El punto turístico por excelencia para recibir el nuevo año en la Gran Manzana es Times Square. Es el lugar donde todo ocurre: la masiva congregación de gente, los fuegos artificiales y la aparición de la mítica bola gigante de luces que ya ha cumplido más de un siglo como ícono del festejo (hizo su debut en el Año Nuevo de 1908).
El frío puede ser el único enemigo en este escenario, pero si se tiene en cuenta que más de un millón de personas se agolpan en la zona y ofician de masivo coro en la cuenta regresiva hacia el nuevo año, puede pensarse que de algún modo se obtendrá calor. El ritual de besarse a las 12 en punto también colabora para olvidar la inclemencia climática.
La celebración en Times Square es libre y gratuita, por lo que algunas personas comienzan a llegar desde muy temprano en la tarde. Una versión más cómoda es participar del festejo, pero desde un restorán de la zona, para la cual es necesario hacer reservas. En plan de shows, siempre hay grandes atractivos que ameritan estar en Times Square. Este año animará la fiesta Miles Cyrus, la joven estrella pop que saldrá a escena luego de la aparición de la bola gigante.
Otro sitio para disfrutar de uno de los show de pirotecnia más famosos del mundo es el Prospect Park, junto al edificio de la biblioteca pública y el arco Soldiers and Sailors en la Grand Army Plaza.
Si el beso frente a Times Square no resulta un plan lo suficientemente romántico, hay otra opción que puede ser superadora: recibir el nuevo año a bordo de un barco en el río Hudson. Hay varias alternativas de embarcación y presupuesto, la mayoría de las cuales ofrecen cena, música en vivo, tragos y una vista muy especial y emotiva de Nueva York y sus monumentos iluminados como nunca. Es necesario realizar reservas para no quedarse afuera.
En tierra firme la celebración también tiene muchas propuestas, una de las cuales es la Caminata Anual del Brooklyn Bridge. Es una tradición que la última noche del año las autoridades neoyorquinas cierren el acceso a los vehículos y lo abran sólo a peatones. De este modo, todos los que lo deseen pueden ver desde ese sitio emblemático el paisaje de la ciudad y los fuegos artificiales. Se organiza además una caminata que cruza el puente de Brooklyn con destino a Manhattan. Mucha gente lleva bebidas y comida para brindar y festejar al aire libre, sin importar el frío.
Para aquellos que tienen espíritus más inquietos hay un plan de corte deportivo: la popular Emerald Nuts Midnight Run. Es una carrera a la medianoche en el mítico Central Park. La masiva competencia de 4 millas (6,5 km) es acompañada luego por música en vivo, desfiles y concursos. Comienza exactamente a medianoche, por lo que los participantes corren iluminados por los fuegos artificiales y los juegos de luces, en un escenario difícil de igualar en otro lugar del mundo. Para muchos es la oportunidad de lucir disfraces y accesorios ridículos.
Para los ciclistas la opción es un recorrido de fin de año que comienza bajo el arco del Washington Square Park a las 22 y termina en el Belvedere Castle en Central Park con un show de música, baile, comida y bebida. El recorrido está muy bien organizado y tiene una parada a las 23 en la esquina de la avenida Broadway y la calle 23, para los que quieran sumarse al norte de Greenwich Village. Los patinadores también toman partido en esta singular forma de pasar el Año Nuevo.
Dejá tu comentario