Probablemente la característica más peculiar de Arcor sea la profundidad que alcanzó en la integración vertical de su proceso productivo. Desde sus primeros años, la compañía incursionó en actividades vinculadas a la producción de envases y al desarrollo de actividades agroindustriales como la producción de azúcar, leche, glucosa y fructosa. Seis décadas más tarde contamos con una producción de tres millones de kilogramos de producto por día. A lo largo de estos últimos 20 años, hemos atravesado diversas coyunturas nacionales e internacionales, lo que nos permitió desarrollar una capacidad de análisis y de reacción propia de quienes crecen en contextos cambiantes, afrontando desafíos de los más disímiles. Desde 1990 en adelante se nos presentó un nuevo panorama: debíamos prepararnos para empezar a competir con las empresas líderes del mundo que llegaban a radicarse en nuestro país, lo que nos obligó a ser más eficientes y crecer en exportaciones. Esto fue posible gracias a que la compañía atravesaba un período de madurez y tenía fuertemente desarrolladas sus capacidades de producción, comercialización y distribución.
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Posteriormente, frente a la crisis económica y social de principios de 2000, decidimos no sólo resguardar el patrimonio de la compañía, sino también el capital humano, siendo coherentes con los compromisos asumidos con nuestros clientes y proveedores, socios y consumidores. No es suficiente tener una empresa que sea rentable, sino que debemos incorporar variables que garanticen nuestra competitividad y crecimiento a largo plazo. Por ello, llevar adelante una gestión sustentable de los negocios exigen a las empresas que desarrollen negocios con compromiso, ética, cuidado del ambiente y responsabilidad social. Las nuevas formas de organización requieren de nuevos procesos de investigación, de diseño, gestión, producción, desarrollo de marca y comercialización. Para sostener estos logros, debemos crear una sinergia y una cooperación hacia adentro de la propia organización, pero fundamentalmente es necesario convocar a todos los actores de nuestra cadena de valor, porque las empresas debemos trabajar de forma coordinada junto con otras instituciones del sector privado y del sector público.
La compañía mantiene su estrategia de expansión internacional. Sudamérica representa casi la mitad del destino de las exportaciones, pero es creciente la participación de regiones como África y Asia, lo que implica adaptarse a las necesidades locales de gustos y costumbres. Este crecimiento se sustenta en nuestra presencia directa en los principales destinos comerciales, haciendo foco en aquellos productos que tengan mayor potencial en cada región. Para sostener estos logros es necesario dar continuidad a una política de reinversión de utilidades y obtener el financiamiento de largo plazo en el mercado de capitales como lo hemos hecho hasta ahora, exitosamente, con el convencimiento de que los beneficios empresariales van de la mano de la generación de confianza y la contribución genuina al desarrollo de sociedades más justas, equitativas e inclusivas.
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