquí murió un hombre y a los 3 días resucitó. Sinceramente por 9 millones prefiero no arriesgarme...
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