31 de enero 2014 - 00:00

Días tormentosos a la espera de la calma

Días tormentosos a la espera de la calma
Como todos los sectores de la economía, tras la devaluación del peso, el rubro turístico (especialmente el vinculado al exterior) tuvo su propio parate. En las agencias de viajes explican -y cualquiera que haya vivido en la Argentina en los últimos 40 años lo sabe por experiencia- que ante cualquier crisis la gente frena toda decisión de compra hasta que el panorama se aclare. Eso es lo que sucedió la semana pasada y los primeros días de la actual.

Como también sucede después de cada crisis, se transitará un período de inestabilidad hasta que el mercado vuelva a encontrar el equilibrio.

La pregunta que es difícil de responder es en qué parte de la tormenta nos encontramos. ¿En el principio, en el medio o en el final?

Según operadores del sector, si no se repite una brusca devaluación como la de días pasados, la demanda se irá recuperando lentamente. Es por eso que esperan que la semana próxima comiencen a aparecer señales de mayor actividad.

Los argumentos para sostener esta teoría son variados. Tal vez el principal es que hay un público con un poder adquisitivo alto que gusta de vacacionar fuera del país y lo seguirá haciendo. Es cierto que los costos se encarecieron, pero no es un impedimento determinante.

Quienes se sumaron en los últimos tiempos al turismo internacional, impulsado por el atraso cambiario (gran parte de la clase media) y ahora ven más lejana esa posibilidad, deberán esperar a que las variables vuelvan a jugar a su favor. Dependerá, por ejemplo, de los niveles de aumentos de salarios que se dispongan en paritarias para recuperar parte del poder de compra perdido. Pero pertenecen a este sector social quienes en los últimos meses de 2013 compraron paquetes y pasajes en hasta 18 cuotas en pesos que serán utilizados a lo largo de este año. Por eso se cree que no se va a sentir tanto la merma por el efecto de esta venta anticipada.

Además, hay que tener en cuenta que todavía este sistema de financiación, aunque más acotado, continúa, por lo que se mantendrá una demanda, aunque no tan fuerte.

Otro factor para tener en cuenta es que el turismo es un rubro que no puede encuadrarse en la simple lógica del concepto costo-beneficio. Viajar, conocer lugares, disfrutar del tiempo libre y todas las demás vivencias que se pueden experimentar en el momento de estar de vacaciones, no son mensurables de la misma forma que cualquier otro tipo de compra.

Por ese motivo, quien no tiene pensado resignar sus vacaciones por este contenido hedonista, recortará por otros lados para poder lograr su objetivo. También es cierto que puede optar por una alternativa entre tantas y muy buenas que ofrece el país, pero está claro que hay público para todos los gustos. El turista que prefiere un destino internacional tratará de agotar las posibilidades para cumplir con sus deseos antes de pensar en otra propuesta.

De todas maneras, hay una franja de los consumidores que se mueve al ritmo de la conveniencia económica y eso quedó reflejado en la baja del número de viajeros al exterior y la alta ocupación de los principales centros veraniegos de la Argentina. Esto puede cambiar rápidamente si los precios internos comienzan a ajustarse a la par de la devaluación del peso, algo que se ve en otros sectores. En ese caso, la competitividad ganada en estos últimos meses se irá perdiendo.

Si se mira la foto, es evidente que por un tiempo será más selectivo el turismo al exterior. Basta ver las cancelaciones de viajes, reservas de hotel y paquetes de los últimos días. Otro ejemplo es el febrero negro que auguran en Punta del Este.

Si se mira la película, tal vez la conclusión sea distinta.

Además, la posibilidad de adquirir ahora todos los meses dólares para ahorro puede abrir una ventana para quienes quieran ir programando sus próximas vacaciones. Un tipo de dólar ahorro a $ 9,60 es más atractivo que un turista a $ 10,80 (el oficial más el 35%) y ni que hablar de un blue a $ 12,50. Si a esto se suma, como ya se dijo, que sigue vigente la forma de pago en cuotas fijas, en un momento de alta inflación parecería que todavía hay margen para quienes quieran viajar.

Volviendo a la pregunta original, todos estos supuestos perderían sentido si la tormenta sigue adelante y la crisis económica y cambiaria se profundiza. En ese caso, pasará un largo tiempo para lograr la calma.

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