Son u$s 1.000 millones en juego. Se trata de los contratos que grandes inversores pactaron asegurándose contra un eventual default de la Argentina. El siniestro finalmente ocurrió y por ende la entidad privada que arbitra en este tipo de eventos decidirá si formalmente corresponde el pago de esos seguros. En varias ocasiones se mencionó que Elliott poseía, además de su tenencia de papeles argentinos, contratos que lo cubrían ante un nuevo default del país. Hay muchos bancos que participan de este tipo de operaciones y por eso el mercado estará hoy pendiente de la activación de los seguros. Hay en algunos casos pagos que se efectúan con los propios títulos públicos involucrados y, por ende, esa activación derivaría en posibles caídas de precios. Una amenaza, pero menor por cierto, dentro del contexto en el que se opera en mercados. (Ver pág. 5.)
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