En un hecho sin precedentes en casi 80 años, la Justicia brasileña rechazó ayer las cuentas públicas de 2014 por considerar que Dilma Rousseff maquilló el déficit fiscal para beneficiarse mientras buscaba su reelección. La decisión, que provocó conmoción, puede dar una base legal firme a la oposición en su intento de destituir a la presidenta. Se considera que no hay todavía votos suficientes para lograrlo, pero el impacto de la sentencia puede pesar fuerte en las próximas semanas. El Gobierno alega que tanto Lula da Silva como Fernando Henrique Cardoso incurrieron en esas mismas prácticas, que son habituales, por lo que denuncia la puesta en marcha de un golpe político-judicial. Los mercados, atentos a las definiciones. (Ver págs. 16 y 17.)
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