29 de abril 2011 - 00:00

Cuatro perlas para redescubrir Córdoba

Sierras Chicas condensan naturaleza y cultura cordobesa. La capilla de San Pedro Viejo, en la región norteña.
Sierras Chicas condensan naturaleza y cultura cordobesa. La capilla de San Pedro Viejo, en la región norteña.
Famosa por sus valles, sierras, ríos y lagos, Córdoba siempre tiene algo distinto para ofrecer al turismo. Se descubren así nuevos sitios, muchos de ellos especialmente agrestes y alejados de las rutas más populares de la provincia. A su vez, la historia también se hace presente en estas rutas del centro de la Argentina. Recorremos aquí tres de estas perlas dignas de comenzar a crecer en la consideración de los viajeros.

Norte natural

En esta región se ubican dos de las áreas naturales más importantes de la provincia: Monte de las Barrancas, un oasis en las salinas; y la Reserva Natural y Cultural Cerro Colorado, uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del país.

En el plano cultural, propone descubrir una porción del legado histórico de la orden jesuita, a través de un recorrido por tres de sus estancias, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: Jesús María, Colonia Caroya y Santa Catalina. Se suma la posibilidad de recorrer el Antiguo Camino Real al Alto Perú, con sus Postas Históricas. Localidades como Ischilín, Tulumba, Totoral, San Pedro Norte, Cañada del Río Pinto y San Francisco del Chañar se destacan por conservar su estilo colonial, resguardando el pasado y las tradiciones religiosas.

Sierras Chicas

Posee equilibrio entre naturaleza y cultura. Se trata de una región con abundante vegetación, a pocos kilómetros de la capital, con ciudades de buena infraestructura y pequeños pueblos de particular tranquilidad y hermosura. En las Sieras Chicas se puede conocer la centenaria capilla de Candonga, explorar las laderas de la montaña, bailar en los corsos de verano, navegar en el dique La Quebrada, visitar el Cristo del Ñu Porá y jugar al golf en Ascochinga.

Valle de Paravachasca

Posee un gran patrimonio histórico-arquitectónico reflejado en las construcciones de finales del siglo XIX. Se destaca la ciudad de Alta Gracia, que formó parte de un importante asentamiento aborigen y religioso. Fue elegida por la orden de los jesuitas para la construcción de una imponente Estancia, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad. Además, en esta ciudad los turistas pueden recorrer la Casa Museo donde vivió Ernesto Che Guevara durante su infancia y adolescencia y el Museo Manuel de Falla, donde se exponen objetos personales del reconocido músico español. El Valle de Paravachasca incluye, además, un rosario de pequeñas localidades turísticas, ideales para quienes buscan descanso y aire puro. Anisacate, Villa La Bolsa, La Paisanita y Los Aromos son los pueblos más reconocidos.

El dique Los Molinos es otro de los grandes atractivos locales, en él se puede pescar y practicar deportes náuticos.

Mar Chiquita

En el noreste de la provincia, la zona de influencia de la laguna Mar Chiquita, se halla uno de los humedales salados más importantes del mundo, con una superficie de 6 mil km². El ecosistema de esta región se distingue por una variada y abundante flora y fauna, con más de 250 especies de aves registradas. La laguna de Mar Chiquita propone a los turistas dinámicas especiales, como el avistaje de aves, la pesca de pejerrey y la balneoterapia, aprovechando las propiedades minerales de su agua. Además, en la laguna se pueden practicar deportes náuticos, hacer excursiones guiadas, safaris fotográficos y paseos nocturnos. Las ciudades más importantes de la región son Miramar y Balnearia.

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